La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un marco global para ayudar a los Estados Miembros a investigar de manera exhaustiva el origen de patógenos nuevos y reemergentes. La institución ha contado con el apoyo del Grupo Asesor Científico sobre los Orígenes de Patógenos Nuevos (SAGO) para esta iniciativa y está diseñado como un recurso para científicos, investigadores, autoridades de salud pública e investigadores en los Estados miembro.
Aunque existen varias herramientas para investigar brotes de enfermedades infecciosas, este es el primer enfoque unificado y estructurado para estudiar los orígenes de un patógeno novedoso. Este plan busca llenar ese vacío proporcionando un conjunto completo de investigaciones científicas y estudios. Se trata de la primera versión de una guía práctica que se actualizará según sea necesario, basándose en los comentarios de los usuarios.
Aumento de patógenos
Desde la OMS advierten de que cada brote y pandemia demuestra que la salud humana y animal está en riesgo debido al aumento de la aparición de patógenos conocidos (como los virus del Ébola, Nipah, gripe aviar, Lassa y la viruela del mono) y nuevos patógenos con potencial epidémico y pandémico (como los nuevos virus de la gripe, MERS-CoV, SARS-CoV-1, SARS-CoV-2). Por ello, inciden en que la capacidad de prevenir, y cuando no es posible, contener rápidamente los brotes e identificar su origen, es ahora más crítica que nunca, tanto desde un punto de vista científico, moral como financiero.
Seis elementos clave
El marco global de la OMS propone varias líneas de investigación clave para abordar el origen de patógenos emergentes y reemergentes. En primer lugar, se enfocan en las investigaciones tempranas de los primeros casos identificados, ya sean individuales o en grupo, con el fin de identificar posibles fuentes de exposición, recolectar muestras en el lugar de origen y definir las características del patógeno involucrado. Esto permitirá desarrollar ensayos de diagnóstico adecuados.
Los estudios en humanos son otra parte fundamental, cuyo objetivo es comprender la epidemiología de la enfermedad, la presentación clínica, los modos de transmisión, la patología y la detección más temprana del patógeno en muestras de vigilancia sindrómica. Asimismo, se realizarán investigaciones sobre la interfaz entre humanos y animales para identificar reservorios animales potenciales, hospedadores intermedios y la posibilidad de zoonosis inversas. Además, se investigarán vectores insectos u otras fuentes de infección, así como la presencia más temprana del patógeno en el medio ambiente.
El marco también incluye estudios genómicos y filogenéticos, los cuales permitirán identificar cepas precursoras del patógeno, analizar sus características genómicas y su evolución tanto en hospedadores intermedios como en humanos, además de su distribución espacial a lo largo del tiempo. Finalmente, los estudios de bioseguridad buscarán determinar si una brecha en las actividades de laboratorio o investigación pudo haber estado asociada con los primeros casos registrados del patógeno.
Orientación para los países
La iniciativa de la OMS proporciona orientación sobre cuándo y cómo iniciar estas investigaciones multidisciplinarias y ofrece recomendaciones a los países sobre las capacidades y herramientas necesarias para implementarlas con éxito. Esto incluye recursos humanos, sistemas de vigilancia de humanos, animales y medio ambiente; regulaciones de bioseguridad y laboratorios con capacidad de pruebas y secuenciación. Además, subraya la importancia de compartir los hallazgos de estas investigaciones lo antes posible para guiar los siguientes pasos.
Las investigaciones rápidas y completas sobre los orígenes de los patógenos son cruciales para prevenir y contener crisis de salud globales. Los hallazgos proporcionan la base para detener los brotes antes de que comiencen, interrumpir las cadenas de transmisión y reducir el riesgo de que los patógenos se propaguen de animales a humanos. También pueden confirmar o excluir la posibilidad de una brecha no intencional en la bioseguridad de laboratorios.
Compartir información
Para conseguir avances en este campo, es fundamental que los países compartan los hallazgos iniciales de manera rápida, completa y transparente tan pronto como los resultados estén disponibles, a fin de garantizar la implementación de medidas para mitigar la transmisión y prevenir nuevos eventos de contagio y, eventualmente, futuras pandemias.
“Entender cuándo, dónde, cómo y por qué comienzan las epidemias y pandemias es tanto una obligación científica, para prevenir futuros brotes, como una obligación moral por el bien de quienes pierden la vida en ellos“, afirma Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Este marco proporciona por primera vez una guía completa sobre los estudios necesarios para investigar el origen de patógenos emergentes y reemergentes. Si hubiera estado disponible cuando surgió el COVID-19, la búsqueda para entender su origen podría haber sido menos conflictiva y más exitosa. La OMS sigue instando a China a compartir toda la información que tiene sobre los orígenes del COVID-19, para que todas las hipótesis puedan ser investigadas”, ha explicado.
El SAGO, establecido en noviembre de 2021 y compuesto por expertos independientes de todo el mundo, ha sido el encargado de identificar los mejores enfoques técnicos y científicos para comprender los orígenes de patógenos emergentes y reemergentes y desarrollar este marco global. El SAGO forma parte de un sistema de preparación y prevención de emergencias de salud fortalecido por la OMS, sus Estados miembro y numerosos socios científicos y de salud.