La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), junto a la Real Academia Nacional de Medicina de España (Ranme) instan al Gobierno a incluir a los pacientes con cáncer hematológico como grupo prioritario en la vacunación frente a la COVID-19. Esta petición llega con motivo del Día Mundial contra el Cáncer en la sesión científica organizada de forma conjunta por ambas bajo el título ‘Avances en el abordaje del cáncer hematológico‘.

En encuentro, patrocinado por Sanofi Genzyme, ha sido moderado por Ana Villegas, académica de la RANME, quien ha destacado el “importante arsenal de nuevos medicamentos y nuevas terapias, con respuestas espectaculares, que está incrementando las supervivencias de los cánceres hematológicos”

Desde la SEHH recuerdan que las hemopatías malignas, en su conjunto, ocupan el tercer lugar en la clasificación general del cáncer, por detrás del cáncer de pulmón y mama.

Se estima que cerca de 30.000 españoles padecerán algún cáncer hematológico en 2021 y, en cuanto a la prevalencia, que en España podría haber 23.000, 16.000 y 25.000 pacientes con linfoma, leucemia y mieloma, respectivamente.

Cáncer hematológico ante COVID-19

Por su parte, el coordinador de Complicaciones Infecciosas y No Infecciosas del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético (GETH), José Luis Piñana, ha explicado cómo el cáncer hematológico es de los más vulnerables frente la COVID-19.

El también hematólogo del Hospital Clínico Universitario de Valencia se ha basado en los datos del estudio ‘Risk factors and outcome of COVID-19 in patients with hematological malignancies’, publicado en Experimental Hematology & Oncology.

“La mortalidad global en estos pacientes se ha situado en torno al 30% y entre el 20% y el 30% en receptores de trasplante hematopoyético”

Coordinador de GETH, José Luis Piñana

Como factores pronósticos de la mortalidad destacan a edad, enfermedad descontrolada, puntuación 3-4 en la escala ECOG (‘Eastern Cooperative Oncology Group’), neutropenia (número anormalmente bajo de neutrófilos en la sangre) y PCR > 20 mg/dL.

Por otro lado, Piñana ha segurado que la COVID-19 “ha tenido un gran impacto en la actividad asistencial de los equipos de TPH y de terapia CAR-T, con una reducción importante de la actividad durante los peores meses, recuperada en época estival”.

Así, por ejemplo, el alo-TPH de donante no emparentado “se llegó a reducir hasta en un 50 por ciento con respecto al mismo periodo de 2019”. “En las próximas semanas difundiremos unas recomendaciones en este sentido desde la SEHH”, apunta Piñana.

Enfermedades hematológicas neoplásicas

Dejando la COVID-19 a un lado, “el pronóstico de las enfermedades hematológicas neoplásicas ha experimentado una mejora extraordinaria en los últimos 40 años”, explica María Dolores Caballero, presidenta del Grupo Español de Linfomas y Trasplante Autólogo de Médula Ósea (GELTAMO) y hematóloga del Hospital Universitario de Salamanca.

Estos avances “han sido posibles gracias al fácil acceso a las células tumorales a través de un análisis de sangre o mediante el examen de la médula ósea, que ha permitido un gran desarrollo en su conocimiento celular”, afirma la experta. “Otro pilar fundamental ha sido el amplio arsenal terapéutico con que cuenta la hematología: quimioterápicos, anticuerpos monoclonales, inmunoterápicos, inhibidores de vías celulares y terapia celular (células CAR-T y trasplante hematopoyético)”, añade.

“A medio y largo plazo, seremos capaces de aplicar una verdadera medicina personalizada, administrando a cada paciente el tratamiento más eficaz y en la cantidad que necesita”

María Dolores Caballero, presidenta del GELTAMO

Por parte del presidente de la SEHH, Ramón García Sanz, la “gran protagonista” ha sido la terapia CAR-T, a pesar de los avances en el tratamiento de hemopatías malignas con inmunoterapia, especialmente con los anticuerpos monoclonales y, en particular, con los biespecíficos o BiTEs.

Inmunoterapia CAR-T, un cambio de paradigma

Según José María Moraleda, presidente del Grupo Español de Terapia Celular y Criobiología (GETCC), coordinador de la Red de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III y jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia), “la irrupción de la terapia CAR-T en el tratamiento del cáncer hematológico supone un cambio de paradigma que no tiene parangón en la historia reciente de la medicina”.

Según Moraleda, se dispone por primera vez de una terapia basada en células vivas modificadas genéticamente, que identifican y destruyen específicamente células tumorales. Esta terapia es “el máximo exponente en la medicina personalizada“, ha manifestado.

“Es el triunfo del conocimiento profundo de la biología del sistema inmune y de las nuevas herramientas de edición génica, que nos permiten diseñar un medicamento celular sintético, inteligente y específico contra una diana molecular prefijada”

José María Moraleda, presidente del GETCC y coordinador de la Red de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III

Los datos de los primeros CAR-T aprobados por las agencias reguladoras “ya se han consolidado con supervivencias mantenidas tras seguimientos de más de 4 años en pacientes con linfoma B difuso de célula grande y leucemia linfoblástica B”, ha afirmado el experto.

Mejor manejo de la enfermedad

También “hay resultados muy prometedores en mieloma múltiple, con el CAR-T anti-BCMA, en linfoma B folicular y linfoma del manto, con el CAR-T anti-CD19, y en leucemia/linfoma de células T, con el CAR-T anti-CD7”, ha añadido.

Asimismo, “el desarrollo de CAR-T alogénicos con las nuevas tecnologías de edición génica, como CRISPR-Cas9 o Talen, permitirá tener CAR-T para uso inmediato y repetir dosis si es necesario, con una manufactura más estandarizada y a gran escala”.

Anna Sureda, presidenta del GETH y jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Instituto Catalán de Oncología L’Hospitalet, ha apuntado que “la primera terapia celular fue el trasplante hematopoyético, que demuestra su capacidad curativa en el 50 por ciento de los pacientes que lo reciben”.

El número de trasplantes hematopoyéticos “sigue creciendo en todo el mundo gracias a una mayor disponibilidad de donantes y a que la población diana va creciendo en edad”, ha afirmado.

Además, “siguen mejorando los resultados de este tratamiento gracias a un mejor manejo de la enfermedad injerto contra huésped y de los procesos infecciosos”. Las indicaciones del trasplante hematopoyético también “se están viendo modificadas por la introducción de nuevos fármacos”.

La sesión fue inaugurada por Eduardo Díaz-Rubio, presidente de la RANME, Ramón García Sanz, presidente de la SEHH, y Pilar Aparicio Azcárraga, directora general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, quien ha recalcado que “los hematólogos son pioneros en las nuevas terapias avanzadas contra el cáncer, como la revolucionaria inmunoterapia CAR-T”.


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