Uno de los mayores logros en materia sanitaria de la legislatura pasada se fraguó en el Senado. La ponencia de estudio Genómica unió a los principales grupos políticos alrededor de una causa conjunta —a pesar del clima de crispación existente— y fruto del trabajo se consiguió trasladar al Gobierno un informe que sentará las bases de la futura estrategia que deberán consensuar el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas.
El hito cobra mayor dimensión porque no se trata de incluir un medicamento concreto o una práctica asistencial en la cartera de servicios sino de un cambio de paradigma a la concepción del propio modelo de sistema sanitario. Sin embargo se trata de una tarea titánica de la que sólo se ha puesto la primera piedra. De hecho, los dos principales impulsores del Plan, el ‘popular’ Antonio Alarcó y el socialista José Martínez Olmos, transmiten que queda mucho trabajo por hacer y, sobre todo, retos a solventar para que la medicina personalizada sea un servicio para la sociedad. “No desarrollar la estrategia que hemos propuesto en el Senado conlleva un riesgo para la equidad y sostenibilidad del sistema. Nosotros hemos propuesto un instrumento para que el Sistema Nacional de Salud meta en cartera a la medicina genómica sin que nadie se quede atrás”, señaló Olmos.
Para ello se deben priorizar tres de las trece recomendaciones (todas ellas son importantes, aclararon los ponentes). La primera de ellas es tener un presupuesto específico. Alarcó y Olmos explicaron que “se lo han puesto fácil” al próximo ejecutivo porque el compromiso es de una financiación a diez años. “No es lo mismo pedir 1.000 millones para ya que distribuirlo a lo largo de una década”, apostilló Olmos. Además, otra de las prioridades es una “actualización constante” de la cartera de servicios. “En medicina personalizada necesitamos mayor frecuencia en esta cuestión y que se cuente tanto con atención primaria como con hospitalaria”, recalcaron los impulsores.
Por último, el apartado de formación al profesional no se puede descuidar. Además, Olmos incidió en la idea de que es necesario “crear la especialidad de genética clínica y acreditar a nuevos centros de referencia”.