CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 07 de julio de 2017 h |

La organización laboral del Sistema Nacional de Salud (SNS) lleva años sembrando un debate que lejos de disiparse va in crescendo. Si el Ministerio de Sanidad junto con las comunidades y los sindicatos ya se habían sentado a hablar sobre la temporalidad y precariedad en las plantillas, ahora tienen una nueva tarea: los superespecialistas de algunas unidades y áreas hospitalarias.

Unos puestos que, hasta ahora, se cubrían sin ningún criterio de selección, y como advierten desde la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) “de manera indiscriminada” entre comunidades autónomas.

Está claro que la superespecialización de la medicina requiere la creación de unidades y puestos específicos. Por tanto, los procedimientos de selección deben “fundamentarse sobre el reconocimiento de la capacitación”.

Aunque la teoría parece clara, en la práctica, según el sindicato, gran parte de las comunidades autónomas han ido pidiendo perfiles profesionales específicos con el objetivo de beneficiar a personas concretas, “rompiendo los criterios de igualdad, mérito, capacidad y valoración de la competencia”.

Ante la ausencia de unas competencias marcadas en el curriculum formativo, cada servicio seleccionaba al personal que consideraba. Una situación que “había llegado a unos abusos espectaculares”. Como advirtió el presidente de la confederación, Tomás Toranzo, se trata de perfiles de carnet de identidad, donde se ponía el puesto al servicio de una determinada persona, y la elección se hacía con un “oscurantismo y una discrecionalidad que rayaban el Código Penal”, criticó.

Con este escenario, han elaborado un documento que presentarán al Ministerio y a las comunidades a fin de que el primero lidere el proceso. El objetivo es establecer unos criterios homogéneos en toda la sanidad pública que “impidan la discrecionalidad de los nombramientos y aseguren que el puesto está ocupado por el mejor profesional”.

El sindicato defiende que estos criterios deben regirse por la existencia de un Área de Capacitación Específica (ACE). Además, “deberán figurar en la plantilla orgánica, definiendo su número y características. Solo podrán ser implantados en aquellos hospitales cuya cartera de servicios ofrezca ese nivel de especifidad. Asimismo, la publicación anual de relación de hospitales y servicios que en el SNS ofrecen puestos específicos deberán incluir la denominación del puesto y las plazas existentes.

Por último, como comentó Toranzo, el ejercicio profesional en estos puestos no impedirá la realización de tareas generalistas de la especialidad, por lo que el hospital estará obligado a que estos profesionales dediquen un porcentaje determinado de tiempo a su actividad específica.

Del mismo modo, CESM apuesta por que el sistema de selección se haga mediante los concursos de traslados y las oposiciones, si bien “no podrá ofertarse ninguna plaza a concurso que no haya sido ofertada previamente en los traslados”.

En cuanto a las coberturas temporales, las plazas vacantes en estos puestos deberán ser ofertadas a los propietarios que estén en posesión de los requisitos, en primer lugar, y las ocuparán en régimen de comisión de servicios hasta su cobertura definitiva. En caso de que no existieran propietarios con los requisitos exigidos se ofertará para cobertura temporal a aquellos especialistas inscritos en la bolsa de empleo.En última instancia, si no se logran cubrir, se hará una oferta pública.

Con todo, el sindicato apuesta por que para la oferta de plazas, tanto para procesos selectivos como para procesos de movilidad se definan dos modalidades. Por un lado una generalista, que siga los estándares habituales de un concurso u oposición en un acceso universal, y por otro lado, una modalidad de acceso restringido y excluyente, para plazas que puedan ubicarse dentro de las ACEs reconocidas legalmente.

Toranzo y el secretario general de CESM, Francisco Miralles, consideran que esta situación está generando un problema en los equipos especializados que se agrava, además, por la inexistencia en el desarrollo normativo de las ACE. Mientras, la troncalidad se va reescribiendo, los profesionales proponen que se puedan tener en cuenta otras formas de acreditación para la provisión de estas plazas, como los diplomas de acreditación y los diplomas de acreditación avanzada, siendo los nombramientos de manera temporal, pero lejos de la elección indiscriminada, que hasta ahora regía a las comunidades autónomas.