La Comunidad de Madrid ha incorporado al Hospital público Clínico San Carlos la primera sala sin radiación del mundo para procedimientos cardiovasculares invasivos. Esta es una de las novedades de la nueva área de Cardiología Intervencionista del centro, que tras un proceso de modernización en el que el Gobierno regional ha invertido 4,3 millones de euros, se ha convertido en una de las más punteras de Europa y se sitúa a la vanguardia internacional.
La consejera de Sanidad, Fátima Matute, ha visitado hoy sus nuevas instalaciones, que funcionan desde marzo. Gracias a ellas, los profesionales disponen de la tecnología más avanzada para mejorar la atención a sus pacientes. “La denominada Sala Zero permitirá llevar a cabo procedimientos cardiovasculares guiados por navegadores, para ofrecer una respuesta eficaz a cualquier problema de salud”, ha explicado Matute.
Las renovadas dependencias de este recurso de la sanidad pública madrileña agrupan seis salas: tres para el tratamiento de arritmias (entre ellas la Zero) y otras tres para hemodinámica. Todas ellas pueden intercambiar sus usos y cuentan con equipamiento de última generación, capaz de integrar la fluoroscopia con otras modalidades de imagen diagnóstica, como ecografía, Tomografía Axial Computarizada (TAC), ultrasonidos intravasculares o tomografía de coherencia óptica.
Todo ello permite mayor precisión para localizar lesiones coronarias, reducir el tiempo de espera, minimizar las dosis de radiación y ofrecer los tratamientos mínimamente invasivos más avanzados. En la Sala Zero, los facultativos pueden ver una reconstrucción tridimensional del corazón en movimiento, con mayor calidad e información que la obtenida a través de otros aparatos, lo que permite una utilización más certera y segura de catéteres dentro del órgano.
Humanización y gestión inteligente de los espacios
Esta actuación, que ha contado con financiación de la Unión Europea, también ha incluido un rediseño de las instalaciones para dotarlas de una distribución inteligente del espacio, mejorando y simplificando el circuito del paciente y garantizando un entorno más humanizado y seguro.
De esta manera, se ha conseguido un flujo que agiliza los procesos y aumenta la capacidad de respuesta ante cualquier imprevisto, al estar todo el personal integrado en una misma zona de trabajo. Esto redunda en una mayor eficiencia y en una disminución del estrés y la fatiga del equipo sanitario. Asimismo, se ha mejorado la coordinación entre los equipos clínicos.
Entre los procedimientos punteros que ofrece ahora el Clínico San Carlos se encuentran: estudios electrofisiológicos, ablaciones con catéter, e implantes de marcapasos, desfibriladores, prótesis valvulares y dispositivos especiales para cierre de orejuelas o comunicaciones interauriculares. También están preparados para tareas complejas como la implantación rápida de asistencias ventriculares o la extracción de trombos provocados por la embolia de pulmón.
Un personal pionero
A esta modernización del Área de Cardiología Intervencionista del Clínico San Carlos se suma el hecho de que sus profesionales han sido pioneros en varias técnicas, como los implantes de válvulas por vía percutánea, marcapasos sin cables o el tratamiento de placas de calcio mediante ondas de choque.
La Unidad de Hemodinámica de este hospital realiza cada año más de 4.000 cateterismos, más de 1.000 angioplastias coronarias y más de 500 procedimientos de intervencionismo estructural. Por su parte, la Unidad de Arritmias lleva a cabo anualmente unos 100 estudios diagnósticos, 600 ablaciones terapéuticas y la colocación de más de 650 dispositivos, entre ellos marcapasos, desfibriladores o holter implantables.
El jefe del Servicio de Cardiología del Clínico San Carlos, Julián Pérez Villacastín, ha destacado que las estimaciones apuntan a que más del 30% de la población adulta sufrirá alguna patología cardiovascular (como infarto, ictus o insuficiencia cardíaca) a lo largo de su vida.