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El ecosistema de patógenos respiratorios se ha visto ampliado con la llegada de la COVID-19. Sin embargo, hay otros dos agentes infecciosos también prevalentes que saturan los servicios sanitarios con la llegada del invierno: la gripe y el VRS. La tríada que conforman estos patógenos respiratorios ha dado lugar al concepto de “tripledemia”, que acapara las miradas del sector sanitario en los últimos años. Para combatirla eficientemente, la vigilancia, así como la prevención ligada a la vacunación/inmunización, se consolidan como estrategias determinantes con las que frenar el impacto en la salud de las personas, fundamentalmente niños y ancianos, y la consecuente sobrecarga asistencial que experimentan los servicios sanitarios en todo el territorio nacional.

Así, en el marco del ‘VIII Foro de Salud Pública. Prevención de infecciones respiratorias’, organizado por GSK y Fundamed, se profundizó en la prevención de enfermedades respiratorias a través de ambas estrategias, prestando especial atención a los últimos avances y a la situación que vive España.

Para ello, en la segunda mesa de debate, se contó con la participación de Yolanda Márquez, directora general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura; Sonia Tamames, directora general de Salud Pública de Castilla y León; Raúl Ortiz de Lejarazu,  Doctor en Medicina, Microbiología Médica y Bacteriología por la Universidad de Valladolid; José Antonio Navarro, consultor honorario del Área de Vacunas del Ministerio de Sanidad; y José María Eiros, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid y jefe del servicio de Microbiología del Hospital Río Hortega de la misma capital. Esta mesa de debate fue moderada por Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

La oscilación postpandemia

Sonia Tamames, directora general de Salud Pública de Castilla y León, sostuvo que, en el marco de la prevención de las infecciones respiratorias, al comparar las medidas de prevención farmacológicas versus las no farmacológicas, es mucho más fácil que se adopten las primeras respecto de las segundas. Además, recalcó que también es más probable que sean las medidas farmacológicas las que impacten verdaderamente en la prevención de las enfermedades respiratorias agudas y que, por lo tanto, sean más eficientes.

Tamames insistió también en que, desde las autonomías, se está trabajando por mejorar tanto la accesibilidad a las vacunas como la percepción de su valor en la prevención de enfermedades, tanto por parte de la población como de los propios sanitarios. A su vez, quiso incidir también en la importancia nuclear de las actividades desarrolladas en materia de vigilancia y prevención y en la necesidad de acercar las políticas y programas de Salud Pública a profesionales y ciudadanía. En este sentido, afirmó que en los últimos años hemos vivido una pandemia “de entrenamiento” y otra “de verdad”, si bien, el impacto de esta última, la pandemia de COVID-19, en términos de morbimortalidad pudo ser muy superior al observado”.

Sonia Tamames, directora general de Salud Pública de Castilla y León.

Asimismo, Tamames explicó que las coberturas vacunales subieron notablemente durante la pandemia debido a la alarma y preocupación ciudadana. Sin embargo, finalizada la sensación de alerta, las cotas de inmunización descendieron notablemente. “Si en prepandemia la cobertura de vacunación frente a gripe rondaba el 50%, en pandemia ascendió al 90%, pero en los últimos años nos estamos quedando en torno al 55%”, aseguró. “En mi opinión, no hemos tocado el límite inferior, vamos a seguir bajando”, subrayó. También quiso remarcar que, en casos de emergencia sanitaria y de preparación frente a las enfermedades infecciosas agudas, una vez reestablecida la normalidad, no hay que perder de vista la necesidad de combinar cualquier medida que se adopte con el principio de autonomía de los ciudadanos.

A continuación, Tamames afirmó que, dado que el calendario de vacunación en las primeras edades de la vida es muy completo, la investigación e innovación de la industria farmacéutica se centra ya en el desarrollo de nuevas vacunas dirigidas al adulto mayor, algo que, en su opinión, es una buena noticia y permite responder a la actual tendencia demográfica. Según la directora, la investigación permitirá contar en el futuro con nuevas herramientas profilácticas que den respuesta a necesidades no cubiertas y reconoció que “actualmente ya disponemos de algunas herramientas preventivas cuyo uso se encuentra en fase de estudio para su recomendación en nuestro país en el ámbito de la Ponencia de vacunas y la Comisión de Salud Pública, como por ejemplo la vacuna frente al VRS en población adulta.”

La ambición de Tamames en cuanto a la prevención de enfermedades respiratorias pasaría por incluir la vacunación antigripal universal o, por lo menos, ampliar la edad actual de vacunación infantil hasta los 12 años. “Está demostrado que, además de generar una protección individual para los niños, también generaría un impacto sobre el curso de las epidemias y en la reducción tanto de morbilidad como de carga asistencial y de eventos de salud en el conjunto de la población”. Respecto de la prevención frente al VRS en adultos, Tamames defendió la puesta en marcha de la “ambiciosa” estrategia que actualmente analiza el grupo de la Ponencia de Vacunas, así como mejorar las actuales estrategias de vacunación frente a COVID-19 y enfermedad neumocócica.

También, profundizó sobre la protección indirecta: “No es un todo o nada”. Tanto la vacunación contra la gripe como la de COVID-19 son capaces de disminuir tanto la infección como la excreción viral, aseveró Tamames: “Esto genera cierto nivel de protección indirecta, no suficiente como para corregir la tendencia epidémica, pero que sí aporta”.

Más armas preventivas que nunca

Posteriormente, José Antonio Navarro, consultor honorario del Área de Vacunas del Ministerio de Sanidad, puso el foco en la vacunación a lo largo de la vida o como él prefiere llamarlo “el ciclo vital de la inmunización”, si bien reconoció que “hemos llegado al año 2024 sin que estos programas hayan dado todos frutos esperados dado el bajo nivel de participación de la población adulta.”

José Antonio Navarro, consultor honorario del Área de Vacunas del Ministerio de Sanidad.

Además, sostuvo el experto, los adultos no han interiorizado la necesidad de vacunarse, lo que obliga, además de a entender las razones que hay detrás, a seguir transmitiendo a la ciudadanía los motivos para confiar en la seguridad y la efectividad de las vacunas tanto desde el liderazgo político y como del sanitario, trabajando en la mejora del conocimiento que los profesionales tienen acerca de las vacunas recomendadas, mejorar la formación en vacunas de los estudiantes de ciencias de la salud y plantear incentivos que permitan mejorar las coberturas también entre profesionales.

Navarro pronosticó que, sin embargo, hay que “mejorar en la vigilancia epidemiológica”. “Esto, junto con transmitir bien la seguridad de la vacuna y su impacto, es un punto clave”. Paralelamente, reivindicó la necesidad de trabajar codo con codo con las asociaciones de pacientes de cara a aumentar las coberturas vacunales, de integrar los programas de vacunación en Atención Primaria y de combatir las “reticencias” ligadas a este hábito preventivo.

“En los últimos años, el arsenal preventivo para el adulto ha cambiado radicalmente”, confirmó Navarro. “Tenemos muchísimas armas, pero lo que hace falta es que sigamos insistiendo en llevar a la práctica todo esto y apostar por la formación en este ámbito”, subrayó.

Invertir para vacunar, una necesidad

La directora general de Salud Pública de Extremadura, por su parte, incidió en la importancia de que se visibilice y se reconozca el trabajo crítico que se realiza desde Salud Pública, tanto en prevención como en promoción de la salud. Por ello, insistió en la necesidad de trasladar este mensaje entre los profesionales sanitarios y hacia la población general.

En lo que respecta a la vacunación, Márquez aseveró que, desde el minuto uno en el que asumió sus tareas en la Dirección General, apostó por la vacunación como medida clave de su plan de acción. Esto ha derivado en la introducción de mejoras en el programa de inmunización autonómico como, por ejemplo, la introducción de la vacuna intranasal frente a la gripe en niños o la vacuna antigripal de alta carga a partir de los 65 años.

Yolanda Márquez, directora general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura.

Prestando atención al escenario en el que se encuentra Extremadura actualmente, su directora señaló que el año pasado, a estas alturas, llevaban un 17% de cobertura frente a gripe en casi todas las cohortes menos en niños, en la que alcanzaba un escaso 5%. “Este año, sin embargo, las coberturas ya son de un 38% en adultos y de un 22% en niños”, corroboró. Además, mencionó que, durante esta campaña, se ha puesto un foco muy especial en la formación de los profesionales y en la elaboración de un protocolo de trabajo específico para los profesionales ligado a la vacunación. No obstante, expresó sus dudas de que puedan alcanzarse coberturas superiores al 70% este año como sería deseable.

La directora general de Salud Pública de Extremadura también anunció que en su Comunidad va a ponerse en marcha una experiencia de vacunación estacional en horario de tarde sin necesidad de cita previa para facilitar la accesibilidad. Finalmente, la directora general extremeña reivindicó el esfuerzo que se ha hecho en los últimos años, multiplicando casi por dos la inversión destinada a vacunas que realiza su región pasando de 8 a 15 millones de euros. En este sentido, quiso hacer un llamamiento para que no haya comunidades autónomas (CCAA) “de primera” y “de segunda” en los ritmos de adopción de innovaciones en vacunas y así avanzar a la par.

Menos mascarillas y más inmunización

Raúl Ortiz de Lejarazu, consejero científico y director emérito del Centro de Gripe de Valladolid, subrayó la necesidad de “cambiar la conversación”, porque estamos ante una nueva dinámica poblacional. Así, quiso incidir en el valor de inmunizar a la población frente a las infecciones respiratorias, potenciar la prevención y mejorar la educación para desarrollar una cultura positiva en torno a este tema. “El valor de las vacunas sobrepasa con creces el de otras medidas”, aseveró en comparación con las mascarillas.

Raúl Ortiz de Lejarazu, consejero científico y director emérito del Centro de Gripe de Valladolid.

En este sentido, garantizó que ya no solo previenen la enfermedad, sino que permiten que un individuo sea apto para el desempeño laboral e independiente socialmente hablando. Incidiendo en el papel y la evolución que han tenido las vacunas, volvió sobre las mascarillas. “No han cambiado ni una sola de sus propiedades desde que aparecieron, ni han modificado, jamás, el curso de un brote epidémico”, afirmó Ortiz de Lejarazu. “La mascarilla siempre será una protección individual, nunca es colectiva”, añadió.

Por ello, mencionó que las autoridades sanitarias, en vez de debatir exclusivamente sobre si es necesario volver a utilizar las mascarillas o no, deberían aumentar el esfuerzo en la consecución de unas buenas coberturas vacunales que ayuden a evitar infecciones inmunoprevenibles para frenar futuras crisis sanitarias. De hecho, lamentó que “en ninguna práctica de la Medicina se ha permitido esta libertad de elección o libre albedrio que se ha establecido entorno a las decisiones sobre vacunación”.

Transversalizar la vacunación

Para continuar con el debate, José María Eiros, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid y jefe del servicio de Microbiología del Hospital Río Hortega de Valladolid, quiso mencionar que desde el Centro ya han logrado expandir la cultura del diagnóstico microbiológico en los cuatro centros sanitarios bajo su influencia. Además, disponen de técnicas de detección antigénica muy robustas y sensibles que han mejorado sustancialmente la atención que realizan los médicos asistenciales.

Pese a ello, corrobora que debe transmitirse el valor de la vacunación al Ministerio de Educación para que en los libros de texto españoles se hable de las bondades de la vacunación y se empiece a reconocer su valor desde las etapas tempranas de la vida. Asimismo, quiso recalcar que los médicos residentes cuentan con una cultura vacunal muy escasa, por lo que deben incluirse contenidos sobre vacunas en la formación pregrado y continuada y que se deben fortalecer las alianzas entre especialidades, más en concreto con neumólogos, geriatras, pediatras, internistas, farmacéuticos, enfermeros y pacientes. El objetivo, prosiguió, es “transversalizar las vacunas para hacerlas accesibles a todos los que las necesiten”.

José María Eiros, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid.

Finalmente, todos los ponentes estuvieron de acuerdo en la importancia de invertir en aspectos ligados a la inmunización, teniendo en cuenta el retorno económico y social que representa y la necesaria colaboración tanto a nivel económico como de sostenibilidad del propio sistema sanitario. También volvieron a incidir en la importancia de que el mensaje cale a todos los niveles -también entre sanitarios- y de que se fomente la formación profesional y la educación en esta cuestión.


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