CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 11 de enero de 2019 h |

“Estamos en medio de la revolución de la salud habilitada digitalmente, donde la nube conecta a las personas, los datos y la máquina, y en la que los análisis se han convertido en una herramienta fundamental para brindar una atención de mayor calidad y más eficiente”. Este es el futuro de la medicina. Si un frigorífico puede monitorizar su contenido y crear una lista de la compra; o un reloj puede seguir los pasos, la frecuencia cardiaca o el sueño, ¿por qué no digitalizar la medicina?

La semana pasada, GM explicaba las barreras de su implantación en España sin embargo, los esfuerzos que se están haciendo en otros países sugieren el camino a seguir. Un estudio realizado por la Universidad de California y GE Healthcare esboza las líneas principales del hospital del futuro. Para que se hagan una idea, se estima que el big data para impulsar la atención basada en el valor podría reducir el gasto en atención sanitaria en Estados Unidos entre 260-400 mil millones de euros al año. Del mismo modo, se estima que los ahorros relacionados con el ‘Internet de las cosas’ ascienden a 260 mil millones de euros, 174 mil millones de euros relacionados con la prevención y el manejo de las enfermedades crónicas.

No solo el ahorro que supone es un factor a tener en cuenta. La cantidad de datos que pueden ser analizados en tiempo real (genómicos, genéticos, de laboratorio, historia clínica, farmacológicos, etcétera) pueden ayudar a construir esa asistencia del futuro.

Como apuntan los autores, la revolución digital permite un replanteamiento del hospital tradicional. Los autores ponen el ejemplo del Hospital Seine-Saint-Denis en Francia, convertido en una instalación sin papeles. En Canadá, el Humber River Hospital se convirtió en el primer centro digital, donde los pacientes se registran en monitores digitales y el personal utiliza dispositivos en tiempo real.

Lo cierto es que los precios de esta transformación van disminuyendo poco a poco. En 2001 el coste del genoma humano ascendía a 100 millones de dólares. A día de hoy, supone tan solo 1.000 dólares, y los expertos predicen que estará por debajo de los 100 dólares en los próximos diez años.

Con todo, para los autores, la curva de estos costes precisa de más que bajar los precios. “Requiere de nuevos enfoques”.