En vísperas del Día Mundial del Sida, la Oficina Regional de la OMS para Europa (OMS/Europa) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) han presentado el Informe de Vigilancia del VIH/Sida 2024, revelando desafíos y retos en la lucha contra la epidemia. Desde su inicio en la década de 1980, más de 2,6 millones de personas han sido diagnosticadas con VIH en la Región Europea de la OMS, incluidas más de 650.000 en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo (UE/EEE). A pesar de los avances en prevención y tratamiento, los diagnósticos tardíos y el infradiagnóstico siguen siendo obstáculos críticos.
Situación actual en cifras
En 2023, se notificaron casi 113.000 nuevos diagnósticos de VIH en 47 de los 53 países de la Región Europea de la OMS, lo que representa un incremento del 2,4% respecto al año anterior. 21 países de la región reportaron un aumento en los casos, algunos alcanzando cifras récord en la última década. Estos aumentos pueden estar relacionados con políticas estrictas de pruebas, un repunte en la detección tras la pandemia de COVID-19 y el fortalecimiento de esfuerzos nacionales en la lucha contra el VIH.
En contraste, los países de la UE/EEE registraron un descenso general en el número de diagnósticos durante la última década, aunque con una tendencia preocupante: los nuevos diagnósticos (excluyendo casos previamente conocidos) aumentaron casi un 12% entre 2022 y 2023. Este incremento refleja en parte una mejora en las pruebas de VIH y un aumento en la identificación de casos entre poblaciones migrantes, que representaron casi la mitad de los diagnósticos en 2023.
Diagnósticos tardíos
Más de la mitad de los diagnósticos en toda la región (52% en la Región Europea de la OMS y 53% en la UE/EEE) se realizaron de forma tardía, cuando el sistema inmunológico ya estaba debilitado. Esto no solo dificulta la eficacia del tratamiento, sino que también aumenta el riesgo de transmisión y la probabilidad de complicaciones graves, incluidas enfermedades relacionadas con el sida.
Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa, ha subrayado la necesidad de actuar con urgencia: “Los mayores obstáculos que aún persisten en la lucha contra el VIH/SIDA en nuestra región son los entornos restrictivos e intolerantes, el estigma, la discriminación e incluso la criminalización de la transmisión del VIH, así como la adopción inconsistente de intervenciones basadas en evidencia. Debemos crear espacios seguros para que las personas accedan a los servicios de atención de la salud, normalizar las pruebas y garantizar que las políticas sean compasivas, no punitivas. También debemos aumentar la financiación para la prevención, evitando en primer lugar que se produzcan nuevas infecciones por VIH y deteniendo la transmisión”.
Brecha en la detección
Solo el 70% de las personas que viven con VIH en la Región Europea de la OMS conocen su estado, lo que deja a multitud de personas sin diagnosticar. En Europa Oriental y Asia Central, la situación es alarmante: aproximadamente el 40% de las personas con VIH desconocen su estado, comparado con el 92% en la UE/EEE.
Esta brecha resalta la necesidad de estrategias de detección más efectivas y accesibles, especialmente en las subregiones más afectadas. Kluge ha enfatizado que es esencial aumentar la financiación y adoptar intervenciones basadas en evidencia para cerrar esta brecha.
Vías de transmisión
El informe destaca que las principales vías de transmisión del VIH varían según la subregión. En Europa Oriental, predominan las relaciones heterosexuales como modo de transmisión, mientras que, en Europa Occidental, Central y la UE/EEE, las relaciones sexuales entre hombres son el factor principal, aunque las relaciones heterosexuales están aumentando como causa de transmisión en estas áreas. En algunos países, el consumo de drogas inyectables sigue siendo una vía de transmisión importante.
Pamela Rendi-Wagner, directora del ECDC, ha destacado la urgencia de reducir los diagnósticos tardíos: “La UE/AEE ha avanzado mucho en la mejora del acceso a las pruebas y en la reducción del número de personas que viven con el VIH sin saberlo, pero todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Dado que más de la mitad de los diagnósticos todavía se realizan de forma tardía, es fundamental que nos centremos en la participación de las poblaciones clave y de las personas más vulnerables para asegurarnos de que puedan recibir un diagnóstico temprano y acceder a la prevención, el tratamiento y la atención que necesitan para vivir una vida larga y plena”.
Entre las recomendaciones clave se incluye la expansión de la profilaxis previa a la exposición (PrEP) en poblaciones de alto riesgo, la implementación de estrategias innovadoras de pruebas en Europa Oriental y Central, y la eliminación de barreras relacionadas con el estatus migratorio o de residencia.
Estigma asociado al VIH
El estigma y la discriminación son barreras persistentes que dificultan el acceso a los servicios de salud. Muchas personas, especialmente en entornos con políticas restrictivas, evitan hacerse la prueba por miedo a la discriminación o a consecuencias legales.
Es fundamental crear entornos compasivos donde las pruebas y el tratamiento sean accesibles para todos. Esto incluye campañas educativas que promueven la importancia de las pruebas regulares, el tratamiento temprano y la prevención, además de políticas que eliminan la criminalización de la transmisión del VIH y protegen los derechos de las personas afectadas.
La Región Europea de la OMS enfrenta desafíos importantes, pero también tiene oportunidades claras para avanzar en la lucha contra el VIH/sida. Las estrategias deben adaptarse a las necesidades específicas de cada subregión, teniendo en cuenta sus patrones epidemiológicos. Para alcanzar los objetivos globales de poner fin al sida como amenaza de salud pública para 2030, será esencial mejorar el acceso equitativo a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento, así como abordar el estigma y la discriminación.