El cáncer constituye uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. Concretamente, en Andalucía, esta enfermedad es la primera causa de muerte en varones y la segunda en mujeres. En este sentido, las comunidades trabajan en diferentes planes que vertebren la hoja de ruta a seguir para lograr el mejor de sus abordajes, un camino en el que Andalucía parte como un referente ‘actualizado’, algo esencial en un contexto de complejidad asistencial como el que ha planteado la llegada de la pandemia de COVID-19. Para ello, cuenta con su propia Estrategia de Cáncer que articula los pasos a dar en los próximos tres años y que fue reconocida por los Premios Best in Class (BiC).

La voluntad de ésta es reducir el impacto que genera el cáncer utilizando un abordaje integral y multidisciplinar; aumentar la esperanza de vida de los pacientes; garantizar una atención sanitaria de calidad basada en la continuidad asistencial y construir una cultura activa de formación de los profesionales de la investigación para la lucha contra la enfermedad, entre otros objetivos.

La crisis sanitaria ha sido uno de los pilares sobre los que ha pivotado el Plan Estratégico del Cáncer en la CC. AA

La crisis sanitaria de la COVID-19 ha sido uno de los pilares sobre los que ha pivotado este Plan Estratégico del Cáncer. El jefe de sección de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen Macarena y director de la estrategia de cáncer en Andalucía, David Vicente Baz, explica que analizaron los datos de cuál había sido la repercusión de la pandemia en relación con los pacientes con cáncer en esta comunidad autónoma. Por ello, el estudio también recoge la mortalidad y la morbilidad de los pacientes con COVID y cáncer.

Un contexto de pandemia

“Los datos que tenemos hasta ahora, es que, sí existe esa repercusión como en todo, pero parece que en nuestra CC. AA no es el caso extremo ya que la primera ola de COVID tuvo menos repercusión que en otros lugares de España”, indica Vicente Baz.

Y es que si bien durante marzo de 2020 la situación excepcional provocó que “la mayoría de unidades de cirugía oncológica detuviesen las intervenciones debido a la complejidad de las mismas, el riesgo de COVID, la dificultad para mantener las medidas de aislamiento y la falta de espacio en la UCI”, según Álvaro Arjona, vocal de la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ), “en Andalucía ha habido una reducción en diagnósticos de cáncer durante el 2020 respecto al 2019 de un 17%, cifra menor que otras comunidades o países europeos”, según el director de la estrategia de cáncer andaluza.

La pandemia ha evidenciado la necesidad de protocolizar y priorizar determinadas situaciones graves o complejas

La evolución de la pandemia hasta el momento actual, en opinión de Ana Serradilla, presidenta de la Sociedad Andaluza de Cancerología (SAC), “ha evidenciado la necesidad de protocolizar, priorizar determinadas situaciones graves o complejas”. También de “agilizar el acceso de los pacientes tanto en la realización de pruebas diagnósticas como en los tratamientos y seguimientos, así como la implementación de nuevas formas de atención al paciente oncológico como la telemedicina, o la presencia de enfermeras de prácticas avanzadas en procesos oncológicos”, añade.

Una guía de referencia

Precisamente, más allá del ámbito estratégico, esta comunidad autónoma cuenta con más ‘armas’ contra el cáncer para avanzar en esta dirección. El pasado 22 de noviembre fue presentado el consenso sobre el ‘Viaje del paciente oncológico en el nuevo entorno COVID-19 en Andalucía’. En él se ha contado con la participación de la Fundación Pública Andaluza Progreso y Salud, dependiente de la Consejería de Salud y Familias, y la colaboración de la compañía de ciencia y tecnología Merck.

Asimismo, cuenta también con aval institucional de la Sociedad Andaluza de Oncología Médica (SAOM), la Sociedad Andaluza de Cancerología (SAC), la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ) y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Como resultado se ha obtenido un informe surgido de una profunda reflexión, diálogo y recogida de las aportaciones multidisciplinares de los profesionales sanitarios y agentes de la administración andaluza implicados; sin olvidar la óptica y experiencia de los pacientes y sus organizaciones, como eje sobre el que se vertebra el circuito asistencial.

La voluntad de este estudio es marcar “un antes y un después”, apunta Marisa García-Vaquero, directora de Market Access & Corporate Affairs de Merck en España. “Se demuestra lo que para todos los profesionales del sector era una realidad, que la COVID-19 ha impactado en todas las etapas del circuito asistencial del cáncer”. Y añade que “la pandemia nos ha enseñado que, sumando esfuerzos y tejiendo alianzas entre agentes llegamos más lejos, y este consenso es un ejemplo de nuestra sólida apuesta por la colaboración, en este caso, público-privada. Todo lo que implique un intercambio de opinión y conocimiento resulta siempre enriquecedor”.

El documento identifica todos los puntos de riesgo del viaje del paciente oncológico en contexto COVID

En opinión de Vicente Baz, “este ha sido un momento especialmente importante para poder ver debilidades del sistema y extraer enseñanzas”. Por tanto, el informe resulta “un paso importante para la unificación de criterios asistenciales, lo que va a reportar una mayor coherencia y más equidad de acceso a la población en todos los procesos de atención. Esto repercute en una mejor coste-eficiencia de los recursos disponibles”, valora Serradilla.

Una mirada multidisciplinar

El diagnóstico de situación y soluciones planteadas por el documento refuerza un mensaje claro en lo que a la atención del cáncer se refiere. “Hoy en día el cuidado y tratamiento del paciente oncológico no se entiende sin la colaboración multidisciplinar, la medicina actual debe basarse en la atención personalizada y centrada en el paciente”, explica Serradilla.

Ofrecer una visión desde todas las ópticas en el momento actual era esencial, tal y como refleja la presidenta de la SAC. Sobre todo “para intentar buscar soluciones consensuadas prácticas entre todos los profesionales, pacientes e instituciones implicadas para abordar de forma eficiente esta patología”. De este modo, el fin último es el de dar un impulso a la prevención primaria, la mejora de la supervivencia y de la coordinación entre los diferentes procesos asistenciales, según Serradilla.

En esta guía convergen diversas disciplinas para abordar todas y cada una cada una de las dimensiones de la enfermedad

“No podemos avanzar si nos centramos en compartimentos estancos. Desde Merck, sabemos que para que la innovación llegue cuanto antes debemos hacer confluir las diversas disciplinas. Solo incluyendo las experiencias de los implicados podemos abordar cada una de las dimensiones de la enfermedad. Esto permitirá mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer logrando, entre otros, un diagnóstico precoz y un aumento de su supervivencia”, refuerza Marisa García-Vaquero.

Propuesta de acción

Como también valora Arjona, el documento identifica todos los puntos de riesgo del viaje del paciente oncológico en plena pandemia. Así, las principales áreas de mejora que se plantean “pivotan sobre el valor de la prevención y el diagnóstico temprano, las prácticas clínicas organizadas y seguras, reforzar la atención primaria como puerta de acceso al sistema sanitario, la humanización y el cuidado óptimo del paciente, la digitalización del sistema sanitario y la aplicación de recursos innovadores coste-efectivos, así como en la optimización del mejor tratamiento disponible para cada paciente atendiendo a biomarcadores y medicina individualizada molecular”, señala Vicente Baz.

Para cada una de estas áreas, el informe recoge propuestas concretas. Como recalca la directora de Market Access y Corporate Affairs de Merck, “este consenso se plantea para identificar y aplicar, es decir, las conclusiones arrojadas muestran gaps a superar en los que hay que trabajar de manera conjunta. Si conseguimos materializar las recomendaciones que se presentan -como la creación de plataformas oncológicas en red para el intercambio de experiencias, campañas de concienciación o un protocolo común para estos pacientes en todo el SAS-, generaremos un gran beneficio personal y social”.

La visión de los pacientes

Si bien la guía nace con la voluntad de ser referencia en la atención sanitaria de calidad en el contexto que ha generado la pandemia, ello no puede entenderse sin poner al paciente oncológico en el centro del proceso de abordaje de la enfermedad. En este sentido, su participación en este informe de manera activa ha sido calificada como “un hito”, según Paloma Gómez, voluntaria y coordinadora de misión de AECC Málaga. “No es muy usual que se cuente con el paciente y sea quien diga la realidad de lo que está viviendo”, añade.

“La COVID-19 ha afectado a todas las fases en las que se encuentra el paciente de cáncer: desde el diagnóstico precoz, que quedó suspendido, hasta la prevención mediante los hábitos saludables” refleja Gómez. Por ello, tal y como valora, el informe busca cómo blindar al paciente oncológico en este contexto.

Asimismo, resalta que las propuestas buscadas a través de este estudio son fáciles de implementar y no requieren de una gran cantidad de recursos adicionales. “Las ideas planteadas ayudan muchísimo porque buscan trabajar de otra manera con lo que ya tenemos. Sienta unas bases para cambiar toda la actuación que servía antes para empezar a actuar de manera diferente”, ahonda.


También te puede interesar…