Esther Martín del campo Madrid | viernes, 05 de abril de 2019 h |

Trabajo en red, abordaje integral y evaluación de resultados son términos que han ganado peso en el mundo de la medicina en los últimos años y que de un tiempo a esta parte también han logrado hacerse camino en el complejo entorno de la salud mental. La lucha contra el estigma de las personas afectadas por este tipo de patologías y las dificultades para conseguir buenas tasas de adherencia a los tratamientos, ya sea farmacológico o terapia psicológica, añaden barreras que solo podrán superarse revisando a fondo los procesos y evaluando la efectividad de cada una de las medidas adoptadas.

Sobre esta base, el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) ha integrado los dispositivos de salud mental y los servicios de Psiquiatría de los hospitales, en línea con atención primaria. Queda pendiente, como se puso de manifiesto durante el encuentro, la incorporación de la red de adicciones, para evitar que pacientes con este tipo de problemas sumados a los de patología mental tengan una doble entrada en el sistema, y también dos opciones para “escapar” de este.

La primera mesa de la jornada revisó en profundidad la implantación en el Sermas de un proceso integrado de ansiedad y depresión a caballo entre AP y Psiquiatría, implantado en primaria y pendiente de hacer en estos dos años en salud mental. Blanca Reneses, jefe de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos, destacó que “el modelo añade valor al servicio y brinda oportunidades para analizar lo que hacemos”. El sistema ayuda a la toma de decisiones en primaria, introduce recomendaciones y registra electrónicamente el proceso, lo que hace posible poner el foco en resultados clínicos, entre otras ventajas.

En la misma línea, Mª Luisa Zamarro, jefe de Salud Mental de Chamberí, remarcó explicó que este proceso integrado hace posible definir distintas rutas que se pueden adaptar a la complejidad de cada patología y paciente: “Se ha conseguido reordenar el trabajo en el día a día y homogeneizar la práctica clínica”.

Una de las actuaciones estrella del plan regional es la implantación de sesiones de terapia cognitiva conductural en los centros de atención primaria. Pedro Medina, director médico de AP del Sermas, aseguró que de abril a diciembre de 2018 se han realizado 327 grupos que incluyen a más de 2.000 pacientes. El 80 por ciento de los pacientes que terminan el programa “mejoran de forma clara”.

La mesa también contó con la visión de las sociedades científicas. Marina Díaz, presidenta de la Sociedad Madrileña de Psiquiatría, añadió que más de la mitad de los pacientes no reciben tratamientos adecuados y que, a pesar de los avances, faltan recursos aún para luchar contra la estigmatización. Díaz puso en valor el papel de las sociedades científicas, que deben informar a los pacientes y a la sociedad, y formar a a los especialistas en psiquiatría, pero también a los médicos del primer nivel y a otros especialistas que atienden a pacientes que pueden tener problemas de salud mental. Entre las asignaturas pendientes, la psiquiatra destaca que es necesaria la creación de la especialidad de psquiatría infantil y de adolescente, y que de cara a la sociedad han de llamar la atención sobre el vínculo del consumo abusivo de redes sociales con patologías como la depresión.