Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, está aportando su pequeño –gran– granito de arena en la investigación de la vacuna contra la COVID-19 de CureVac. Los institutos de investigación sanitaria de Osakidetza están realizando un ensayo para probar la efectividad y seguridad de esta vacuna. Y, de hecho, con bastante éxito: el País Vasco ha conseguido alcanzar el volumen de participantes previstos en el ensayo clínico internacional.

De este modo, Osakidetza se ha convertido en el primer centro reclutador de Europa, gracias a la labor de sus institutos de investigación sanitaria. Euskadi aporta dos de los tres centros que han sido seleccionados en el ámbito estatal (el tercero pertenece a la Comunidad de Madrid).

Esta vacuna desarrollada por la biofarmacéutica alemana está basada en ARN mensajero, al igual que dos de las vacunas que ya se están distribuyendo y administrando en Europa: Pfizer y Moderna. Sin embargo, CureVac consigue superar uno de los principales obstáculos a la utilización de las vacunas ya comercializadas: sus condiciones de mantenimiento y preparación facilitan la logística de su distribución. Además, al producirse en Europa, es una de las vacunas que más dosis ha comprometido para su distribución en los países de nuestro ámbito.

Más de 2.000 voluntarios vascos

El ensayo de CureVac es un ensayo clínico de gran magnitud en el que están siendo incluidos más de 30.000 participantes en todo el mundo. Y, en el País Vasco, están participando de forma voluntaria algo más de 2.000 personas mayores de 18 años y que cumplen los criterios señalados en el protocolo de este estudio que comenzó el pasado 8 de febrero.

Los voluntarios de este ensayo han sido distribuidos, de forma aleatoria, en el grupo que recibe la vacuna o en un grupo control que recibe un placebo, es decir, un compuesto (suero salino) que no tiene ningún efecto. Ni el participante ni los profesionales encargados de la recogida de datos y el seguimiento conocen el grupo al que pertenece cada sujeto, lo que garantiza la calidad y el rigor de los datos generados por el estudio.

El ensayo requiere dos dosis de vacuna administradas con 28 días de margen. Como la vacunación comenzó el 8 de febrero, se comenzó a suministrar la segunda dosis el pasado 8 de marzo.

Seguimiento de los participantes

Los participantes recibirán un seguimiento de hasta un año con visitas médicas y llamadas telefónicas, además del acceso a una aplicación móvil que facilitará el registro de la información. Además, pueden solicitar salir del estudio en cualquier momento y conocer si recibieron vacuna o placebo.

A los tres y a los seis meses se realizarán análisis intermedios que, en función de los resultados, podrían acelerar la aprobación del uso de la vacuna, como ha ocurrido con algunas de las ya comercializadas.

Este estudio se suma, además, a la actividad investigadora que el Sistema Vasco de Salud está desarrollando a lo largo de esta pandemia. “Constituye una magnífica oportunidad de contribuir al desarrollo de una nueva vacuna frente a la COVID-19, necesaria para el control de la crisis a escala global”, afirma la comunidad a través de una nota de prensa.


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