Esther Martín del Campo Madrid | miércoles, 18 de diciembre de 2019 h |

La apuesta política por impulsar la prevención del suicidio se afianza en la futura Estrategia Nacional de Salud Mental. Según informan fuentes del Ministerio de Sanidad a Gaceta Médica, la prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida protagoniza ya la tercera línea estratégica del borrador documento, de un total de nueve epígrafes. Los técnicos que ultiman el borrador han destacado dos objetivos fundamentales. En primer lugar, detectar de forma precoz y prevenir las conductas suicidas, pero también mejorar la atención a las personas con riesgo suicida.

Las claves de la nueva estrategia ha sido uno de los temas que se han puesto sobre la mesa durante la presentación ‘Declaración por la mejora del abordaje de la depresión y la prevención del suicidio’, que promueven, la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica.

A este documento, que recoge en un total de ocho puntos los aspectos clave para hacer frente a este problema de salud pública, se han adherido también la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia y la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias. También se han sumado organizaciones de pacientes, como la Alianza General de Pacientes, la Fundación Anaed, la Asociación Supervivientes después del suicidio y la Asociación FFPaciente, aunque el proceso sigue abierto a nuevas adhesiones.

A pesar de la impresión general de que hay un mayor interés político por hacer frente a este problema de salud pública, el presidente de la fundación, Jerónimo Saiz ha remarcado que “si no hay presupuesto, cronograma, ámbito de aplicación y evaluación todo quedará en una aventura”.

El documento pone el foco sobre la relación entre depresión y suicidio. Ana González Pinto, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, ha recordado que la depresión afecta en todo el mundo a más de 300 millones de personas, en diferentes grados. En el 90 por ciento de los casos de suicidio, ha remarcado, hay un trastorno depresivo.

Asimismo, la especialista ha recalcado que hay datos excelentes en España y en el ámbito europeo que sostienen que el tratamiento precoz de la depresión disminuye la muerte por suicidio.

Por su parte, desde la perspectiva de atención primaria, Rafael Casquero, representante del Grupo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), ha hecho hincapié en la necesidad de mejorar la formación de los profesionales sanitarios del primer nivel en ese terreno. “Hace falta un enfoque psicosomático mucho más enriquecedor que permita ver al paciente a muchos niveles. Hace falta formación para que el profesional sanitario sea más resolutivo”, indica.

Carlos Mur de Viu, psiquiatra y director general de Coordinación Sociosanitaria de la Comunidad de Madrid ha repasado la apuesta de la comunidad en este terreno, con iniciativas como el Programa de Atención al Riesgo Suicida (Arsuic). No obstante, Mur de Viu ha recalcado que debe ser una línea estratégica a nivel nacional y, a partir de ahí, las comunidades tendrán la responsabilidad de desarrollarlo.

El gestor ha recordado también, junto a Jerónimo Saiz, el fracaso de una actualización previa de la estrategia de salud mental que fue frenada en el Consejo Interterritorial de Salud en 2016 a pesar del consenso de los técnicos de las comunidades, con la negativa de comunidades como Cantabria o Comunidad Valenciana. “Si no introducimos determinadas disputas políticas, estaremos a tiempo”, ha defendido.

Desde la perspectiva de los pacientes, Cecilia Borrás, presidenta de la Asociación de Supervivientes Después del Suicidio, ha cuestionado la “ceguera social total” sobre un problema de primera magnitud. La portavoz de los pacientes ha asegurado que en marzo de este año reclamaron al Ministerio de Sanidad la puesta en marcha de la primera línea estratégica sobre prevención del suicidio, y la respuesta fue que era preciso esperar a contar con la estrategia completa.

Desde su experiencia, es fundamental promover una campaña de información a toda la población para que el entorno de las personas afectadas puedan estar alerta ante determinados signos de alarma.

Además de la citada campaña de información, que debe promover una visión normalizada de la patología mental, lejos de estigmas, tal y como remarca Borrás, el presidente de la Alianza General de Pacientes, Juan Manuel Ortiz, también defendió la necesidad de diseñar mecanismos que garanticen el acceso del paciente la información y la equidad en el acceso a las innovaciones.

Declaración

El documento, presentado esta mañana en la sede de la Asociación Madrileña de la Prensa, cuenta con la colaboración de la compañía Janssen. El texto recoge ocho puntos entre los que destaca la urgencia de impulsar un plan de ámbito nacional de prevención del suicidio con presupuesto específico para que las comunidades autónomas puedan implantar las medidas principales.

Además, abogan por proporcionar una respuesta social y de prevención desde todos los ámbitos, así como por luchar contra el estigma a través de campañas transversales de comunicación.

La gestión de la información, la formación de los profesionales sanitarios o el impulso a la investigación constituyen otros puntos clave del documento, que no pasa por alto la creación de la especialidad de psiquiatría infantil para mejorar la detección precoz de sujetos con riesgo suicida entre los menores de edad, o de diseñar nuevas herramientas que permitan realizar una aproximación realista desde el punto de vista epidemiológico y que contemple, además, las tentativas autolíticas.