Una atención primaria eficaz es la piedra angular de los sistemas de salud equitativos y centrados en las personas. Así lo ha destacado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el informe ‘Health at a Glance: Europe 2020’. Pone de relieve que el fortalecimiento de los cuidados primarios ha sido identificado como una herramienta política efectiva para mejorar la coordinación y los resultados de salud para reducir los despilfarros, limitando las hospitalizaciones innecesarias y costes adicionales de los hospitales y otras partes de los sistemas de salud.
Sin embargo, en muchos países de la UE y la OECD, la atención primaria todavía no ha sacado a relucir todo su potencial. La asistencia sanitaria representa alrededor del 13 por ciento del gasto sanitario en la UE. Los países que menos gastan son Eslovaquia y Rumanía (menos del 10 por ciento) y los que más, Lituania y Estonia (más del 17 por ciento). Nuestro país se sitúa en un 13,7 por ciento, casi un punto por encima de la media.
Gasto en salud
En 2018, se estima que, de media, los Estados miembro invirtieron el 0,4 por ciento del PIB en el sector de la salud. España es el cuarto país de la UE que más invierte en salud: un 0,6 por ciento. Y el gasto en productos farmacéuticos representa una gran parte del gasto sanitario, especialmente en algunos países de Europa central y oriental.
Durante 2019, el gasto en salud ha crecido en línea con la economía y los países europeos contribuyeron con el 8,3 por ciento del PIB. A la cabeza se sitúan Alemania (11,7 por ciento) y Francia (11,2 por ciento), y a la cola están Luxemburgo (5,4 por ciento) y Rumanía (5,7 por ciento). Sin embargo, es previsible que los países aumenten su contribución al PIB para gasto sanitario este 2020 debido a la pandemia de COVID-19.
En cuanto a la atención médica, los programas obligatorios, ya sean financiados por los gobiernos o a través de un seguro médico obligatorio –público o privado–, representan cerca de tres cuartas partes del gasto sanitario global de los países de la UE. De hecho, los pagos por servicios de atención sanitaria y de rehabilitación, constituyen la mayor parte del gasto en salud.
Productos farmacéuticos
La atención farmacéutica está en constante evolución, con un aumento de medicamentos nuevos que entran en el mercado cada año. Sin embargo, la OCDE advierte que, en los últimos años, el crecimiento del gasto en productos farmacéuticos en la UE fue bajo en comparación con otros servicios de salud. Esto, argumenta la OCDE, se debió en parte a una combinación de las políticas de contención de los costes y la dinámica del mercado, incluyendo la competición de los genéricos y biosimilares.
El gasto medio en productos farmacéuticos en la UE fue de 381 euros por persona en 2018. Con 615 euros, Alemania lidera el ranking de los Estados miembro que más gastó (un 60 por ciento más que la media europea). En España, el gasto se situó en 366 euros por persona.
Alrededor de cuatro de cada cinco euros invertidos en productos farmacéuticos van destinados a los medicamentos recetados. El resto, se destina en gran parte a los medicamentos de venta libre (sin prescripción médica). Bélgica, Francia y Austria gastaron entre un 20 y un 40 por ciento más en medicamentos que la media europea. Por otro lado, Dinamarca y Croacia tuvieron niveles de gasto relativamente bajos. La proporción de medicamentos de venta libre es particularmente alta en Polonia, que representa más de la mitad del gasto farmacéutico, y se sitúa en el 30 por ciento o más en Rumanía, Letonia y Chipre.
Diferencias notables entre países
En el informe se pueden observar grandes variaciones en el crecimiento del gasto sanitario en Europa. Existe una fuerte correlación entre los ingresos y los gastos en salud, de manera que los países europeos con más ingresos, son los que suelen gastar más en salud. Suiza es el país que más gastó en Europa: 5.241 euros por persona. A éste le siguió Noruega, con 4.505 euros.
Entre los Estados miembro de la UE, los niveles de gasto de Alemania, Austria, Suecia y los Países Bajos fueron al menos un 50 por ciento más altos que la media de la UE (2.572 euros). Por su parte, Rumanía, Letonia, Bulgaria y Croacia fueron los que menos gastaron. En el caso de España, en 2019, se gastó 2.451 euros por persona.
La OCDE considera que, previsiblemente, el gasto sanitario en 2020 se verá significativamente afectado en toda Europa por la COVID-19. El desarrollo de la crisis ha dejado ver la necesidad de un rápido despliegue de recursos a través del sector de la salud: desarrollo de pruebas y capacidades diagnósticas, proporcionando una mayor capacidad para el tratamiento de pacientes en el sector hospitalario.
Por otro lado, muchos países han experimentado fuertes reducciones en muchos servicios no relacionados con la COVID-19, como atención primaria, consultas o cirugías electivas, reduciendo los costes en salud para estos servicios.