CARMEN M. LÓPEZ

Madrid

| viernes, 20 de abril de 2018 h |

Los investigadores en oncología tienen motivos para celebrar el Día de la Innovación en Cáncer. Un día en el que se puso sobre la mesa la calidad de la investigación en España y el gran esfuerzo que realizan los investigadores como contrapunto a la situación de precariedad laboral que viven en la actualidad.

Aseica y SEOM han propuesto un manifiesto que ha sido respaldado ampliamente por varias organizaciones a favor de la investigación, como principal herramienta para mejorar la supervivencia y calidad de vida de los enfermos oncológicos.

Como explicó el presidente de Aseica, Carlos Camps, desde el punto de vista clínico, “la desigualdad en el acceso a las técnicas diagnósticas es la primera barrera a superar de la oncología de precisión”. Actualmente, existen métodos de diagnóstico precoz pero no existe equidad en todo el SNS. En este sentido, tanto Camps como Ruth Vera, presidenta de SEOM, pidieron la incorporación del diagnóstico molecular en la Cartera Básica de Servicios del SNS. “No puede ser que el SNS no tenga incluido en su cartera el diagnóstico precoz”, lamentó Camps.

La falta de inversión en la investigación oncológica, por tanto, fue el hilo conductor de la jornada. Como indicó Camps, aunque el descenso progresivo en inversión se está revirtiendo no es suficiente.

España lo está sufriendo en comparación con otros países, quedándose un tanto rezagada. Según estiman ambas entidades desde el comienzo de la crisis la inversión en I+D ha bajado hasta el 1,19 por ciento del PIB. “Se habla de llegar en 202 al 2 por ciento y diez años más tarde al tres por ciento”, indica el oncólogo.

Existe también un problema, y es que “no todo lo que se presupuesta para investigación se ejecuta”. De hecho, se estima que entre el 40 y 70 por ciento del presupuesto no se ejecuta.

Fuga de cerebros

La fuga de cerebros también es una realidad en este campo. A pesar del esfuerzo que se ha hecho en los últimos años por la búsqueda de fondos europeos, y la enorme capacidad de ingenio de los jóvenes investigadores la situación lejos de revertirse se agudiza. Un problema que para estos expertos se ha cronificado y cada vez es más habitual que los profesionales no regresen para desarrollar su carrera en España. Entre otras cosas, porque “no está reconocida la carrera profesional”. Como ejemplificó Ruth Vera, si un residente termina su periodo de formación, tras cuatro años de trabajo en un instituto de investigación, si continua dos años más, al volver “no tendrá ningún punto para ser contratado en un hospital”, apuntó la experta. “Un castigo” que no tiene ningún sentido.

Con todo, Camps volvió a incidir que todo esto forma parte ya del “modelo exhausto” de los servicios de oncología y del laboratorio. Un modelo que tiene que pensar también en la estabilización de sus profesionales en este nuevo contexto de la medicina de precisión. Todo ello, pasa por un Pacto de Estado por la Ciencia.