E.M.C. Madrid | viernes, 05 de julio de 2019 h |

Juan Abarca, presidente de HM Hospitales, vuelve a llevar las riendas del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS). El nuevo presidente de la entidad explica a GM su visión sobre el sector privado y los desafíos actuales.

Pregunta. ¿Cómo afronta esta etapa al frente de la Fundación IDIS?

Respuesta. Con mucha ilusión. Fui uno de los que lo puse en marcha y durante cinco años estuve tirando del carro, junto con el resto de los fundadores, y por cuestiones de organización de mi empresa tuve que dar un paso a un lado. Ahora retomo la posición como presidente con mucha ilusión y con la intención de aportar valor a la sociedad y al sistema sanitario desde la institución, que creo que hace mucha falta.

P. La trayectoria de su familia, y la suya propia, está ligada a la sanidad privada desde hace muchos años, ¿cómo ha evolucionado este sector?

R. En los últimos 15 años el sector sanitario privado ha evolucionado muchísimo en calidad y complejidad. Nuestra oferta de servicios responde a la demanda de los clientes, que son los asegurados. De alguna manera, nos piden que demos el mayor nivel de servicios posible, para intentar que se resuelva toda su demanda en la privada.

Durante estos años hemos ido aumentando en complejidad y calidad, mirando a largo plazo. El sector privado no se ha visto tan afectado como el sistema sanitario público por la crisis con respecto al acceso a la innovación sanitaria tecnológica —el sistema público ha estado muy limitado— y hemos seguido invirtiendo, y hemos conseguido, por ejemplo desde el punto de vista tecnológico, adelantar al sistema público y dar más alternativas que estos.

Por eso creemos que cada vez es más necesario el hecho de que se cuente con un mapa de recursos integral entre público y privado. Si no es así, se impide a la gente que no tiene acceso al sistema privado que pueda llegar a muchas de las tecnologías que el sector sanitario público no ha incorporado aún.

Hemos ido creciendo, en número de asegurados, número de primas, en la inversión del sector, mientras el sector sanitario público cada vez tiene más dificultades para poder dar una cobertura completa y a toda la población, en parte por el envejecimiento y la cronificación.

P. ¿Cuál es el papel en la actualidad de la sanidad privada? ¿Ocupa el lugar que le corresponde?

R. Hoy por hoy hace el 30 por ciento de la actividad sanitaria de nuestro país. Tiene el papel que le quieren dar los usuarios. El 70 por ciento del sector vive de lo que el usuario paga de manera voluntaria a través de un seguro de salud y cada vez es más relevante. Bien es verdad que desde el punto de vista político, por cuestiones puramente ideológicas o de complejo, el sector privado no tiene la relevancia que debería de tener a los efectos de su contribución al sistema sanitario en general. Es algo que se ha polarizado en los últimos años fruto de determinadas corrientes ideológicas y que lo que ha producido es que cada vez haya una mayor brecha entre el sector público y privado desde el punto de vista de esa integración que pretendíamos desde el principio del IDIS.

La prueba más evidente son las reversiones que se están produciendo de la gestión privada de la sanidad pública, de los convenios y conciertos en general. La colaboración público-privada ha generado un rechazo y esto lo que hace es restar posibilidades a la población.

P. ¿Qué se puede hacer para contrarrestar estas barreras?

R. Aportar datos reales. Estamos en un momento en el que no hay recesión económica y la sanidad pública necesita renovar tecnología, por ejemplo, para atender una patología tan prevalente como es el cáncer. Además, hay un retraso importantísimo en la incorporación de algunos fármacos innovadores muy valiosos que esperan más de un año para estar en la cartera de servicios y todo esto en un entorno en el que no hay crisis económica y en el que está entrando la digitalización.

Hay que tener claro que la sanidad es el mayor elemento de cohesión de la población. El hecho de que puedan existir dos velocidades en el sistema sanitario nos perjudica globalmente y a ambos sectores. Tenemos que sensibilizar a la población y es un objetivo que nos hemos plantado desde la fundación, porque llega un momento en que hemos tirado ya la toalla con los políticos, que lo saben, pero no lo hacen. Hay que sensibilizar a las fuerzas vivas de la sociedad de manera que sepan que o hacemos realmente que se pongan en marcha medidas para intentar tener un sistema sanitario solvente con capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías, o en cinco o diez años o cuando venga una crisis económica veremos qué va a ser del sector público.

Ni muchísimo menos quiero ser pesimista. Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo por solidaridad y cobertura, pero hay que ver también los datos reales, listas de espera, inequidades, donaciones, y el retraso en los fármacos, datos que están ahí ya en un periodo que no es de crisis económica.

P. Los estudios de IDIS han sido el icono en estos años, ¿van a seguir en la misma dirección?

R. Claro que sí. Tenemos dos objetivos. Uno se ha cumplido, que es la elaboración de informes para que se vea la aportación del sector privado. Es algo que seguiremos haciendo y vamos a promover resultados sanitarios, como señal de transparencia, y también vamos a seguir promoviendo la calidad, a través de la acreditación QH, y todo lo que venga a fomentar la mejora del sistema. Por otra parte, el segundo objetivo es la sensibilización. Tenemos la obligación de dar la voz de alarma y poner a la gente sobre aviso de lo que está pasando.

P. La sanidad privada es un motor de empleo, ¿cómo se gestiona aquí?

R. Con mucha dificultad. El sector sanitario privado en España se caracteriza porque tiene muchísimo peso de los asegurados. Se paga muy poco, los márgenes son pequeños, y eso hace que tengamos dificultades para asumir la subida de costes estructurales. Si a esto le sumas que no hay profesionales en determinadas áreas se añade dificultad. Tenemos la suerte, entre comillas, de que la oferta sanitaria pública es peor que la nuestra desde el punto de vista de los sueldos, sobre todo en determinados puestos, lo que nos permite competir con ellos. Es un problema que se está viviendo ahora y que tiene un componente estructural que habrá que solucionar a medio y largo plazo, o a corto y medio plazo, o bien facilitando la homologación de profesionales, aumentando la formación de profesionales o de especialistas porque vamos hacia un entorno en el que con todas las jubilaciones que vamos a tener va a resultar bastante complicado.

LAS FRASES

Hay que tener claro que la sanidad es el mayor elemento de cohesión de la población”

Tenemos que sensibilizar a la sociedad para que pida medidas para una sanidad solvente”