A pocas horas de que tengan lugar las elecciones a la presidencia de los EEUU, los candidatos, Kamala Harris y Donald Trump presentan diferencias entre los modelos sanitarios de sus programas electorales. Mientras Kamala Harris, la candidata demócrata, se ha mostrado favorable a un acceso más amplio a la atención médica y pretende reducir el precio de los medicamentos, el republicano Donald Trump ha manifestado que persigue la competencia entre aseguradoras privadas para reducir los precios de cara a los ciudadanos y pretende reducir la burocracia de los planes de sanidad.
Sin un claro favorito en los últimos pasos de la carrera hacia la Casa Blanca, los candidatos impulsan los puntos clave de sus programas electorales. El eje principal de sus discursos en cuanto a políticas sociales giran en torno a temas como la educación y la inmigración, que copan sus discursos a la espera de unos resultados electorales que pueden cambiar de nuevo el curso del mundo. La sanidad también ha estado presente en esta campaña, aunque con menos fuerza que en ciclos electorales anteriores.
El programa sanitario de Harris
Así, la vicepresidenta del ejecutivo de Joe Biden y candidata demócrata, Kamala Harris, impulsará un acceso más amplio a la atención médica, en un país, EEUU, donde no existe un sistema sanitario público como tal sino un sistema de aseguradoras privadas y proveedores de salud a los que los ciudadanos tienen que acceder mediante sus propios recursos económicos. Aunque la candidata demócrata no pretende eliminar los seguros privados, aboga por una transición hacia los sistemas del tipo Medicare y Medicaid, agencias que pertenecen al gobierno y que cubren la asistencia médica de ancianos, personas sin recursos y discapacitados. O la red sanitaria CHIP, que es un programa de seguro médico para niños de familias de bajos ingresos.
Además, Harris, pretende con sus medidas sanitarias integrar la salud mental y los problemas de adicciones en la atención primaria repartida en los 400 centros de salud comunitarios que dan servicio a 10 millones de personas. Estas propuestas buscan para paliar el grave problema de adicciones que afecta a EEUU, sobre todo en cuanto a consumo de opioides y las muertes por sobredosis, que en 2022 alcanzaron la cifra de 109.000 muertes, sobre todo debido al incremento del consumo de fentanilo.
El programa sanitario de Trump
Trump, el candidato republicano, propone la reducción de la burocracia y de los costes relacionados con la sanidad, pero a través del fomento de la competitividad entre los seguros privados. Además, y como ya intentó en su anterior legislatura, pretende derogar y reemplazar la Ley de Atención Médica Asequible que fue creada por el expresidente Barack Obama y conocida como Obamacare.
Por otra parte, tal y como hizo en su mandato anterior promoverá el Programa de Opción para Veteranos que permitirá a estas personas acceder a tención privada bajos ciertas condiciones especiales, para que no tengan que sufrir largos tiempos de espera en sus tratamientos o para paliar sus dificultades de acceso a los procesos de salud.
El sistema de salud de EEUU
EEUU es uno de los países del mundo que no dispone de un sistema de salud público y gratuito que garantice la prestación sanitaria. Así, y según datos del Ministerio de Sanidad, ningún trabajador por cuenta propia o ajena tiene seguro público médico antes de los 65 años. Hasta ese momento debe elegir entre distintas formas de seguro de salud que proporcionan aseguradoras privadas.
Para las personas mayores de 65 y personas de bajos ingresos existen el seguro público Medicaid, que junto a Medicare y CHIP conforman las tres únicas fuentes de prestación sanitaria que se puede considerar pública. Aunque no es gratuita en todos los casos si es cierto que tiene costes más reducidos.
Además, las empresas, con más de 50 empleados están obligadas desde 2014 a proporcionar a sus trabajadores una póliza de seguro médico a través de un seguro privado, el que elijan.
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