España es el país que más gasto genera en Sanidad, por detrás de Alemania, para abordar las enfermedades derivadas de la contaminación. Así lo avanza un informe elaborado por la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA, por sus siglas en inglés), en el marco de un proyecto que cuenta con la participación de la Fundación Española del Corazón (FEC).
Le siguen Polonia, Austria, Rumanía, Hungría, Bulgaria, Eslovenia y Estonia. Este estudio ha analizado lo que supone la polución derivada de los vehículos diesel en estos nueve países.
De este modo, España gasta más de 3.600 millones de euros al año en el abordaje de las enfermedades relacionadas con la contaminación del aire por el tráfico. Los datos se han calculado en base a la escala TRUE, que mide las emisiones de gases de los coches in situ, en su circulación real.
Según las estadísticas, la contaminación atmosférica le cuesta a Europa más de 72.000 millones de euros anuales en salud, de los que 52.865 millones son sufragados por los diferentes gobiernos.
Además de estas malas noticias, el informe también cifra el ahorro que supondría hacer frente a la contaminación, mediante la implementación de medidas para reducir las emisiones del tráfico por carretera de cara a 2030.
De esta manera, para los expertos, poner en marcha estrategias que apuesten por el incremento de vehículos eléctricos; la prohibición de coches diesel o mayores impuestos al diesel, podría suponer a España un ahorro de 2.830 euros, con unos costes sanitarios que bajarían hasta los 770 millones de euros anuales.
Del mismo modo, en Europa, el ahorro ascendería a más de 58.000 euros al año.
Como recuerda José Luis Palma, vicepresidente de la FEC, “nueve de cada 10 personas en el mundo y el 93 por ciento de la población española respira un aire que excede los niveles considerados como peligrosos para la salud”.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud son claros: cerca de siete millones de personas mueren de forma prematura en el mundo a causa de la contaminación del aire, que representa el 25 por ciento de las muertes por enfermedades del corazón y el 24 por ciento de los ictus.