C.M.LÓPEZ Madrid | viernes, 18 de mayo de 2018 h |

La idea tradicional de que las bacterias microbianas provienen del hospital es errónea, las bacterias no entienden de tabiques. Los especialistas en infecciosas y microbiología recuerdan que, aunque tradicionalmente se han dividido las infecciones en nosocomiales y comunitarias, está visión no está tan clara y tiene varios matices. Emilia Cercenado del Servicio de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, será la encargada de abordar las resistencias en el entorno de los centros sociosanitarios en el XXII Congreso de la Seimc.

Pregunta. ¿Qué problemas existen actualmente en estos centros?

Respuesta. Los centros sociosanitarios son un conjunto de instituciones que proporcionan cuidados de salud a personas con diferentes grados de dependencia y de enfermedad.

En estas instituciones las infecciones son frecuentes y, entre ellas, la colonización o infección por microorganismos multirresistentes es una de las más preocupantes ya que, además de suponer una importante causa de morbilidad, mortalidad y elevados costes, la colonización puede persistir durante periodos de meses.

P. ¿Cuál es el impacto clínico de las infecciones en los centros sociosanitarios?

R. Los residentes en estos centros constituyen un foco de diseminación de bacterias resistentes a antibióticos dentro del propio centro y un reservorio y vehículo de diseminación estas bacterias a los hospitales, del mismo modo que sus visitas frecuentes a hospitales suponen también para ellos un riesgo de adquisición de las mismas. No obstante, la transmisión de bacterias resistentes en estos centros, aunque es probable, no es frecuente (siempre que sea en situación de ausencia de brotes), y la frecuencia de infección clínica causada por estas bacterias también suele ser baja. No obstante, existen unos factores de riesgo para adquirirlas, y entre los más importantes se incluyen la duración de la estancia en el centro y compartir habitación.

P. ¿Cómo se pueden combatir las resistencias?

R. Las estrategias más importantes para disminuir la emergencia y diseminación de microorganismos resistentes son el establecimiento de precauciones de contacto y los programas de optimización del uso de antimicrobianos (PROA). En cuanto a las precauciones de contacto estrictas, aunque son necesarias, no hay ninguna evidencia que sustente que su aplicación reduzca la probabilidad de transmisión de bacterias resistentes en estos centros. Entre estas medidas, son eficaces la estancia en habitación individual, el establecimiento de cohortes de residentes con bacterias resistentes, la ubicación de residentes con bacterias resistentes con otros de bajo riesgo de adquisición y la limpieza ambiental. También se ha demostrado que el uso de guantes es otra estrategia útil ya que reduce el aislamiento social.

Por otra parte, se debe recomendar la realización de cultivos de vigilancia pre-ingreso, aunque en ocasiones estos centros establecen estrictas precauciones de contacto para admitir a residentes con bacterias resistentes, y el manejo suele ser inadecuado en muchas ocasiones. Por este motivo, probablemente, si se establecen sólo precauciones estándar, incluyendo una estricta higiene de manos y si se controla el lugar de colonización-infección por la bacteria resistente se puede reducir su diseminación y se evita el aislamiento social.

P. En muchos hospitales, los PROA están funcionando consiguiendo resultados ¿hay iniciativas similares en estos centros?

R. Muchos residentes reciben tratamientos antimicrobianos innecesarios durante largos periodos de tiempo por lo que la implantación de programas PROA sería otra estrategia para disminuir la emergencia y diseminación de bacterias resistentes. Pero desafortunadamente hay mucho (o todo) por hacer en este sentido ya que estos programas no se han implantado en estos centros y para ello también es necesario el apoyo institucional.

P. ¿Cuál debería ser el papel de la Administración?

R. Si bien la prevención de la infección en los centros sociosanitarios es una prioridad, no existen iniciativas desde la Administración en este sentido y es primordial contar con apoyo institucional para financiar estrategias dirigidas a la vigilancia de las bacterias resistentes y al uso adecuado de antibióticos. El papel de la administración debería ser implementar programas de educación del personal sanitario, incentivar la realización de guías de uso adecuado de antimicrobianos, facilitar la conexión con laboratorios de Microbiología para la monitorización de bacterias resistentes y desde luego contar con personal experto o con consultores expertos en estos aspectos, ya que el control de las resistencias microbianas en los centros sociosanitarios no solamente beneficia a sus residentes sino que contribuye a reducir el gasto sanitario en los hospitales de referencia.