El Plan de Salud de la Generalitat de Cataluña tiene una nueva edición, la octava. Este proyecto, con más de tres décadas de recorrido, ha sido aprobado recientemente por el Govern con la intención mejorar la salud y calidad de vida de la población.

Tal y como ha explicado el consejero de Salut, Josep Maria Argimon, durante la presentación de dicho proyecto, con él se quiere guiar las transformaciones necesarias del sistema, fortaleciéndolo y trabajando la salud más allá del sistema sanitario, así como potenciando todo tipo de políticas que tengan un efecto beneficioso sobre la salud de las personas.

“Con los presupuestos de 20211, debemos dotar al Plan de Salud 2021-2025 de los recursos necesarios y revertir la infrafinanciación crónica”, ha subrayado Argimon antes de recordar que la salud “es también un elemento de reducción de las desigualdades y de generación de riqueza”.

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Josep Maria Argimon, consejero de Salut de Cataluña.

El consejero ha señalado también la necesidad de hacer llegar la salud y los hábitos saludables “donde las personas hacen su vida”, como en las escuelas, barrios, centros cívicos y de trabajo, entre otros.

Por su parte, la directora general de Planificación de Salut, Aina Plaza, ha puesto en valor que, esta vez, el Plan de Salud se ha elaborado con más de 500 profesionales asistenciales, de gestión sanitaria, otros departamentos, además del mundo local, así como ciudadanos y entidades.

Cuatro ejes estratégicos con acciones concretas

La directora general ha puesto en valor que el nuevo Plan de Salud -en un entorno plural, innovador y dinámico como el actual- tiene una orientación más estratégica, que indica “la visión de hacia dónde debemos ir y las líneas maestras de transformación” que deben guiar al sistema.

La primera es garantizar la igualdad de oportunidades en salud a lo largo de la vida. Por un lado, haciendo promoción, prevención y detección precoz, para reducir las desigualdades de oportunidades de crecer y gozar de buena salud, especialmente en las personas más vulnerables. Por otro lado, dar respuesta a retos actuales como la gestión del estrés, la salud afectiva y sexual, la violencia y la medicalización de la vida cotidiana, entre otras.

La segunda estrategia tiene que ver con el fomento de entornos saludables, por el que se plantean intervenciones transversales e intersectoriales, como el control de la contaminación, la seguridad alimentaria, las resistencias a los antibióticos o el despliegue de un nuevo modelo de vigilancia epidemiología.

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Aina Plaza, directora general de Planificación de Salut de Cataluña.

La integración de la atención a la salud se convierte en el tercer eje clave, incluso yendo más allá del sistema sanitario.

Así se entiende, han indicado desde la Generalitat, la creación de la Agencia de Atención Integrada Social y Sanitaria, la cual tiene la voluntad de fortalecer el sistema y hacer «algo diferente». Por ejemplo, introduciendo nuevos profesionales en la atención primaria y comunitaria y ampliando la cartera de servicios; potenciando la Agencia de Salud Pública de Cataluña; orientando la salud mental hacia un enfoque más proactivo, preventivo, comunitario; y evolucionar la atención sociosanitaria hacia una atención intermedia, más resolutiva y conectada con la atención primaria y hospitales de agudos.

Sin embargo, para los representantes, estas tres estrategias deben apoyarse, en cuarto lugar, en unas «palancas de cambio», como son la cultura de salud y la participación ciudadana, la transformación digital, cuidar a las profesionales y reforzar la investigación y la innovación.

Según la directora general, para alcanzar plenamente estas estrategias es necesaria una gobernanza compartida con otros departamentos, el mundo local, los agentes sociales, las entidades ciudadanas y la sociedad civil.

“Es muy importante que entre todos los actores compartamos las prioridades de salud, los retos y objetivos que asumimos juntos. Y hacer que el Plan de Salud sea un instrumento vivo y útil para avanzar en la mejora de la salud”, ha concluido Plaza.


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