El Ministerio de Sanidad ha presentado la primera jornada para compartir experiencias y buenas prácticas en materia de prescripción de medicamentos: «Compartiendo experiencias en desprescripción de medicamentos innecesarios: Por la seguridad del paciente». El objetivo del encuentro es conocer la opinión de expertos en todo el territorio nacional con el objetivo de promover el conocimiento entre profesionales.

El encuentro ha sido organizado por el Ministerio de Sanidad y la Dirección General de Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia, junto a los órganos competentes de las comunidades autónomas. En este contexto, la jornada ha sido inaugurada por la directora general de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, Patricia Lacruz, quien ha destacado la importancia de encuentros que promocionen la salud «para que las personas vivan más y mejor».

Lacruz ha insistido en la necesidad de mejorar las herramientas de gestión que impulsen de forma efectiva la deprescripción en el SNS y la importancia de promover hábitos saludables.

«Cuando la prescripción farmacológica llega a la vida de las personas, hay que revisar el historial para deprescribir medicamentos que son innecesarios y mejorar la salud de las personas»

Patricia Lacruz, directora general de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia

El uso racional de medicamentos es un problema que ha preocupado durante años a la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), presente en la jornada a través de su presidente, Salvador Tranche.

El experto ha destacado la importancia de los efectos asociados a la seguridad del paciente y ha insistido en su preocupación con la prescripción, especialmente la de fármacos de baja utilidad terapéutica que puede provocar el llamado efecto cascada.

En este sentido, Tranche recuerda que «hasta casi el 10 por ciento de las consultas de Atención Primaria están relacionadas con efectos adversos de la medicación ocurridos con antelación».

La polimedicación en España

En este contexto, la jornada ha servido para presentar el estudio ‘Evolution of polypharmacy in a spanish population (2005-2015): a database study‘. El encargado de presentar las conclusiones y avances del análisis ha sido Miguel Ángel Hernández-Rodriguez, del Servicio Canario de la Salud.

A través de la conferencia ‘Polimedicación: Situación en España. ¿Hacia dónde vamos?, Hernández-Rodriguez, ha destacado que el estudio evidencia una tendencia de incremento en la polimedicación y polimedicación excesiva en pacientes mayores de 14 años durante el periodo comprendido entre 2005 y 2015. A pesar de ello, indica que realmente todos los rangos de edad están afectados, especialmente los pacientes con 80 años o más.

El experto es coordinador del Grupo de Trabajo de Utilización de Fármacos de la Semfyc y se ha apoyado en los datos de la base BIFAP para su presentación. Esta plataforma es una fuente de datos para la investigación de fármacos en Atención Primaria, de la AEMPS.

El estudio surge a raíz de detectar un incremento de polimedicación en el ámbito europeo, Estados Unidos y Japón durante los últimos años. Ante ello, existía la necesidad de trasladar el análisis a la población española. El objetivo, por tanto, era estimar la prevalencia de polimedicación y polimedicación excesiva en la sociedad española y tratar de identificar un método para identificar mejor a estos pacientes.

«Por la tendencia encontrada en los resultados del estudio, consideramos que es un problema de Salud Pública que va en aumento»

Miguel Ángel Hernández-Rodriguez, del Servicio Canario de la Salud

En este sentido, el estudio desarrollado ha servido para poder elaborar una herramienta más precisa para identificar a los pacientes polimedicados.

Limitaciones y fortalezas del estudio

El estudio es un diseño descriptivo de personas mayores de 14 años de atención primaria. Para llevar a cabo el estudio, se analizó la prescripción entre 2005-2015 y se estudiaron años naturales. En este balance, la variable principal es la proporción de pacientes polimedicados o polimedicados excesivamente por sexo y edad y la fuente de datos es BIFAP.

Una de las grandes complejidades del estudio ha sido la dificultad de trasladar la definición de polimedicación a la base de datos utilizada. Según Hernández-Rodriguez, se ha elegido que el término polimedicación hace referencia a cinco o más medicamentos en una persona, «que es lo que está más aceptado internacionalmente». Y más de 10 para polimedicación excesiva, pero además es necesario que esos medicamentos coincidan en el tiempo durante al menos seis meses.

Una de las limitaciones destacadas es la posibilidad de haber sobreestimado la polimedicación real a la hora de utilizar los medicamentos, según ha explicado el experto. En este sentido, no están incluidas las recetas hospitalarias, tampoco las recetas privadas ni los fármacos dispensados sin recetas. Por otro lado, la incorporación constante de pacientes en la base de datos de BIFAP puede suponer alguna oscilación en la serie temporal, o la participación voluntaria de los médicos, que podría suponer algún sesgo.

Estas limitaciones no afectarían sustancialmente al estudio en la valoración de pacientes polimedicados. En este sentido, la fortaleza que más destaca es el hecho de haber conseguido una identificación más precisa de los pacientes polimedicados.

En este punto, la investigación futura pone las miras a comparar metodologías y estandarizar una definición y a poder identificar personas con mayor riesgo ante el aumento del volumen de pacientes y las diferencias por sexo. De la misma forma, Hernández-Rodriguez pone sobre la mesa la posibilidad de valorar el impacto de los programas de polimedicados y el alcance de los mismos.


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