El Ministerio de Sanidad y la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR) han hecho oficial la adhesión de España a la Declaración de Sostenibilidad de Glasgow. Esta iniciativa, promovida por la Sociedad Europea de Anestesiología y Cuidados Intensivos (ESAIC), tiene como objetivo reducir la huella de carbono y promover prácticas sostenibles en anestesiología y cuidados intensivos.

El acto de firma, celebrado el miércoles 2 de octubre, contó con la presencia de la ministra de Sanidad, Mónica García, y el responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, Héctor Tejero. Con esta adhesión, España se convierte en el primer país cuyo Gobierno se adhiere con la Declaración de Glasgow, lo que refuerza el compromiso de España con la sostenibilidad del sistema sanitario a través de la implementación de prácticas sostenibles en anestesiología y cuidados intensivos que mantienen los más altos niveles de seguridad y calidad asistencial.

La Declaración de Sostenibilidad de Glasgow de ESAIC ofrece un marco de acción para que los hospitales y centros de atención médica adopten medidas que reduzcan su impacto ambiental. Entre sus recomendaciones destacan la selección de anestésicos con bajo potencial de calentamiento global, la optimización del consumo de energía en quirófanos mediante el uso de fuentes de energía renovables, y la minimización de la generación de residuos y la contaminación farmacéutica en aguas residuales.

Impacto del cambio climático en la salud

El cambio climático ha sido identificado como una de las principales amenazas para la salud pública según ha asegurado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se estima que el sector sanitario global es responsable del 5 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. La OMS advierte que, si no se toman medidas urgentes, el cambio climático podría causar 250.000 muertes adicionales al año entre 2030 y 2050.

En este contexto, la Declaración de Glasgow subraya la necesidad de que los sistemas sanitarios no solo sean efectivos en el cuidado de la salud de los pacientes, sino que también adopten prácticas que mitiguen su impacto ambiental. En el caso de la anestesiología y los cuidados intensivos, áreas que suelen consumir grandes cantidades de energía y recursos, la implementación de medidas sostenibles es especialmente urgente.

La firma de la Declaración de Glasgow es parte de un esfuerzo global para sensibilizar a los profesionales sanitarios, gobiernos y pacientes sobre la importancia de adoptar prácticas médicas respetuosas con el medio ambiente. El Ministerio de Sanidad busca, con esta medida, no solo reducir las emisiones y residuos del sistema de salud, sino también fomentar una cultura de responsabilidad ambiental.


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