Durante el encuentro del ‘VIII Foro de Salud Pública. Prevención de infecciones respiratorias’, impulsado por GSK y Fundamed, uno de los temas que se abordó fue la crucial importancia de la vigilancia epidemiológica y la prevención de enfermedades respiratorias en España, especialmente tras el impacto de la pandemia de COVID-19.

Los expertos coincidieron en que, aunque la atención ha estado centrada en el coronavirus en los últimos años, no se deben descuidar otras enfermedades que también representan una amenaza significativa para la salud pública. La vigilancia epidemiológica implica la recopilación, análisis e interpretación sistemática de datos de salud, lo que permite a las autoridades responder rápidamente a brotes y tendencias de enfermedades.

En este contexto, Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, subrayó durante su conferencia ‘Epidemiología de las infecciones respiratorias: carga de enfermedad’ la relevancia de incorporar nuevas enfermedades en los sistemas de vigilancia epidemiológica. “Años atrás ya se había hablado de la importancia de la vigilancia epidemiológica en general y de la vigilancia específica de las enfermedades inmunoprevenibles, algo que se evidenció tras la pandemia”, afirmó el experto. Este enfoque es esencial para adaptarse a los nuevos desafíos que surgen en el panorama de la salud pública.

Gil enfatizó que la vacunación ha sido un elemento clave en la respuesta a las infecciones respiratorias. “La mascarilla fue fundamental durante la pandemia, pero la vacunación fue esencial para poder dar una respuesta eficaz, lo cual sigue siendo clave frente a otros virus respiratorios”, destacó.

Además, el experto señaló la importancia del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA) para la monitorización de amenazas que podrían desencadenar nuevas epidemias: “Este informe nos pone en alerta sobre posibles brotes que pueden permanecer latentes”.

La vigilancia

La vigilancia epidemiológica ya ha demostrado ser crucial en el pasado, ya que, por ejemplo, durante el brote de ébola en África Occidental (2014-2016), un sistema de vigilancia bien establecido permitió identificar rápidamente casos y controlar la propagación del virus. Está práctica de éxito subraya la necesidad de invertir en sistemas, recursos humanos e infraestructuras que permitan que estemos mejor preparados para futuros desafíos sanitarios.

En esta línea, las zoonosis siguen siendo una preocupación significativa en la salud pública global. La creciente interacción entre humanos y fauna, impulsada por la urbanización, la deforestación y el cambio climático, ha aumentado el riesgo de brotes zoonóticos. Actualmente, se identifican más de 200 enfermedades zoonóticas conocidas, y se estima que alrededor del 60% de las infecciones humanas son de origen zoonótico, según datos de la Organización Mundial de Salud Animal (OMSA). Esta situación, más en un momento de alerta ante la extensión de la gripe aviar, demanda una respuesta coordinada entre profesionales, así como la implementación de estrategias de salud pública que integren la salud humana, animal y ambiental en un enfoque One Health.

En este sentido, la importancia de la vacunación no solo se limita a la protección de la población general, sino que también se extiende a grupos de riesgo, como los trabajadores de entornos vulnerables, como granjas. Gil resaltó que muchas CCAA han comenzado a reconocer la necesidad de vacunar a estos trabajadores, un paso fundamental hacia una respuesta más robusta ante futuras crisis sanitarias.

Desafío sanitario

Otro tema que se mencionó en el foro fue el impacto de la soledad no deseada, que afecta a personas de todas las edades y no solo a los mayores. Gil destacó que “en 2024, la soledad no deseada se ha convertido en un problema que trasciende la tercera edad, afectando a personas de todas las edades”.

Aunque tradicionalmente se asociaba con los mayores, hoy en día muchas personas se sienten aisladas en sus hogares, lo que resalta la necesidad de atención integral en salud pública. De hecho, según estudios recientes realizados en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no deseada, aproximadamente un 20% de la población en España se siente sola, lo que plantea retos adicionales en la atención sanitaria.

“Esta situación exige un enfoque en actividades preventivas, desde los programas de salud Primaria hasta la Secundaria”, indicó. Además, es crucial fomentar el diálogo y la cooperación entre las distintas direcciones de salud para abordar este fenómeno de manera efectiva y garantizar que nadie quede atrás en la búsqueda de bienestar.

El VIII Foro de Salud Pública ha dejado un mensaje claro: la vigilancia epidemiológica y la prevención de enfermedades respiratorias son fundamentales para proteger a la población y fortalecer el sistema de salud. La inversión en vigilancia y vacunación no solo ayudará a mitigar las amenazas actuales, sino que también preparará a la sociedad para los desafíos que aún están por venir.


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