La peculiaridad de España al estar dividida en 17 comunidades y dos ciudades autónomas denota grandes diferencias territoriales. Un hecho que se observa en el ámbito de la Salud Pública al implementar el calendario de vacunación del Sistema Nacional de Salud (SNS) o a la hora de diseñar las campañas en cada una de las regiones.

Así, seis directores generales de Salud Pública se dieron cita en las VIII Jornadas de CSL Seqirus de actualización en gripe, inauguradas por Jesús Fernández, consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha. Durante el encuentro, debatieron acerca de las medidas que se podrían implementar para lograr una mayor armonización en las campañas de vacunación, sobre todo, en las fechas de inicio. Entre ellas, mencionaron la necesidad de una mayor agilidad para introducir las vacunas, cambiar o reforzar las estructuras con las que cuenta España o tener en cuenta la equidad para implementar el calendario en cada región.

De izq. a dcha.: Jorge del Diego (DG Salud Pública Andalucía), José Ignacio Aguado (DG Salud Pública La Rioja), Elena Andradas (DG Salud Pública CAM), Juan José Camacho (DG Salud Pública CLM), Maria Antònia Font (DG Salud Pública Baleares) y José Jesús Guillem (DG Salud Pública Murcia).

Los pros y contras de un calendario único

Para Elena Andradas, directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, es importante disponer de un calendario común en todo el SNS. Eso sí, ve necesario “sacarlo de la agenda política” para lograr un consenso e ir “todos juntos”. “Si no somos lo suficientemente ágiles para detectar la innovación, para planificar el tiempo que necesitamos para elaborar los informes técnicos y la toma de decisiones y alejar ese punto del periodo preelectoral, habrá alguna comunidad que se adelante y es un hecho que no beneficia en absoluto a los programas de vacunación”, señaló la directora madrileña.

En este sentido, Andradas instó a agilizar los procesos de elaboración técnica y de toma de decisiones. Asimismo, apuntó a la necesidad de reorganización en los centros directivos de salud pública en cuanto a la estructura, dotación de recursos, dotación de sistemas de información y una forma diferente de organizar y de trabajar.

En esa agilidad demandada por Andradas coincidió también Juan José Camacho, director general de Salud Pública de Castilla-La Mancha: “Si logramos un sistema lo suficientemente ágil para introducir vacunas a nivel centralizado, evitamos las carreras entre comunidades”, afirmó. Algo que, en su opinión, requiere de una “modificación en la manera de financiar” o un “cambio de estructura”.

En la misma línea fue José Jesús Guillem, director general de Salud Pública de Murcia, quien aseguró que la introducción de una vacuna en el calendario debe ser “un proceso ágil y rápido y debería darse un plazo mínimo y máximo, de tal manera que la comunidad tenga margen para habilitar los recursos económicos para poder pagarla”. Y es que, tal y como recordó Guillem, es cada región quien paga las vacunas y, a veces, les supone un “coste excesivo”. “Las vacunas modernas tienen un coste muy alto; suponen millones de euros y hay comunidades que no pueden pagarlo”, afirmó.

Guillem también apuesta por un calendario vacunal único. “Habría que pactar con las sociedades científicas para que no tengan calendarios vacunales; que puedan hacer recomendaciones, pero que el calendario vacunal sea el que establezca el CISNS“, señaló.

Precisamente, el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha se centró en su discurso en la importancia de la financiación adecuada a las condiciones de cada comunidad. “Hemos ido desplegando una serie de hitos pendientes en prevención primaria, un esfuerzo que destaca aún más si se tiene en cuenta que Castilla-La Mancha es una comunidad con una densidad muy baja y una gran dispersión que hace más complicado llevar los servicios públicos a todos los sitios”, aseguró Fernández.

Así, Jesús Fernández sí está a favor de un calendario único, pero le gustaría “discutir el cuándo y el cómo”, pues “no es lo mismo aplicar el calendario vacunal en la Comunidad de Madrid o en la Comunidad Valenciana que en Castilla-La Mancha”, explicó. “Nosotros queremos que nos financien acorde a nuestra geografía, la casuística, la cronicidad, el envejecimiento… Esas son las razones por las que nuestra comunidad precisa una financiación diferente, porque la realidad de cada región es diferente”, demandó.

Por otro lado, José Ignacio Aguado, director general de Salud Pública de La Rioja, no ve necesario realizar un cambio de estructuras, sino “dar más poder, más vínculo o más fuerza” a las que ya existen. “Tenemos la Ponencia de Vacunas, la Comisión de Salud Pública, el Consejo Interterritorial (CISNS), etc. Si estructuramos bien esto y desde dentro dotamos las estructuras de cada región con los recursos necesarios para que las decisiones estén bien plasmadas en las entidades suprarregionales o nacionales, creo que la estructura no es mala“, insistió. El problema, según Aguado, es que “luego haya 17 regiones para tomar decisiones finales”.

Maria Antònia Font, directora general de Salud Pública de Baleares, puso sobre la mesa otro aspecto a considerar: la equidad. “Desde Salud Pública tenemos que velar por la equidad, pero esta también marca una diferencia en las personas que viven en cada uno de los territorios y debemos centrarnos en lo que realmente la sociedad nos demanda”, expresó.

La directora balear indicó que las cuatro islas de su comunidad son “muy diferentes” y tienen que hacer “programas diferentes“. Así, es partidaria de introducir la igualdad en un calendario común en España “para fomentar la equidad y el derecho que tienen todas las poblaciones a tener las mismas prestaciones”, pero la forma en la que se implemente “tiene que ser diferente”. Así, puso de ejemplo que la gripe en Baleares llega más tarde y por eso tienen que empezar a vacunar más tarde.

Por su parte, Jorge del Diego, director general de Salud Pública de Andalucía, explicó las razones por las que es posible tener un calendario de vacunación único y los motivos por los que puede llegar a ser inviable. En la columna del ‘no’, el director andaluz señala que la estructura administrativa es “tan compleja” que no permite un calendario común.

“Estoy totalmente de acuerdo en la necesidad de sacarlo del debate político, pero ahora mismo está completamente en el foco. Y esto puede venir de la importancia que ha tenido la vacunación frente a la COVID-19, la competitividad que hubo entre CC. AA. para alcanzar altos niveles de vacunación”, apuntó.

En paralelo, Del Diego puntualizó que en España “no hay ninguna razón epidemiológica para tener un calendario de vacunación diferente“. “Lo que va a ocurrir en una comunidad, acabará ocurriendo en otra, tarde más o menos”, aseveró. Asimismo, ve posible tener un calendario único donde se consiga un consenso y toda la población lo respete.

Los datos y la toma de decisiones

La agilidad también debe estar presente en la toma de decisiones para que estas sean efectivas. Y, para ello, contar con la información necesaria es crucial. Sin embargo, no todas las comunidades pueden disponer de datos de vacunación con facilidad o rapidez.

En Baleares tienen una “debilidad”: no cuentan con sistemas de información avanzados. “En COVID-19 sabíamos prácticamente a diario cuántas personas se vacunaban, por edad y sexo, y sabíamos quién se vacunaba en función de dónde vivía y cómo vivía. Diseñamos rápidamente una tabla de distribución en función de densidad de población y de renta per cápita. Al día siguiente podíamos implementar medidas de vacunación en zonas donde sabíamos que estaba aumentando la incidencia y desarrollábamos medidas de prevención rápidas. Esto es histórico. Y con la gripe esto no lo estamos viviendo. Sabemos los datos mucho después de la vacunación”, explicó Maria Antònia Font.

“Falta información rápida”, resumió Font. “Esto tiene que cambiar. En Baleares apostamos fuertemente por una forma de gestionar todos los recursos, no solo los datos. Apostamos por una agencia, un organismo autónomo en Salud Pública. Que podamos gestionar Salud Pública desde la autonomía igual que lo está haciendo el servicio de salud”, señaló.

En el lado opuesto se encuentra Andalucía, una región donde sí reciben “día a día” información de quién se vacuna y estructurado por grupos de riesgo. “Nosotros sí podemos tomar decisiones y ver lo que está ocurriendo”, afirmó Jorge del Diego.

A nivel nacional, el director andaluz señaló que existe una estructura “muy clara y sólida” de cómo se toman las decisiones de vacunación: el CISNS. Pero en el ámbito concreto de la vacunación, considera que España necesita, además de la Ponencia de Vacunas, “un Comité Nacional de Inmunización, diferente y complementario a la ponencia”. Un ente que viene reclamando desde hace tiempo la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Buena comunicación y mensajes únicos

Los DG de Salud Pública también abordaron las coberturas vacunales y la dificultad de captación de la población para vacunarse. Andradas hizo referencia al “cansancio” y el “menor miedo” a la COVID-19 han provocado que durante esta temporada de 2022-2023 estén “empezando a disminuir ligeramente” tanto las dosis de refuerzo de COVID-19 como las coberturas de gripe.

“Hace falta un periodo de reposo, volver a una cierta normalidad, pero no bajar la guardia y trabajar de la mano de sociedades científicas, profesionales o laboratorios”, indicó. Para ir todos a una, instó a seguir dando “recomendaciones muy claras” de los beneficios de la vacunación frente a la gripe y trabajar en “un mensaje único” para mantener el interés y aceptación de la vacuna de la gripe y no confundir al ciudadano.

Del mismo, modo, Aguado considera que la promoción y prevención en Salud Pública pasa por “una buena comunicación”. “Esa actitud de fatiga pandémica creo que se puede superar con una buena comunicación de la mano de todas las partes integrantes. La parte científica es muy importante, pero también la parte gestora”, indicó. También puso en valor los estudios de coste-oportunidad y coste-efectividad, que “tienen que ver en la utilización de las vacunas”.

En este sentido, José Jesús Guillem, director general de Salud Pública de Murcia, afirmó que los profesionales sanitarios son los primeros que deben “sumarse” a la vacunación y recomendarla a sus pacientes pediátricos. Además, destacó que la COVID-19 ha traído captaciones que hasta ahora nunca antes se habían utilizado: “Hemos enviado correos, hemos puesto cita web, etc.”, apuntó.


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