La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) ha extendido una valoración acerca de los retrasos sufridos en la vacunación frente a la COVID-19 en España, así como la disparidad existente en el número de inmunizaciones entre las diferentes CC.AA. Según los datos oficiales de Sanidad, de las casi 750.000 dosis disponibles en territorio nacional, hasta el día 7 de enero se había administrado el 18,7 por ciento. Una cifra “claramente mejorable y difícil de justificar tras meses de espera”, según la federación.

De igual manera, señalan que el programa de vacunación frente al SARS-CoV-2 debe considerarse como una emergencia nacional. Así, aluden a la responsabilidad de las autoridades políticas y sanitarias para conseguir completar este proceso de la manera más rápida posible.

Para lograr este reto con las máximas garantías, Facme solicita así que se aseguren los recursos económicos, de personal y organizativos apropiados. Del mismo modo, piden también mantener la homogeneidad en la aplicación de los criterios de priorización y en la administración de dosis, según los estratos poblacionales de riesgo.

Según datos del Ministerio de Sanidad, hasta el día 7 de enero se había administrado el 18,7 por ciento de las dosis totales recibidas en España

Asimismo, demanda la provisión de los recursos necesarios a Atención Primaria para hacer una campaña de vacunación eficiente. Para ello, apuntan al reforzamiento de sus infraestructuras y de personal, “ampliando los días y los horarios de vacunación lo máximo posible para optimizar el uso de los espacios disponibles”.

Desde Facme también han señalado como tarea fundamental a cumplir la provisión de vacunas ya aprobadas, de cara a evitar la rotura de existencias y garantizando los plazos de inoculación de las segundas dosis.

Coyuntura actual

Por otro lado, la federación ha expresado su preocupación por los datos evolutivos de la infección por COVID-19 en las últimas semanas. “Esta tercera ola de la pandemia puede multiplicar los efectos de la anterior por partir de una incidencia de enfermedad activa muy desfavorable”, avisan. Todo ello por el alto número de casos ocultos por la concatenación de festivos y por la elevada actividad social, según han afirmado.

Además, han recordado que el sistema sanitario y sus profesionales están sometidos desde hace casi un año a una sobrecarga importante. A ello se suman “serias dificultades para atender a los pacientes con COVID-19 y con el resto de patologías habituales y también para realizar los programas preventivos”.


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