Desde que han arreciado las críticas a la gestión del coronavirus, el Gobierno Central ha insistido en un argumento: no hay medida que no se haya tomado en base a la evidencia científica. Para Antonio Alarcó, las cifras de fallecidos por millón de habitantes y de sanitarios contagiados en España no respaldan ese argumento. Y sus previsiones no son halagüeñas, debido a la falta de herramientas para detectar el virus. Como ejemplo, el propio. A Alarcó, jefe de Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitario de Canarias, nadie le ha hecho un PCR ni le han llamado para hacerlo. Estima que no tiene PCR ni el 2 por ciento de los sanitarios.

El 15 de abril, dos días después de que el Gobierno permitiese la vuelta al trabajo de los sectores no esenciales y con un repunte en el número de infecciones confirmadas por el Ministerio de Sanidad, el portavoz de Sanidad del PP en el Senado en un encuentro virtual concedido a El Global y Gaceta Médica mostraba su preocupación por la situación actual y futura. “Tendremos que empezar a ver los hospitales de otra manera hasta que la situación se normalice… Si es que se normaliza alguna vez”. Él lo duda.

¿Cómo puedes pedir una ampliación del estado de alarma cuando el lunes has liberado a 4,5 millones de trabajadores?

Pregunta. De momento hay consenso político para ampliar el estado de alarma, pero no son iguales las posibilidades de rubricar un gran acuerdo nacional, esos nuevos Pactos de la Moncloa a los que aspira el Gobierno. ¿Qué requisitos serían necesarios para que el grupo parlamentario popular dijese sí a ese gran acuerdo social y económico?

Respuesta. El problema que tenemos en este país es de una gravedad sanitaria inusitada y no está resuelta. Tenemos hoy [por el 15 de abril] más fallecidos que Portugal en toda la pandemia. ¿Por qué? Porque en Portugal hay consenso científico sobre las medidas a aplicar. ¿Pactos de la Moncloa, de qué? El argumento sobre las medidas de evidencia científica que defiende el Gobierno en España no es válido, porque ya tenemos 19.000 muertos y 7.000 pacientes intubados en UVI. Y de estos últimos, el 50 por ciento se pueden quedar en el camino. Llegaremos a 30.000 fallecidos. Que seamos el país del mundo con más sanitarios contaminados no es posible si no es por un fallo. Y que seamos el país con más fallecidos por millón de habitantes no es posible si no es por fallos claros de planificación. Siendo culpable el ‘bicho’. Por tanto, claro que es necesario reconstruir el país, pero primero hay que curar al país. Por lo tanto, sí a todo tipo de pactos, pero con condiciones. Primero vamos a curarnos, segundo digamos la vedad y tercero planteemos las medidas concretas. No es lícito enterarse de que te invitan a un pacto así por la prensa. Sin confianza no hay lealtad.

P. ¿Ha dicho usted que llegaremos a los 30.000 fallecidos?

R. Tenemos más de un millón y medio de contaminados, seguro. Pero los técnicos que hacen las prospecciones y los algoritmos dicen que hay más de 8 millones. El 82 por ciento serán asintomáticos o leves, pero es lo que hay. Y sin respaldo científico, lo que ha ocurrido este lunes [Alarcó se refiere al 13 de abril, día de la vuelta a la actividad en los sectores no esenciales] es una barbaridad. Es muy bueno desinvernar la economía, pero con condiciones. Lo que ahí se hizo fue un desescalada encubierta. Si justo dentro de 14 días hay un repunte el tema se convertirá en insoluble desde el punto de vista sanitario.

Al senador popular le preocupa el número de personas confinadas en sus domicilios que tienen el virus.

P. A día de hoy, ¿qué medidas considera el PP que son más urgentes adoptar para consolidar la ralentización de los contagios, aliviar las UCIs y comenzar el desescalado progresivo de las medidas de confinamiento?

R. Primero, hacer un mapa epidemiológico con criterios científicos. Grecia, Portugal, Alemania, Dinamarca o Suecia han hecho buenos mapas. Saben si estás contaminado o no. Y segundo, test masivos, correctos, no rápidos, sino PCR, que todavía tenemos falta de reactivos en España. Mientras tanto, confinamiento. Hasta que no haya una vacuna, no hay otro tratamiento. ¿Es bueno el confinamiento eterno? No, pero es que no sabemos cuántos de los confinados son positivos. Hoy ya sabemos que habrá aumento del confinamiento hasta el 10 u 11 de mayo. ¿Cómo puedes pedir una ampliación del estado de alarma cuando el lunes has liberado a 4,5 millones de trabajadores? Eso es contradictorio. No es científico.

P. Como médico, además de político, ¿qué opina de la labor que están realizando los profesionales sanitarios y qué opina de esta falta de protección?

R. Es terrible, espantoso. No podemos permitirnos tener a 26.000 sanitarios contaminados. Y hay otros muchos profesionales —camilleros, telefonistas, auxiliares, personal de limpieza…— que todavía no tienen medios. En los hospitales hoy hacemos lo imprescindible. El resto se ha paralizado. Y los pacientes que ingresan por cosas diferentes al coronavirus vienen sin el PCR hecho. El otro día, tras una operación, nos enteramos después que el paciente era positivo, con lo cual hay que poner en cuarentena a todo el equipo. ¿Por qué no tienen PCR? Llaman PCR masivos a haber empezado a hacer 64.000 en un país con 47 millones de habitantes. Si el concepto de masivo es 64.000, es evidente que hay un enorme error científico de qué significa 64.000.

P. Una de las mayores críticas a la gestión del Gobierno tiene que ver con la adquisición de material. Pero lo cierto es que los mismos problemas se han repetido a nivel europeo, en otros países y también en las comunidades autónomas. ¿Siguen pensando en que el mando único ha ido en detrimento de las necesidades en lo relativo a las compras de material?

R. En mi opinión, nada vaya en detrimento, porque no creo que nadie quiera que esto funcione mal. Pero a esa pregunta se responde fácil. ¿Por qué España es el país del mundo con más sanitarios infectados del mundo? Por falta de material. ¿Por qué, con independencia de que se haya creado un mercado especulativo, los demás con el mismo mercado tienen muchos menos infecciones? ¿Por qué somos el país con más fallecimientos por millón de habitantes? ¿Es que somos distintos? ¿Tenemos un RH distinto? Es evidente que hay algo que ha conducido a ello, y es un déficit de gestión en la adquisición de material.  Además, se ha ido a mercados difíciles de negociar, inseguros, con empresas que estaban fuera del mercado chino, donde se han comprado test sin demostrar, que no funcionan.

“No podemos permitirnos tener a 26.000 sanitarios contaminados”

P. Hoy el coronavirus lo es todo. Ha obligado a reorganizar la asistencia que se presta en los centros sanitarios, reduciendo a “lo imprescindible” el abordaje de otras patologías. ¿Qué impacto cree que cabe esperar de cara a estas otras enfermedades, que hoy están quedando relegadas a un, digamos, segundo plano?

R. Se ha engendrado de facto una lista de espera masiva de patología no banal. Tocará reorganizar el sistema para priorizar esas listas, tener una cartera de servicios universal, con un Pacto por la Sanidad como ha pedido siempre el Senado, y ese pacto tendrá que ser una línea de actuación. El principio constitucional de las comunidades y ciudades autónomas ha sido un avance pero no debe permitirse que haya 17 sistemas distintos. Además, habrá que abordar esas listas de espera masivas con profesionales cansados y estresados. Necesitaremos un reciclaje psicológico, porque todavía no somos conscientes de la ‘mancha’ psicológica que esto nos va a dejar. Pero también hay cosas llamativas… ¿Dónde están el 35 por ciento de infartos que ha disminuido? ¿Dónde están más del 40 por ciento de ictus que no han acudido a los hospitales?

El número de profesionales contagiados en nuestro país es otra de las preocupaciones en las que incide Alarcó.

P. Seguimos con los impactos de futuro del coronavirus. Durante su primera comparecencia en el Congreso, Salvador Illa expuso una amplísima agenda, que incluía grandes planes, acuerdos y proyectos legislativos. ¿Cómo quedará, en su opinión, una vez que se pueda volver a la normalidad? 

R. Yo creo que el ministro viene del mundo de la filosofía, que sin duda es muy importante, pero esa filosofía no está resolviendo los problemas sanitarios del país. Le ha tocado una época terrible a alguien que no tiene experiencia, a pesar de que la falta de experiencia no tiene nada que ver para ser un buen ministro. Hoy, la agenda del país se tiene que hacer con los sanitarios del país, con los técnicos del país. Y la priorización de la cartera de servicios se tiene que hacer a nivel nacional para reorganizar el sistema de una manera sensata cuando esto acabe. Y tenemos que mirar otra vez a la investigación. Estamos otra vez en la necesidad de aplicar el genoma, de llevar a cabo el cambio de paradigma de la medicina personalizada, cuando hace dos meses estábamos dentro de la medicina del genoma.

“Habrá que abordar esas listas de espera masivas con profesionales cansados y estresados”

P. Esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar la financiación. Estamos a expensas de llegar al 7 por ciento previsto por el Gobierno. A la luz de todo lo ocurrido, ¿será suficiente este porcentaje de financiación, o cabría plantear otra propuesta?

R. Antes de introducir más dinero, hay que corregir modelos que están fallidos. Nos estamos gastando 11.000 millones de euros anuales en desafección al tratamiento, por la no adherencia. Es imprescindible evitar gastos superfluos innecesarios.  

P. El Ministerio anunció que estaba trabajando en un plan del cáncer. ¿Con qué medidas debería, según usted, contar este plan, teniendo en cuenta los cimientos que el Senado puso en materia de Genómica y que la UE está elaborando un plan europeo contra el cáncer?

R. El plan oncológico nacional tiene que estar unido al europeo. Y si no hay  Genómica, no funcionará. En España es verdad que hay más de 50 servicios y centros que están haciendo muy buena Genómica. Son pioneros en el mundo. Pero, de nuevo, tendremos que reorganizar para ver cómo hacemos esa Genómica. Ese plan oncológico debe ser un plan más dentro de la Genómica… En definitiva, no una genómica oncológica, que es lo que ya se está haciendo en muchos sitios, sino una genómica global como cambio de paradigma obligatorio en la medicina de la evidencia. Si no lo hacemos nos quedaremos descolgados. Por eso hay que crear la especialidad de Genética, entre muchas otras, porque el 40 por ciento de las profesiones necesarias no están hoy creadas.

P. Si España hubiese avanzado antes en secuenciación masiva, en medicina genómica y trabajo en red, quizá esta crisis, ¿se habría afrontado de otra manera?

R. Sin duda, pero necesitamos una superconmutación de datos que sean de todos y no sean de nadie. Por eso lo importante será sumar espacios europeos para compartir el conocimiento. Sin la superconmutación la genómica es inviable.


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