Para la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), el reciente informe publicado sobre la evaluación independiente de la gestión de la pandemia de COVID-19 en España es “necesario, relevante y riguroso“. Sin embargo, es importante que las recomendaciones realizadas no queden solo plasmadas en el papel, sino que deben hacerse realidad.

Así, la SESPAS han planteado tres cuestiones que son necesarias para que las recomendaciones lleguen “a buen puerto”. En primer lugar, apuntan al fuerte liderazgo político y técnico: el plano político precisa de “clima de acuerdo y consenso que no debe verse amenazado por disputas partidistas, ya que es un plan estratégico imprescindible para la protección de la ciudadanía”, mientras que en el plano técnico debería “reivindicarse el papel de la salud pública como nudo organizador de las estrategias y planes de actuación, razonablemente a través de la Agencia de Salud Pública aún por nacer”.

Asimismo, la Sociedad Española de Salud Pública ve “imprescindible” publicar lo antes posible toda la documentación que acompaña al informe COVID-19. Y es que, apuntan, proporciona “información muy relevante para profundizar en el análisis de la pandemia”.

Finalmente, instan a establecer un mecanismo de seguimiento de los avances producidos en la puesta en práctica de las medidas propuestas como forma de “rendición de cuentas”.

Errores de los que aprender

La SESPAS considera que el análisis y las soluciones propuestas son “coherentes con la realidad”. En concreto, son 12 áreas relevantes que van desde el fortalecimiento de la salud pública hasta la mejora de los sistemas de comunicación. “Puestas en marcha en su conjunto generarían unos cimientos firmes a la hora de encarar nuevas alarmas y emergencias”, apuntan desde la sociedad.

En este sentido, indican que, aunque “todas las soluciones son necesarias”, hay “algunas que deben preceder a otras” para poder llevarse a cabo. Y entre las prioridades, la SESPAS destaca la puesta en marcha de la Agencia de Salud Pública.

Además, al analizar los fallos cometidos durante la pandemia, la sociedad recalca la “falta de coordinación” por parte de administraciones, niveles asistenciales y de salud pública y sociosanitario.

Por otra parte, desde SESPAS apuntan a la conveniencia de prestar atención a la estandarización de indicadores de salud pública a nivel nacional y, en la medida de lo posible, internacional. “Si bien es una medida que puede estar comprendida dentro del desarrollo de la red de vigilancia epidemiológica, es de vital importancia por lo que no debe pasarse por alto. Un sistema estandarizado permite un mejor y mayor intercambio de información así como comparaciones entre CCAA y países”, aseguran.

Del mismo modo, aunque el informe COVID-19 menciona la coordinación del sector público con el sector privado y militar, esta precisa de un “desarrollo ambicioso dada la complejidad y relevancia de la propuesta”. “En una emergencia, el sector público está lejos de poder abarcar todas las necesidades, por lo que un plan de acción debe incorporar fórmulas de participación de todos los sectores esenciales previamente acordadas por todas las partes implicadas para su eficiencia en caso necesario”, explica la SESPAS.

En este sentido, la sociedad también apunta a la “implicación de los centros y establecimientos sanitarios no pertenecientes al SNS” en el desarrollo de la respuesta de emergencia. “Deben disponer de protocolos de actuación asistencial y comunitaria y coordinación bien establecidos que vayan más allá de la recogida de información”, señala.

Por otra parte, el manejo de la incertidumbre y el riesgo existente deben “destacarse como elementos de primer orden en toda emergencia” y el desarrollo de las medidas propuestas exigen una “dedicación de tiempo y recursos por parte de todos los sectores implicados muy exigente“. Un aspecto que la SESPAS teme que quede en papel mojado.

“Siendo medidas necesarias no se realizarán simplemente con buenos deseos y la asignación de recursos sobrantes de los presupuestos. Prueba de ello son las limitaciones que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud tuvo para realizar sus tareas de coordinación“, lamenta la sociedad. “Para acometerlos es preciso generar no solo planes específicos y dedicarles partidas presupuestarias relevantes sino implicar de forma transversal a los diversos niveles administrativos, a los distintos niveles sanitario y al sector privado y militar”, concluye.


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