GM Madrid | miércoles, 25 de septiembre de 2019 h |

Con motivo del Día Mundial de la Investigación del Cáncer el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha celebrado una jornada en la que, bajo el título ‘Nuevos horizontes de la investigación del cáncer: del laboratorio al paciente’, se han abordado los hitos y el futuro de la investigación del cáncer, los últimos avances en el estudio de la metástasis – causante del 90 por ciento de los fallecimientos por esta enfermedad-, los mitos a superar o cómo es el proceso desde que se hace un descubrimiento hasta que este puede aplicarse sobre los pacientes. El acto, abierto al público, se ha celebrado en CaixaForum Madrid gracias al apoyo de “la Caixa”.

La jornada ha sido inaugurada por Ángeles Heras, secretaria de Estado de Universidades, Investigación e Innovación; Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) bajo el que el CNIO está adscrito; Sonia Vidal, del Departamento de Investigación e Innovación de la Fundación “la Caixa”; y María Blasco, directora del CNIO, que han incidido en la labor clave de los investigadores y en la necesidad de unir esfuerzos de todas las disciplinas científicas, además de la importancia del apoyo social, para conseguir nuevas terapias más eficaces contra el cáncer. El acto estuvo presentado por la periodista Cristina Villanueva.

A continuación, Raúl Rabadán, profesor del Departamento de Biología de Sistemas y director del Programa de Genómica Matemática de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, impartió la conferencia magistral ‘La Revolución Genómica del Cáncer’.

Los cánceres como enfermedades del genoma

Durante su charla, Rabadán ha explicado que los cánceres son enfermedades del genoma y que cada tumor es el resultado de una historia evolutiva distinta. “Podemos tener 10.000 mutaciones por paciente. Tomar el sol, fumar, la edad… hacen que esas mutaciones aparezcan, aunque la mayoría de los factores que las causan todavía no se entienden”.

“Centros y hospitales de todo el mundo están recolectando miles de datos de pacientes”, lo que constituye una gran oportunidad de disponer de decenas de miles de datos biológicos con gran valor predictivo. Para poder darles una estructura, son necesarios los analistas de Big Data. Rabadán ha puesto el ejemplo del glioblastoma multiforme, el tumor primario maligno más común y agresivo en adultos, que tiene una baja supervivencia y del que en España se dan 1.500 casos nuevos por año. “Se está utilizando machine learning para tratar de predecir la respuesta de los pacientes a los tratamientos, como por ejemplo la inmunoterapia, para la que solo un 10 por ciento de los pacientes de glioblastoma responden muy bien. La pregunta es: ¿Qué tienen de especial en estos pacientes que los hace sensibles a la inmunoterapia?”.

Otras cuestiones que el Big Data puede ayudar a resolver son: ¿cómo evolucionan los tumores?, ¿en qué se distinguen las diferentes secciones de un tumor? o ¿cuál es el papel del sistema inmune en la evolución del tumor?

Raúl Rabadán, doctor en Física Teórica, inició su carrera investigadora en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) en Suiza y en el Instituto de Estudios Avanzados (IAS) en Princeton. En 2006, se unió al Programa de Biología de Sistemas de este último. El enfoque de la llamada biología de sistemas trata de dar respuesta a problemas biológicos empleando diferentes disciplinas (biología molecular, computación, física, matemáticas…), teniendo en cuenta que los procesos biológicos no se producen de manera aislada, sino que constituyen sistemas interrelacionados.

Desde su actual puesto en la Universidad de Columbia, a la que se incorporó en 2008, Rabadán lidera un laboratorio interdisciplinar que cuenta con matemáticos, físicos, informáticos, ingenieros y médicos para resolver problemas biomédicos a través de modelos computacionales. Precisamente, estos días está coorganizando con el CNIO el congreso internacional CNIO-“la Caixa” Frontiers Meeting. Heterogeneity and Evolution in Cancer, que reúne en Madrid a más de 120 oncólogos, biólogos, bioinformáticos, físicos y matemáticos para desvelar con Big Data la diversidad del cáncer y personalizar su tratamiento.

La unión de médicos e investigadores y el empoderamiento de los pacientes

Después de la charla, se dio paso a una mesa de debate moderado por Cristina Villanueva, en la que participaron Maria Blasco; Manuel Valiente, jefe del Grupo de Metástasis Cerebral del CNIO; Yolanda Fernández, jefa de Sección de Cáncer de Mama del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA); y Mila García Calvo, ex paciente de cáncer de mama y Amiga del CNIO.

“En el CNIO queremos entender el cáncer y encontrar los mecanismos universales que están detrás de muchos tipos tumorales”, ha explicado Blasco, “por ello intentamos fijarnos no tanto en el tipo de cáncer sino en qué es lo que hace que el cáncer aparezca, evolucione y se haga resistente a los tratamientos”. Además, ha hecho énfasis en la importancia de la colaboración con la industria privada para el desarrollo de nuevos fármacos y ha recordado que el CNIO tiene una importante participación en programas de open innovation de empresas farmacéuticas internacionales, lo que ha redundado en la entrada de más de 25 millones de euros al Centro en los últimos 6 años. “Tenemos la esperanza de que de estas interacciones sigan surgiendo nuevos tratamientos originados en el CNIO”, ha afirmado. “Tenemos que demostrar que la investigación puntera de excelencia trae beneficios al Sistema de Salud”.

En palabras de Manuel Valiente, “tener una unidad de terapias en el CNIO que tiene miles y miles de potenciales nuevos fármacos nos ha permitido desarrollar proyectos en los que podemos testar todas esas moléculas, con la esperanza de que alguna de ellas ayude a disminuir las metástasis cerebrales”. Valiente hizo referencia a uno de sus últimos trabajos para reducir estas metástasis y remarcó la importancia de las alianzas con los médicos para vehicular ensayos clínicos con más pacientes y llevar sus resultados a la clínica.

Yolanda Fernández hizo hincapié en que son hereditarios solamente un 5-10% de los tumores, y que no se heredan los tumores en sí, sino la alteración genética que predispone a ellos. En particular, en tumores de mama y ovario, ha recordado la necesidad de informarse del historial familiar de cara a realizar posibles tests genéticos, previa consulta con un experto en consejo genético. “Un paciente más informado es más capaz de decidir”, ha dicho. “Estamos ante el empoderamiento del paciente, y para esto debe servir ese empoderamiento: para mejorar la investigación del cáncer”.

Precisamente, Mila García Calvo explicó que colabora con Amigos del CNIO como “una forma de devolver lo que tengo, y de dar las gracias a los investigadores que trabajan para que personas como yo nos podamos curar”. La iniciativa ‘Amigos del CNIO’, lanzada a finales de 2014, ha recaudado cerca de dos millones de euros mediante donaciones personales, de empresas y legados, lo que ha permitido impulsar el Programa Internacional de Contratos Postdoctorales Amigos del CNIO dirigido a contratar talento joven para promover nuevas líneas de investigación contra el cáncer. Hasta la fecha, se han incorporado 11 científicos para llevar a cabo proyectos sobre metástasis, cáncer infantil o cáncer renal y hepático, entre otros.