Jefe de la Sección de Hepatología del Hospital Universitario La Paz y coordinador de la Aehve, Javier García-Samaniego defiende la necesidad de adaptar el Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C (VHC) a los nuevos tiempos de la enfermedad.
Pregunta. ¿Qué medidas considera fundamentales para lograr una mayor tasa de detección precoz del VHC?
Respuesta. El cumplimiento de tratar al mayor número de pacientes se ha conseguido con creces. Desde hace un año, el tratamiento es universal y la inequidad entre CCAA es por la velocidad del mismo. Los desafíos pendientes son incidir en las poblaciones prioritarias, con difícil acceso al tratamiento, promover políticas activas de cribado, mejorar la continuidad asistencial y fortalecer el diagnóstico en un solo paso. En unos años puede vivirse el agotamiento del diagnóstico, donde cada vez se verán menos pacientes. Hay que mejorar la continuidad asistencial y probablemente esto pase por sacar el tratamiento de los hospitales. Hoy tenemos el diagnóstico hospitalario pero esto se puede revisar, especialmente en estos colectivos, en centros de adicciones y por supuesto en prisiones, donde sería muy fácil alcanzar la eliminación. Por último, es fundamental promover políticas de microeliminación.
P. ¿Qué otras prioridades considera urgentes incluir en la estrategia nacional para lograr su completa eliminación?
R. El Plan se tiene que adaptar, porque todos los planes requieren de un seguimiento y de una cuenta de resultados para no acabar languideciendo y muriendo por lisis. La adaptación del Plan incluye estos cuatro puntos que le acabo de mencionar y que por supuesto la Aehve así lo contempla.
P. Centrándonos en la población reclusa ¿qué pasos son necesarios en esta población de riesgo para lograr la eliminación del VHC?
R. Creo que hemos superado ya la cifra de los 2.500 internos tratados en nuestro país. Aquí, igual que ocurre en otras poblaciones, puede haber una falta de equidad en el acceso. También es cierto que ni siquiera hay homogeneidad competencial porque 15 CCAA están bajo el paraguas de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias pero dos tienen la competencia transferida. Si hay una población donde es sencillo avanzar en la microeliminación es prisiones. Los médicos de prisiones deberían poder ser prescriptores, es decir, quizá no tanto la telemedicina como el acercar los tratamientos.
P. ¿Qué consecuencias tendría el traspaso de competencias a las CCAA?
R. Esto es una decisión política. Yo creo que las comunidades donde las competencias están transferidas, Cataluña y País Vasco, funcionan muy bien con datos de altísimas tasas de tratamiento.
P. ¿Qué medidas son necesarias para garantizar el acceso de estos tratamientos a esas poblaciones de riesgo?
R. Lo que hay que hacer es establecer puntos de diagnóstico rápido y vincular eso con un acceso precoz al tratamiento. No es tan difícil conseguirlo con medicamentos que no requieren más que un análisis al finalizar el periodo de seguimiento postratamiento y que no necesitan la caracterización del genotipo.