La última revisión del informe de posicionamiento terapéutico (IPT) de los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) no convence a las sociedades científicas que reclaman cambios en la utilización de estos fármacos. La principal modificación consiste en la introducción de edoxabán en el listado.
El IPT publicado la semana pasada no ha servido para variar las recomendaciones de las sociedades que insisten en la utilización de fármacos de novo o en primera línea. Los especialistas implicados han mostrado su disconformidad. La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha sido la más crítica. Su secretario general, Ignacio Fernández Lozano, ha tildado el documento de “decepcionante” y ha lamentado que hayan primado “criterios políticos”.
“En un campo como la medicina y como los anticoagulantes orales que todo cambia que no hagan consideraciones de mayo a noviembre es un disparate”, señala. Precisamente en ese periodo se ha difundido un ensayo clínico sobre la utilización de ACOD en cardioversión. “Condena a los españoles a tener la cardioversión eléctrica del siglo XX y estamos en 2016. En todos los países la cardioversión se hace con anticoagulantes orales y en España, no”, afirma. En España depende de las comunidades autónomas, según matiza el cardiólogo, que advierte de falta de equidad.
El vicepresidente primero de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia y uno de los miembros del grupo de expertos que han participado en el IPT, Pascual Marco, coincide con este problema. “Cada comunidad tiene un modelo de visado distinto”, explica.
“Cantabria no tiene ningún tipo de visados para estos fármacos con lo cual la penetración es bastante más amplia que en otras comunidades”, manifiesta Marco. La utilización de estos fármacos se encuentra en el 38,5 por ciento, frente a la media nacional que se sitúa en el 23,9 por ciento. El promedio español lo aleja de países de la UE como Alemania, Francia e Italia o incluso de Grecia, Polonia y Portugal.
No es el único aspecto que queda fuera del IPT. Marco insiste en las diferencias con Europa. Considera que el documento no incluye el tratamiento con ACOD de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar, como se está haciendo e el resto de Europa.
El coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, Jaime Gállego, insiste en la necesidad de que estos fármacos sean de primera línea para prevenir “la recurrencia en pacientes con fibrilación auricular (FA) no valvular que hayan tenido un ictus o un ataque isquémico transitorio”.
Gállego incide en el crecimiento de la fibrilación auricular, lo que “supone una nota de alarma respecto a la mejor prevención del ictus”.