GM Madrid | martes, 17 de septiembre de 2019 h |

Los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) suelen apoyarse en el criterio del profesional sanitario y en su experiencia previa a la hora de elegir un inhalador para tratar su patología. Así lo asegura Concepción Cañete, médica adjunta en el Servicio de Neumología del Consorci Sanitari Integral de Barcelona, y una de las autoras del documento ‘Pautes per a l’harmonització del tractament farmacològic de la malaltia pulmonar obstructiva crònica’ del CatSalut.

En la actualidad, en el proceso de elección del tratamiento para esta enfermedad no se tiene en cuenta de forma explícita la perspectiva del paciente ni tampoco se valora el dispositivo de inhalación de forma separada al tratamiento, por lo que desde GSK y Omakase Consulting se planteó realizar un Análisis de Decisión Multicriterio (ADM) con el objetivo de obtener una herramienta que ayude a determinar el valor de los dispositivos de inhalación desde la perspectiva del paciente.

En el marco del ADM final se concretaron los 12 criterios más relevantes desde el punto de vista de los pacientes con epoc a la hora de elegir el dispositivo más adecuado para cada persona. Dichos criterios fueron agrupados en tres dimensiones (satisfacción del paciente, comodidad y facilidad de uso, grado de innovación tecnológica). Estos fueron: contador de dosis visible; confirmación de toma correcta de dosis; facilidad de manipulación del dispositivo; comodidad de la boquilla; mecanismo de uso intuitivo; duración del dispositivo; dispositivo precargado; recordatorio toma de dosis; forma ergonómica; que no requiera coordinación inspiración-disparo; tapa incorporada; y número de pasos para la toma de dosis.

Con todo, los pacientes valoraron los distintos dispositivos de inhalación disponibles, concluyendo que los dispositivos preferidos fueron los precargados multidosis. Al respecto, Cañete ha comentado que uno de los beneficios de los inhaladores de polvo seco es que “no precisan coordinar el momento de la liberación del fármaco con la maniobra inspiratoria”.

Por otro lado, los profesionales sanitarios advierten de que, en general, existe un “gran desconocimiento acerca de las diferencias entre inhaladores” por parte de los pacientes.

Respecto a cómo se podría mejorar la comunicación médico-paciente para así optimizar el manejo de esta patología, Cañete ha señalado que los profesionales sanitarios que manejan pacientes crónicos consideran que “se les debe hacer partícipes de las decisiones terapéuticas, pero esto solo es posible en un marco de conocimiento y confianza mutuos”.

En este sentido, el marco desarrollado podría ayudar a los profesionales sanitarios en el proceso de selección del inhalador más adecuado para cada tipo de paciente, mejorando así la comunicación médico-paciente, la adherencia al tratamiento y los resultados en salud.