J. R-T Madrid | viernes, 12 de julio de 2019 h |

Los esfuerzos por alcanzar las tasas de vacunación contra la gripe que recomienda la Organización Mundial de la Salud no están teniendo éxito. El Ministerio de Sanidad ha publicado las ratio de la campaña 2018-2019 y durante la temporada recién terminada el porcentaje de pacientes pertenecientes a grupos de riesgo (mayores de 65 años) vacunados alcanzó el 54,2 por ciento, el más bajo de la serie histórica que contabiliza Sanidad. De hecho, esta cifra es muy inferior a la alcanzada hace diez años y preocupa por un doble motivo: el primero es el dato en sí pero el segundo es que la tendencia anual es a la baja.

Si se mira la actividad por comunidades autónomas se puede comprobar que sólo dos territorios superan el umbral del 60 por ciento: Castilla y León y La Rioja. Además, hay datos muy preocupantes. Baleares y Andalucía ni siquiera llegan a la mitad de población vacunada dentro de los grupos de riesgo.

Otro de los datos que debería invitar a la reflexión es la tasa de vacunación que se ha registrado entre los profesionales sanitarios. Aunque el dato es ligeramente mejor en la última campaña que en la del año anterior, solo se han inmunizado el 33,9 por ciento de los profesionales sanitarios en los que se recomienda esta vacuna por su contacto habitual con colectivos de riesgo.

Estabilidad en otras patologías

Si bien la fotografía de la vacunación contra la gripe es muy preocupante, los deberes parecen hacerse en otras patologías. Si se analiza la primovacunación, en la última campaña los datos se mantienen prácticamente estables y además rozando el 100 por cien (se alcanzó el 97 por ciento en la poliomielitis, la hepatitis B o el meningococo C, mientras que el nuemococo se quedó en el 96,8 por ciento).

Uno de los casos de éxito en cuanto a vacunación se refiere se detecta en el caso de la varicela. Si bien en la cohorte de 2014 la media nacional indica que se vacunaron el 42 por ciento de la población diana, en la cohorte de 2016 la cobertura alcanza el 86 por ciento. De hecho, este porcentaje podría ser superior si no existiera el mal dato de Cataluña: si bien el resto de las comunidades están en torno al 90 por ciento, esta comunidad se queda en el 50.