CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 31 de marzo de 2017 h |

Tras 28 años al frente de Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz dice adiós a la institución que creó. Asegura que se despide con la sensación del trabajo bien hecho. “Me quedo con el resultado: 25 años a la cabeza del mundo, y en los que si un español ha necesitado un trasplante es el que más posibilidades ha tenido, dentro de un sistema público, universal y sin discriminación positiva ni negativa”. En cifras, España ha multiplicado por cuatro el número de trasplantes y por tres los índices de donaciones.

Matesanz reconoce que esta etapa no ha sido siempre fácil. “Hemos tenido problemas puntuales y específicos con algunos ministros, fue lo más complicado”. De este modo, recuerda que la ONT forma parte del Ministerio, por tanto, “si desde arriba no solamente no te apoyan sino que te ponen zancadillas, es difícil”, menciona el experto, recordando su etapa más compleja al frente de la institución.

Este nefrólogo ha visto pasar 15 caras diferentes al frente de la cartera sanitaria, y sin apenas dudar considera que dos de ellos fueron fundamentales. “Ana Pastor y Trinidad Jiménez, dos caracteres diferentes pero muy resolutivas y buenas profesionales”.

A la pregunta de quién debería liderar la institución, Matesanz sugiere que sea un perfil vinculado a la institución, ya que la complementariedad con los hospitales se hace necesaria. La concienciación de la sociedad en materia de donación ha sido clave. El experto tiene claro que esto ha sido posible “cuando los profesionales han sabido transmitir bien el mensaje”. “Son ellos los que han convencido a la sociedad”, apunta.

Las claves

Las claves de la ONT pasan por haber dejado a los profesionales autoorganizarse, y “ser un organismo que ha hecho de administración para las administraciones y profesional para los profesionales”. Su labor se centra en la coordinación y en ayudar a todo lo que los clínicos no pueden hacer, como cambios legales, favorecer transportes, etcétera. “Quedan muchos desafíos por delante”, asume, ya que las líneas emprendidas todavía no han llegado al cien por cien, y en consecuencias tendrán que seguir perfeccionando la donación en asistolia de urgencias, por ejemplo. Además, habrá que revisar qué comunidades van más atrasadas para intentar impulsarlas, sostiene.

La crisis económica también hizo mella, una etapa difícil que puso en peligro a la ONT. Su espejo era Portugal, Grecia e Irlanda, los tres países rescatados que sufrieron un deterioro en los sistemas de donación. Los recursos se vieron limitados y la carga asistencial de los profesionales fue en aumento. ”Finalmente se consiguió reorganizar todo y salimos incluso más fortalecidos”.

En cualquier caso, explica que el trasplante es el mecanismo más coste eficaz que existe en el Sistema Nacional de Salud (SNS). “El más claro es el de riñón, pero la realidad es que se pueden hacer con todos”, indica. El renal es un trasplante no vital, es decir, que tiene una diálisis que es una alternativa y es mucho más cara. En el resto la única alternativa es la muerte, “una muerte que cuesta mucho dinero”.

Con todo, Matesanz está convencido de que la ONT seguirá aumentando sus cifras. El futuro se aventura prometedor con algunas líneas novedosas que ya se han emprendido como la creación de órganos bioartificiales.

Sin embargo, el sistema actual de trasplantes está condenado a vivir con los avances. Es un buen modelo y un ejemplo, quizás sea “el paradigma coste eficaz más influyente en el SNS”.

Matesanz se despedirá formalmente a finales de abril, que será cuando se decida quién le sucederá. El nefrólogo asegura que seguirá vinculado en cierto modo a esta organización, ya sea como asesor, o dando conferencias.