C.M.LÓPEZ Madrid | viernes, 03 de febrero de 2017 h |

La semana pasada el Hospital La Paz activó la alarma en su Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de neonatos tras detectarse la presencia de una bacteria denominada Serratia. La UCI fue cerrada para proceder a su limpieza intensiva con peróxido de hidrógeno vaporizado.

La bacteria afectó a 51 niños, de los cuales 24 estuvieron en contacto con la bacteria (colonizados) y solo 27 tuvieron alguna infección, generalmente leve, como conjuntivitis. La mayoría de los niños afectados por este brote han evolucionado satisfactoriamente y se encuentran de alta en sus domicilios, si bien uno de ellos falleció con una probable asociación a la sepsis por Serratia, aunque según fuentes del hospital “no se puede establecer que esta sea la única causa”.

Un ejemplo más de que las bacterias no entienden de barreras y de que su abordaje requiere un esfuerzo a nivel nacional. Al igual que lo requieren las infecciones nosocomiales. Los datos también son claros, entre un cinco y un 10 por ciento de los pacientes que ingresan en un hospital desarrollan una infección nosocomial. Así, la prevalencia de las infecciones en unidades de cuidados intensivos es del 20 por ciento.

Está claro que el descontrol que existe actualmente en la prescripción de antibióticos y el abordaje de las infecciones se intuye, por los datos existentes, que es deficiente y además está abriendo paso a un escenario hasta ahora insospechado en materia de resistencias antimicrobianas (MMR). En este contexto, las sociedades científicas han decidido dar pasos para aletargar esta crisis.

Precisamente, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) y la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempshp) han sellado una alianza para luchar contra las resistencias. Ambas sociedades se comprometen a trabajar de manera coordinada en la lucha contra esta amenaza mundial para la salud pública. No descartan la adhesión de otros grupos, porque el esfuerzo tiene que ser máximo.

Prescripción innecesaria

Que España está a la cabeza de Europa en consumo de antibióticos tampoco es una novedad. Contra esto, los expertos insisten en la necesidad de invertir en más formación, no solo a la sociedad, también a los profesionales. De hecho, los últimos datos que avalan esta teoría reflejan que más del 60 por ciento de las los antibióticos prescritos en infecciones respiratorias son innecesarios. Así lo pone de manifiesto un análisis de la Unidad del Medicamento del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (Idiap).

El estudio se realizó en diferentes centros de atención primaria de ocho comunidades autónomas durante el primer semestre de 2015, y participaron 126 médicos de familia. Durante 15 días, los profesionales registraron los casos de faringitis y de otras enfermedades respiratorias. En total, anotaron más de 1.000 episodios de faringitis, y 1.928 casos de infecciones respiratorias del tracto inferior (IRTI). El coordinador del Grupo de Investigación en Infecciones en Atención Primaria del Idiap, Carles Llor, explica que se compararon todos los datos con las guías clínicas para conocer qué pacientes deben ser tratados con antibióticos y los que deberían ser tratados con otros fármacos. El estudio demostró que el 84,5 por ciento de los antibióticos prescritos para la faringitis y el 69,8 por ciento para el resto de enfermedades respiratorias son innecesarios. Ante esta situación, Llor recuerda que este uso inapropiado contribuye a generar resistencias y además puede tener consecuencias adversas. “La adherencia de los médicos de familia a las guías clínicas y la introducción correcta de las pruebas de detección rápida en la práctica clínica podrían reducir de forma considerable la prescripción innecesaria”, insisten.

Proyecto nacional

Otra de las tareas pendientes en este sentido es el lavado de manos. Como indica la Sempshp el cumplimiento de la higiene de manos es inferior al 50 por ciento.

Ante esta realidad, el Ministerio de Sanidad se encomienda al Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos, que contempla acciones en este sentido, para frenar el avance de las MMR. Una estrategia que en tres meses será supervisada por la OMS, —ya que es un compromiso que los países suscribieron en Naciones Unidas— pero con carencias. De hecho, los infectólogos y preventivistas ya han advertido de la necesidad urgente de financiación. Como señala el presidente de Seimc, Rafael Cantón, “solo de esta manera se podrá alcanzar el nivel de competencia y los recursos necesarios para vencer la extraordinaria amenaza que representan las resistencias”.

El presupuesto para conseguir dominar la situación está cifrado por el Informe del economista Jim O’Neill en 40 billones de dólares, todo ello contribuirá a mejorar el control y la diseminación de las infecciones. En algunos países como Estados Unidos, Reino Unido, o Francia se han puesto en marcha planes con financiación millonaria, y como explican los expertos, el apoyo de los líderes políticos ha sido claro. “La financiación es responsabilidad de las diferentes autoridades sanitarias, nacionales, territoriales y locales, en cumplimiento de su obligación para proteger la salud”, exponen en un documento ambas sociedades.

Ejemplo de abordaje multidisciplinar

Los Programas de Optimización del uso de Antimicrobianos (PROA) son, hoy por hoy, una de las mejores herramientas para evaluar y subsanar los errores en la práctica clínica. Unos programas que se han ido desarrollando en diferentes comunidades y que al igual que los compromisos Zero (bacteriemia, neumonía y resistencia) se perfilan como la mejor solución. Precisamente, los últimos datos que se conocen de estas buenas prácticas vienen del Hospital de Ciudad Real que ha evaluado la resistencia de los antibióticos y ha registrado, desde su puesta en marcha en 2013, un total de 1.564 recomendaciones sobre el buen uso de carbapanémicos, un tipo de antibiótico bactericida de amplio espectro.

Este equipo está compuesto por especialistas de Medicina Interna, Microbiología, Medicina Intensiva, Farmacia y Medicina Preventiva y su objetivo es asesorar en la administración de antibióticos en el tratamiento de infecciones, para obtener una respuesta clínica adecuada y evitar resistencias por su mal uso, según ha informado el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).