Los 100 días de Dolors Montserrat al frente del Ministerio de Sanidad están marcados, en su mayoría, por los pasos que se han dado en materia de empleo. El recorrido no ha sido fácil, ya que Montserrat llegó a un sector sacudido por unas medidas impopularidad, y unos profesionales que reclamaban más atención. Eso sí, ella lo dejó claro, su principal bandera: el diálogo.
El primer paso en materia de recursos humanos fue una bocanada de aire fresco. La creación de los grupos de trabajo formados por el Ministerio de Sanidad, las comunidades autónomas y los sindicatos fue el paso ‘más allá’ para atajar la excesiva temporalidad en las plantillas del Sistema Nacional de Salud (SNS). Hasta el momento las reuniones siguen su ritmo y se empieza a acotar el mapa sanitario, sin embargo, hace falta “agilidad”. Como indica Gracia Álvarez, secretaria de Salud de UGT, “hasta que las medidas que se acuerdan en estos grupos de trabajo no se lleven al Ámbito de Negociación no tendrán validez de acuerdo”. Para ello, los sindicatos reclaman retomar el diálogo en la mesa de negociación. Todavía esperan una convocatoria oficial para seguir negociando en materia laboral. La troncalidad, las unidades de gestión clínica, las especialidades de enfermería, o la prescripción son otros asuntos que también de abordaje urgente.
Empleo
Montserrat y su equipo técnico están manteniendo contacto con los sindicatos, las organizaciones plantean propuestas más concretas como la supresión de la tasa de reposición, la convocatoria de una OPE extraordinaria, y recuperar los concursos de traslados. Otra de las principales peticiones del sector es la convocatoria del Consejo Interterritorial del SNS. “Sanidad confirmó que sería en febrero”, recuerda Álvarez.
Estos 100 días también han servido para acercar posturas entre Ministerio y médicos. Es el caso de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). Hay que recordar que con la legislatura en funciones la organización y Sanidad apenas mantuvieron contacto e incluso CESM llegó a plantearse romper el acuerdo que el Gobierno firmó con los profesionales en Moncloa en julio de 2013. Al poco de llegar, Montserrat y el Secretario General de Sanidad, Javier Castrodeza, llamaban a la puerta de esta organización. La impresión general de secretario general de CESM, Francisco Miralles, tras el encuentro fue positiva, al considerar que la ministra se mostró bastante receptiva a los planteamientos expuestos (financiación, gestión clínica, recuperación salarial y prescripción) y a defenderlos ante los diversos departamentos implicados en su solución. Sin embargo, “seguimos esperando”. Para Miralles, la ministra llegó con “mucho ímpetu” pero continuan esperando algunas decisiones. “Hacia donde quiere ir y qué quiere hacer”, aclara, al tiempo que recuerda que queda pendiente convocar el Foro de las Profesiones. En cuanto a los presupuestos sanitarios, el responsable de la organización sindical señala que es necesario que tanto Sanidad como Hacienda aclarase si los profesionales recuperarán “lo perdido durante la crisis”, como la jornada de 35 horas. El decreto de gestión clínica también está marcado en la agenda de la central. “Lleva más de un año a la deriva y queremos saber en qué punto está”.
Es cierto que los contactos con el sector han sido sucesivos. Como asegura el presidente del Consejo General de Enfermería, Máximo González Jurado, aunque no de manera directa con Montserrat, sí con el Ministerio. “Hemos hablado varias veces pero queremos que cuando se inicie el diálogo sea de manera continuada con equipos definitivos y solventes”, asegura. Para González Jurado, Montserrat está tomando tierra, y “quizá ha podido prestar más atención a temas que domina más como los asuntos sociales”.
En lo que todos coinciden es en que la ministra debe “mover ficha” en un plazo limitado de tiempo. Para Satse es imprescindible la convocatoria de la Conferencia Enfermera para acordar con las comunidades la hoja de ruta en los próximos años. El “tiempo de cortesía ha pasado”. Más empleo y de calidad, nuevas competencias, la modificación del Real Decreto de Prescripción, el desarrollo efectivo de las especialidades, el sistema de jubilación y el itinerario laboral, son las principales demandas. En definitiva, “cumplir con los acuerdos de Moncloa”, asegura Victor Aznar, presidente de la organización.
LAS CLAVES…
Eso de que 100 días dan para mucho es una realidad. Y si no que se lo digan a la ministra de Sanidad que en estas más de 14 semanas, Montserrat ha comparecido en tres ocasiones en el Congreso de los Diputados y dos más en el Senado. En total, cinco comparecencias para hablar de copago, hepatitis y otras cuestiones. En materia de copago el debate sigue en el candelero, al menos para los que no les convence la frase de “no está en la agenda del Gobierno modificar el copago farmacéutico”. En cualquier caso, Sanidad tendrá que repensar su modificación si quiere cumplir con el acuerdo de investidura que Mariano Rajoy firmó con Ciudadanos.
Otra cuestión que ha reabierto ‘heridas’ ha sido su decisión de convocar el Foro de las Profesiones Sanitarias para que médicos y enfermeros arreglen sus problemas (prescripción). El sector ha acogido esto como “una falta de responsabilidad” el no querer encarar y mediar ante estas divergencias. Por otra parte, la hepatitis C ha estado presente también en el discurso de la ministra. El balance del Ministerio es bueno y las previsiones mejores. Se estima que este año la inversión para hacer frente a los tratamientos será de 200 millones de euros. Pero si hay algo que hay que resaltar de su paso por el Paseo del Prado es la troncalidad. A las pocas semanas de llegar al Ministerio, la titular sanitaria se encontró con la anulación por parte del Tribunal Supremo del decreto, que se aprobó de la mano de Ana Mato, y Castrodeza. Un punto de inflexión que está poniendo sobre la mesa la inutilidad del modelo de formación especializada que en su momento plantearon y que ahora requiere de un abordaje con más previsión y mayor planificación.