La situación generada por la crisis del coronavirus no es ajena a ningún ámbito, entre ellos el político. La agenda parlamentaria, que ya se ha visto alterada a nivel nacional es ejemplo de ello. En este orden, los próximos comicios previstos tanto en País Vasco como en Galicia han quedado aplazados debido a la pandemia. El hecho de no poder celebrar los mismos con las debidas garantías de salud y el ejercicio del derecho al sufragio han motivado pospuesto las elección en ambas comunidades, que compartían el 5 de abril como fecha para el acontecimiento.
Así las cosas, se esperará a que finalice el Estado de Alarma vigente (de mínimo dos semanas de duración) y la situación de emergencia sanitaria en cada autonomía para fijar una nueva cita con las urnas.
Ambos ejecutivos anunciaron la decisión el pasado lunes 16 de marzo, en tanto que se reunieron con el resto de formaciones políticas de su región. Por su parte el lehendakari, Iñigo Urkullu, se reunió con aquellos partido con representación parlamentaria para adoptar la decisión. De esta manera, estuvieron presentes PNV, PSE-EE, EH Bildu, Elkarrekin Podemos-IU, PP y Equo.
La vía que utiliza el Gobierno vasco permite la aprobación de un decreto de aplazamiento apoyado en el Departamento de Salud. Este será validado por la Diputación Permanente de la Cámara y publicado en el Boletín Oficial de País Vasco (BOPV). Atendiendo a lo señalado en el artículo 46 de la Ley 5/1990 de Elecciones al Parlamento Vasco, los comicios tendrían lugar el primer domingo que fuera posible.
Separación de caminos
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, también decidió aplazar las elecciones tras una reunión con los principales partidos gallegos. De ella se destacó el ánimo constructivo de sus participantes, quienes abogaron por priorizar la lucha ante la crisis sanitaria. “Para mí estaban desconvocadas desde hace varios días”, apuntó Feijóo, quien también ha avanzado la elaboración de un borrador de decreto para reactivar el proceso electoral.
Este texto, que será consensuado entre todas las formaciones políticas gallegas, será posteriormente enviado a la Junta Electoral para conseguir su aprobación. La idea así es también definir la fórmula legal con la que suspender el 5-A. La norma pretende regular el procedimiento para retomar el proceso electoral donde se dejó, es decir, justo antes de iniciar la campaña.
País Vasco y Galicia han decidido cancelar elecciones de maneras diferentes. Así, es más que probable que, tras 11 años, la visita a las urnas en ambas comunidades deje de ser el mismo día.