El Ministerio de Sanidad, en colaboración con distintas sociedades científicas como la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y las comunidades autónomas, aún continúa trabajando en la elaboración de una cartera de biomarcadores en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin una fecha fija en el horizonte, se habla de que la actualización del catálogo de biomarcadores podría llegar a finales del mes de abril. Para Enriqueta Felip, presidenta de SEOM, lo ideal sería que llegase “lo antes posible”.

En una entrevista con Gaceta Médica, Felip describe algunos de los retos a los que se enfrenta la llegada de la cartera de biomarcadores. En primer lugar, su implementación debe ser “rápida y dinámica”: “Debe estar preparada para sufrir actualizaciones constantes, bien para la introducción de nuevos biomarcadores o bien para el seguimiento de los ya aprobados”, afirma la presidenta de SEOM.
Otro de los grandes desafíos que menciona es la financiación de los propios biomarcadores: “Una vez estén aprobados con protocolos rigurosos son precisas evaluaciones periódicas y estudios de coste-efectividad y seguridad para poder garantizar la sostenibilidad del sistema”, apunta. “Si no garantizamos esto, la brecha entre el avance científico y la implantación en la clínica será cada vez mayor”, advierte.
Del mismo modo, hace referencia a las tecnologías necesarias para realizar las determinaciones moleculares o el almacenamiento y procesamiento de la información, que “debe encuadrarse en un entorno seguro, ético y equitativo”.
Tal y como recuerda Felip, la Comisión de Sanidad del Senado aprobó a finales de 2021 la inclusión de biomarcadores en la cartera común del SNS. Además, se planteó activar un procedimiento de actualización de dicha cartera común, llegar a acuerdos para garantizar un modelo de financiación y hacer evaluaciones periódicas de los resultados desde el Consejo Interterritorial.
La importancia de los biomarcadores
“Los biomarcadores son necesarios en varios tipos tumorales y, además de los marcadores predictivos de respuesta, se requieren marcadores pronósticos y diagnósticos“, ha indicado Felip, quien ha afirmado que también son fundamentales en pediatría, en enfermedades hematológicas y en el estudio de posible riesgo hereditario.
Según Felip, los biomarcadores presentan una ventaja fundamental: “Permiten clarificar los tumores en distintos subtipos moleculares y seleccionar los tratamientos más eficaces y seguros”. “Gracias al desarrollo de esta medicina personalizada o de precisión hemos conseguido cambiar la historia natural de muchos tumores, como determinados subtipos de cáncer de pulmón y mama, logrando aumentar la supervivencia de los pacientes de forma considerable”, puntualiza.
Asimismo, con el desarrollo de biomarcadores es posible “hablar de distintas enfermedades” dentro de un mismo tipo de cáncer, como es el caso del adenocarcinoma de pulmón: “La presencia o no de una determinada mutación va a condicionar el tratamiento a seguir, además de poder aportarnos una valiosa información pronóstica en muchos casos”, explica Felip.
Por tanto, la inclusión de biomarcadores en el SNS es crucial. Y es que, señala Felip, con un catálogo de biomarcadores “podremos seleccionar los tratamientos más eficaces para nuestros pacientes y, con una propuesta común que parta del Ministerio de Sanidad, luchar contra las inequidades” que todavía existen en España.
Trabajar en red
En septiembre de 2022, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunció el ‘Plan 5P’, que busca consolidar la medicina de precisión mediante la actualización y ampliación de las infraestructuras de los centros sanitarios. Pero Enriqueta Felip considera que, actualmente, los biomarcadores se están realizado, en general, de una forma desordenada, con “grandes diferencias entre las distintas comunidades autónomas e, incluso, entre hospitales de una misma comunidad”.
“Su armonización en un sistema de 17 comunidades autónomas es difícil, pero no imposible, como hemos visto con los programas de cribado de cáncer de mama o de colon en los que, poco a poco y gracias a una estrategia común por parte de Ministerio de Sanidad, se van solventando las diferencias entre las regiones”, asevera la presidenta de SEOM.
“El trabajo en red es una necesidad para asegurar la equidad asistencial”, sostiene Felip. Sin embargo, reconoce que se trata de un proceso complejo que precisa vencer muchos obstáculos para coordinar distintos hospitales de diferentes CC. AA. “La última actualización de la Estrategia Nacional del Cáncer tiene prioridades como la atención multidisciplinar, la apuesta por los centros de referencia (tanto a nivel local, nacional o europeo) que concentren experiencia suficiente y que contribuyan a un acceso por igual a una asistencia de calidad, además de priorizar flujos rápidos de diagnóstico oncológico y molecular”, señala.
Por tanto, para armonizar la medicina de precisión, Felip apunta a “estrategias comunes y coordinadas a nivel nacional“. “No solo es fundamental una cartera de servicios, sino también la implementación de un sistema en red que permita la gestión y tratamiento de muestras en centros de referencia evitando demoras en el resultado o en el tratamiento de los pacientes”, concluye.
Medicina de precisión
SEOM ha elaborado un informe, a través de una encuesta a facultativos especialistas de Oncología Médica, miembros de SEOM, en representación de cada CC. AA., en el que se esboza la situación de la Estrategia de Medicina de Precisión en las distintas comunidades. A través de un mapa que recoge los datos de cada región, SEOM pretende contribuir a establecer las bases de la implementación de la estrategia de manera “homogénea y equitativa”.

Las únicas comunidades que cuentan con una estrategia definida a nivel regional son Asturias, con una Estrategia de Medicina de Precisión con acceso a NGS y con petición reglada para hacer Oncología Molecular; Navarra, que cuenta con su Estrategia Integral de Medicina Personalizada, no exclusiva de oncología; y Cantabria, aunque “es muy mejorable” según SEOM.
Otras regiones cuentan con diferentes iniciativas en marcha o en vías de implementación: La Rioja cuenta con aparatos para realizar NGS y está en proceso de crear un Comité de Patología Molecular; Cataluña tiene el Programa de Oncología de Precisión; en las Islas Baleares se creó una plataforma de genómica para poder desarrollar la estrategia regional y otras nuevas necesidades; en Castilla-La Mancha tienen un grupo multidisciplinar que trabaja en la implementación de una estrategia autonómica y prevén crear un Comité de Biología Molecular interhospitalario; en Murcia se están preparando para poner en marcha pronto una estrategia global de Medicina de Precisión en la que además de tumores sólidos entrarán las enfermedades raras y la patología hematológica; Andalucía está en proceso de debate y redacción de su estrategia; y el País Vasco dispone del Plan Oncológico (2018-2023).