Carmen M. López Madrid | viernes, 17 de febrero de 2017 h |

Dos años después de que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (Cisns) sentara las bases para una gran estrategia nacional de vigilancia contra las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS), el plan sigue su curso.

Como indica Francisco Álvarez, jefe de Sección Medicina Intensiva Hospital Universitario del Mar, la estrategia tendrá que terminar su fase de desarrollo entre 2017 y 2018. “No será fácil, puesto que implica la creación de un sistema de información que recoja los datos de las comunidades autónomas”, indica.

Este registro será una plataforma que acogerá toda la información que aporten las comunidades sobre las infecciones nosocomiales de los pacientes y los resultado tras la aplicación de los protocolos de seguridad, —también conocidos como proyectos Zero (bacteriemia, flebitis, resistencia e infección quirúrgica)—. De esta manera, los centros sanitarios tendrán que enviar la información a las comunidades y éstas a su vez al ministerio para incorporarla a la base de datos.

Álvarez comenta que a falta de este registro, los planes de seguridad sí que están consolidados en las autonomías. Eso sí, cada una va a un ritmo desigual. “Algunas se han implicado muchísimo como puede ser Madrid, Valencia o Cataluña. Otras, sin embargo, se comprometieron en el proyecto pero se han descolgado”, advierte.

Un poco de historia

Los proyectos Zero surgieron en el ámbito de la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), concretamente, en el Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas y Sepsis. Los expertos recogieron la experiencia en Estados Unidos en la implementación de paquetes de medidas o bandle para disminuir las bacteriemias relacionadas con las catéteres venosos centrales (CVC) en pacientes críticos ingresados en las UCIS. A raíz de los buenos resultados que obtuvieron consiguiendo eliminar las bacteriemias, la Semicyuc decidió implementar estrategias similares.

El paquete de medidas de Bacteriemia Zero (BZ) incluía el control y la vigilancia de los catéteres con medidas totalmente asépticas. Aplicando esta estrategia en 19 meses se logró reducir las tasas de bacteriemias en España un 50 por ciento. “En aquel momento estaban en torno a seis episodios por 1.000 vías de CVC y lo redujimos por debajo de tres episodios”, asegura. Un impacto importante con una participación de más de 150 UCIS. Los resultados se han mantenido en el tiempo e incluso han mejorado. Desde 2010, las tasas se mantienen por debajo de los tres episodios.

Estos resultados sirvieron para hacer el segundo proyecto, Neumonía Zero (NZ), con el que pretendían reducir las neumonías relacionadas con la ventilación mecánica, muy frecuentes en los pacientes críticos. “Se aplicaron los bandle, creados por nosotros, y su empleo entre 2011 y 2012 supuso una reducción muy importante”, indica. Las tasas eran bastantes elevadas comparadas con las de otros países, en torno a 11-12 por mil vías de ventilación mecánica, y tras la aplicación del proyecto se ha reducido por debajo de siete episodios. Los resultados se mantienen y actualmente están por debajo de siete.

Resistencia y Flebitis

El tercer proyecto fue el de Resistencia Zero (RZ). Se enmarca dentro de una estrategia global en la que participan varios organismos internacionales. El objetivo es reducir la aparición de bacterias multirresistentes. Con este conjunto de medidas, los resultados han sido positivos y han demostrado reducciones de más de un 20 por ciento más las infecciones por multirresistencias en las UCIS. “Se ha parado el incremento y estas medidas a lo largo del tiempo tendrán resultados cada vez mejores”, anuncia.

Carmen Martínez Ortega, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario Central Universitario, junto con Belén Suárez, enfermera del mismo centro, son las coordinadoras del proyecto Flebitis Zero (FZ). Se trata de un programa preventivo que pretende garantizar un acceso venoso seguro, eficaz y mínimamente agresivo para el paciente, disminuyendo la variabilidad en los cuidados. Trata de prevenir y reducir los eventos adversos y promocionar el análisis y la evaluación de las medidas instauradas.

Esta estrategia determina y analiza la incidencia de flebitis asociada a catéter venoso periférico. Como indica Martínez, 40 hospitales comenzarán con la recogida de datos nacional de 13 comunidades autónomas. La reducción de la incidencia de flebitis ha alcanzado el 50 por ciento en al menos seis hospitales. Como indica la experta, “aplicando estas medidas se estima que 80.000 pacientes no tendrían flebitis”. El ahorro económico estimado se sitúa en los ocho millones de euros. “El proyecto va caminando poco a poco, cada vez se van sumando más hospitales”, apunta la experta. Suárez, por su parte, asegura que la formación de los profesionales también ha sido fundamental. En este caso, unos 3.000 profesionales se han formado para llevar a cabo este proyecto.

Para los expertos, estos son algunos ejemplos de cómo con una intervención dirigida y planificada se puede parar el incremento de estas infecciones y disminuirlas de forma considerable.

Infección Quirúrgica, en marzo

A la espera de que las comunidades autónomas concreten la participación de sus hospitales, el Proyecto Infección Quirúrgica Zero (IZQ) se retrasará unas semanas hasta el mes de marzo. Las comunidades autónomas están contactando con sus hospitales para promover la participación en el proyecto y muchos centros realizan ya los preparativos para comenzar las actividades de prevención.

Unos días antes del inicio del proyecto, se prevé organizar un taller para coordinadores hospitalarios en Madrid. Este proyecto busca mejorar la calidad asistencial y la seguridad de los pacientes quirúrgicos por medio de la aplicación universal y verificada de medidas preventivas frente a las infecciones quirúrgicas. Desarrollado a lo largo de 2014, ha permitido estudiar la efectividad, en condiciones normales de la práctica médica, para introducir nuevas estrategias contra las infecciones, con el objetivo de determinar si la intervención multifactorial propuesta es efectiva para disminuir la incidencia de IRAS.