J.A. Madrid | viernes, 23 de febrero de 2018 h |

La disfagia es uno de los problemas más comunes a los que se enfrentan médicos y enfermeras en los hospitales. Supone un contratiempo grave ya que pone en riesgo la correcta hidratación y nutrición del paciente en un momento delicado de su salud o incluso provocarle infecciones que podrían derivar en la muerte. Su incidencia es alta tal y como ponen de manifiesto los datos de la Organización Mundial de Gastroenterología. Una de cada 17 personas sufrirá un problema de disfagia a lo largo de su vida. Otro estudio publicado en estados Unidos evidencia que cada año uno de cada 25 estadounidenses sufrirá algún problema de deglución.

La prevalencia aumenta en personas mayores y alcanza los dos dígitos. El paciente encuentra problemas por un lado para la preparación del bolo y por otro lado para el desplazamiento del alimento hacia el estómago. Una de las consecuencias más peligrosas es la neumonía aspirativa, como puso de manifiesto una revisión publicada en la Revista Española de Geriatría y Gerontología donde se indica que “ es la principal causa de muerte en los pacientes con enfermedades neurológicas y en pacientes frágiles con alteración de la deglución”.

La causa más común son las enfermedades neurológicas: accidente cerebrovascular, traumatismos cráneoencefálicos, demencias y enfermedad de Alzheimer, párkinson, esclerosis múltiple y parálisis cerebral, entre otras patologías. Otras causas pueden ser el cáncer de cabeza y cuello, procesos inflamatorios e infecciosos y envejecimiento.

Diagnóstico y tratamiento

La buena noticia es que los hospitales del Sistema Nacional de Salud están preparados para diagnosticar y tratar este problema e incluso puede llegar a revertirse. “En otros casos, puede no llegar a curarse , pero existen suficientes tratamientos que van a permitir que la persona afectada de disfagia pueda conseguir deglutir de manera segura mientras se mantiene un buen estado nutricional y de hidratación”, añadió Nuria Barcons, del equipo de Nestlé Health Science.

El primer escalón de tratamiento de la disfagia orofaríngea consistiría en “la adaptación de la consistencia y textura de los alimentos y las bebidas y consumirlos en pequeñas cantidades para tragarlos más fácilmente”, añadió.

Existen diferentes síntomas que podrían ayudar a diagnosticar la disfagia: tos, atragantamiento, degluciones fraccionadas, carraspeo, babeo y pérdida de peso involuntaria, según destacó Ingrid Polakova, de Nestlé Health Science.

Precisamente esta compañía lleva más de 25 años trabajando para aportar soluciones a los pacientes que presentan disfagia. Su primer producto data de 1990 cuando lanzó su primer puré industrial para adultos. En este periodo existen productos adaptados tanto líquidos como sólidos para mejorar la deglución. En el caso de los primeros, con la utilización de espesantes y de aguas gelificadas. En el caso de alimentos sólidos, “el cambio de su textura puede mejorar la deglución”, destacó Polakova.

En el caso de los alimentos sólidos, tanto los hospitales como los centros de la tercera edad presentan problemas para la preparación de alimentos. “Los centros sanitarios tienen dificultades para preparar este tipos de dietas. Es la dieta de más dificultad. Hay que prepararla con antelación, a veces la textura no queda igual, llegan frías, se producen quejas procedentes de enfermería”, subraya Gemma Camps, de Nestlé Health Science.

El problema de la disfagia aparece hasta en un 15 por ciento de los pacientes hospitalizados, un 30 por ciento de los pacientes ingresados en centros especiales de rehabilitación y un 40 por cientos en centros geriátricos, según un estudio publicado en Nutrición Hospitalaria.

Solución para el centro hospitalario

En 2014, esta compañía lanzó MixxPro, un equipo de cocina para la preparación de purés en los hospitales. En 2017, Nestlé Healt Science puso el mercado una máquina más avanzada que responde mejor a las necesidades de los centros hospitalarios y sociosanitarios.

Camps explicó que entre la ventajas que presenta la MixxPro se encuentra un “aporte nutricional garantizado, texturas seguras, excelentes sabores, seguridad microbiológica y rentabilidad para los clientes”. Camps explicó que cuando los hospitales cocinan purés se preparan de más, por lo que una gran cantidad termina en la basura. “Una de las ventajas de esta máquina es que puede preparar las dosis estrictamente necesarias, porque en caso de necesitar más, preparar una nueva ración es cuestión de segundos”, añadió.

En la actualidad más de 100 centros en toda España utilizan en sus cocinas esta máquina, desarrollada al 100 por 100 por Nestlé España. El perfil más habitual son hospitales así como residencias geriátricas y sociosanitarias. Los nutrientes de los productos de Alimentación Básica Adaptada (ABA) están definidos por cada dosis dispensada, y el profesional sanitario puede decidir cambiar la dosis/ración adaptándola a las necesidades de cada paciente, modificando por ejemplo la textura, o también aumentar o disminuir la ración dispensada. Este equipo puede elaborar 19 recetas diferentes, tanto dulces como saladas. Durante estos 25 años, Nestlé Health Science ha venido trabajando en ABA. Existen tres factores que la hacen necesaria. En primer lugar, cuando la alimentación tradicional no es segura, suficiente, variada y eficaz. Otra causa es cuando existen obstáculos para encontrar la textura adecuada tanto en alimentos como en bebidas. Por último, cuando se producen dificultades para lograr un elevado valor nutritivo en los alimentos.


En Estados Unidos, una de cada 25 personas sufre en la actualidad algún problema de deglución



La causa más común de este problema son los enfermedades neurológicas como el ictus o las demencias