E.M.C. Madrid | miércoles, 22 de noviembre de 2017 h |

Seis meses después de la realización de una declaración conjunta de médicos y pacientes sobre tratamientos con medicamentos biológicos originales y biosimilares, suscrita por cerca de una veintena de sociedades científicas y organizaciones de pacientes, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que organizó los encuentros en los que se acordaron los puntos en común, ha revisado los avances que se han producido desde entonces.

En una jornada celebrada esta mañana en la Asociación de la Prensa de Madrid, el director de estos encuentros, Julio Sánchez Fierro, ha recordado que se ha avanzado en algunas de las peticiones planteadas por las entidades firmantes. Una de ellas es la presentación el pasado mes de octubre en el Senado de una moción, defendida por el popular Jesús Aguirre, que en su opinión recoge los elementos claves definidos en la declaración conjunta.

En la misma línea, ha subrayado que la patronal de la industria innovadora, Farmaindustria, también se ha posicionado, reconociendo el derecho del paciente sobre su ratamiento y en contra de las sustituciones automáticas de fármacos biológicos ya sean originales o biosimilares. Además, recuerda Sánchez Fierro, la patronal de los Biosimilares también ha editado una guía exclusiva para médicos clarificando las particularidades de estos fármacos.

De igual modo, el director de estos encuentros ha recordado que la intercambiabilidad todavía no está regulada, y propone el modelo francés puesto en marcha en junio de 2016, que establece estas reglas de forma sencilla. Como en la regulación del país vecino, Sánchez Fierro subraya que esta regulación debe contemplar tres puntos principales: informar al paciente y obtener el consentimiento, monitorizar el tratamiento, y garantizar la trazabilidad y la farmacovigilancia, para lo cual es imprescindible, en su opinión, que se respete la prescripción por marca.

Por su parte, Antonio Bernal, presidente de la Alianza General de Pacientes, ha hecho hincapié en la necesidad de que se ponga freno a las sustituciones en este tipo de fármacos, una práctica habitual en algunos centros de varias comunidades autónomas, impuestos desde las comisiones de Farmacia de algunos centros sin el apoyo del médico. Bernal incidió en que se ha de respetar siempre el criterio médico y puso de manifiesto la incomprensión del paciente cuando desde fuera y por criterios economicistas, se determina un cambio en un tratamiento que está funcionando. Otra cosa, según su valoración, son los pacientes que por primera vez reciben un fármaco de este tipo. En ese caso el presidente de la AGP no observa un mayor problema.

Desde la Federación de Asociaciones Científico Médicas (Facme), su vicepresidenta, Cristina Avendaño, ha reiterado su oposición a cualquier actuación que suponga un cambio indiscriminado sin aval médico. “Hay que huir de medidas que se adoptan para reducir los costes pero que atentan contra la introducción segura de estos fármacos, ya que generan una pérdida de confianza”, indicó.