El papel creciente de la salud pública, a raíz sobre todo de una pandemia que ha puesto en boga el papel que las administraciones públicas confeccionan en esta área. En España, este papel coordinador y cohesionador lo ha desempeñado la Comisión de Salud Pública (CSP) del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), donde están representadas todas las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad. En la defensa contra el SARS-CoV-2 ha participado de documentos, posicionamientos y directrices en todo el territorio; como resultado de un trabajo creciente desde inicios de 2020, también ahora es parte vital en el diseño la nueva salud pública nacional.

Concretamente, se han sentado las bases de ella en la Estrategia de Vigilancia en Salud Pública del SNS, un documento técnico en todos los ámbitos que se sitúan para su paraguas y uno de los puntos esenciales de la Declaración de Zaragoza. De esta parte la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública, ‘contenedor’ de cuatro consultas previas del mismo número de proyectos de RD en el camino de Sanidad.

Estas áreas son la monitorización del cáncer, de las enfermedades transmisibles y de la salud laboral, así como el desarrollo de un Plan Estatal de preparación y respuesta frente a amenazas para la salud pública. Así las cosas, el diseño de este nuevo entramado coordinador —del que también formará parte la futura Agencia— es monitorizar el estado de salud de la población en términos de bienestar, morbilidad y mortalidad y los riesgos, determinantes, inequidades y factores que la condicionan.

En materia de cáncer se ha marcado como objetivo contribuir a la identificación de los grupos de población de mayor riesgo y “facilitar la información que oriente la planificación y la gestión de los recursos sanitarios, así como la evaluación de la calidad asistencial”. También se pretende apoyar en la evaluación de los programas poblacionales de cribado, promover la difusión de la información recogida y fomentar la investigación epidemiológica y la formación relacionada con el control del cáncer, “especialmente de los factores determinantes asociados”.

CSP: pandemia y vacunas

El primer gran documento en el que participó la Comisión de Salud Pública en 2020 fue la estrategia de detección precoz, vigilancia y control de la COVID-19, que contó con la revisión de sus integrantes junto a los de la Ponencia de Alertas; también el posicionamiento de riesgos asociados a la enfermedad o las recomendaciones de uso de los test como herramienta de cribado de la enfermedad. El culmen de su desempeño en esta tarea la Estrategia de Vacunación frente a la enfermedad, abordada en su seno ministerio y CC. AA. para la confección de un documento que ha pasado en sucesivas ocasiones por su mesa para su actualización dinámica.

De este modo, el proceso escalonado de inmunización fue discutido como parte de las reuniones del organismo, que analizó desde un punto de vista técnico los grupos prioritarios hasta completar la pauta vacunal de casi el pleno de la población nacional. Del mismo modo, también ha vehiculado los procesos y decisiones de dosis de refuerzo.

Prueba de las lecciones aprendidas con la COVID-19 ha sido la convocatoria de la Comisión para sumar voces en problemas de impacto como fueron las hepatitis virales detectadas en niños, así como la vigilancia frente a la viruela del mono y las medidas oportunas para su combate. Además, aprobó el primer programa bienal de actuación del Plan Estratégico Salud y Medio Ambiente.

Asimismo, antes de cristalizar en el actual Calendario de Vacunación nacional, la Comisión de Salud Pública avaló las recomendaciones de las vacunas que hoy están en la citada hoja de ruta para responder a enfermedades como el VPH, la meningitis B, la gripe o el herpes zóster. El última precedente de su trabajo en esta parcela es la celebración de una reunión técnica, en la que se abordó la futura inclusión del anticuerpo monoclonal nirsevimab, frente al VRS, en el calendario común de inmunización infantil en España.

Salud pública autonómica

El auge de la salud pública también ha protagonizado buena parte de la actividad mediática de Gaceta Médica, que ha repasado el trabajo que las comunidades, integradas en la mencionada CSP, han desplegado en sus respectivos territorios. De este modo, esta publicación ha contado con la visión de los directores generales de la Comunidad de Madrid, Galicia, País Vasco, Castilla-La Mancha, Islas Baleares, Castilla y León, Andalucía, La Rioja y Murcia, que han hecho revisiones en profundidad de la realidad de sus regiones y también a nivel nacional.


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