En una comparecencia ante la Comisión de Sanidad del Senado, Mónica Blasco Roldán, policía nacional, psicóloga y vicepresidenta de la Asociación Ángeles de Azul y Verde, destacó el fundamental papel de la Policía Nacional en la prevención y atención a los intentos de suicidio. Según Blasco Roldán, los agentes de la Policía Nacional son “los primeros en llegar y los últimos en marcharse” en los casos de suicidio o intentos de suicidio, señalando que su intervención inicial es clave, aunque a menudo no cuentan con la formación adecuada en salud mental.

La Asociación Ángeles de Azul y Verde, formada mayoritariamente por voluntarios, trabaja estrechamente con los profesionales de la policía para apoyar a los agentes en estas intervenciones, ofreciendo una atención entre iguales y proporcionando formación específica sobre cómo abordar estos casos con sensibilidad y eficacia. Blasco Roldán explicó que la policía no solo interviene en el acto, sino que es vital que los agentes mantengan contacto continuo con las víctimas tras la intervención inicial, para evitar que se corte la relación de apoyo cuando más lo necesitan.

A lo largo de la comparecencia, la psicóloga resaltó que la falta de formación adecuada sobre las señales de alerta del suicidio y los mitos asociados es un problema crítico que puede afectar la efectividad de la intervención policial. “Necesitamos que los agentes cuenten con herramientas para identificar los signos de alerta, ya que muchas veces lo que parece una caída accidental puede estar relacionado con un intento de suicidio”, añadió Blasco Roldán. En este contexto, destacó la importancia de mejorar la colaboración entre la policía, los servicios sociales y las asociaciones especializadas para crear una red de apoyo más sólida y efectiva.

La psicóloga también subrayó el elevado riesgo de suicidio dentro de la propia profesión policial, algo que a menudo se pasa por alto. Aseguró que el estrés laboral y la insensibilización hacia la muerte son factores que contribuyen a la alta incidencia de suicidios en el cuerpo policial. “El estrés generado por el trabajo y la falta de apoyo institucional son factores que aumentan las tasas de suicidio entre los propios agentes“, explicó, haciendo un llamado a la necesidad urgente de contar con una formación regular y específica sobre salud mental para los policías.

Finalmente, Blasco Roldán hizo un énfasis especial en la importancia de una Ley integral de Prevención del Suicidio, que incluya medidas de apoyo tanto para los profesionales que intervienen en estos casos como para la sociedad en general. Abogó por la creación de políticas públicas que aseguren una intervención igualitaria, independientemente de la ubicación del agente, y por un entorno laboral de apoyo, donde se priorice la humanización y el acompañamiento emocional tanto a las víctimas como a los propios profesionales. “Queda patente que necesitamos profesionales compasivos. Necesitamos humanización, pero también entre compañeros. Para ello, es esencial que todos los policías tengan acceso a los mismos recursos y formación“, concluyó Blasco Roldán.


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