El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) ha consensuado un nuevo plan para ampliar la capacidad de detección precoz de cualquier caso de infección activa de Covid-19. La estrategia de diagnóstico precoz, vigilancia y control, se inscribe dentro del Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad.

Así lo ha detallado Salvador Illa, en una decisión tomada con la colaboración de las CC.AA. En esta nueva etapa, Sanidad pretende ampliar su radio de acción y realizar una PCR o prueba diagnóstica en las primeras 24 horas desde que los pacientes presentan síntomas.

El objetivo, según el Ministerio, es dar respuesta es aislar los nuevos casos sospechosos y confirmados. En consecuencia, se pretenden estrechar la vigilancia y diagnóstico de los contactos estrechos, eje central para poder acometer la fase de transición “con garantías”.

Para llevar a cabo todo ello, las CC.AA deberán reforzar la capacidad de detección a través de la atención primaria. Se utilizarán así pruebas PCR u otras técnicas equivalentes de diagnóstico, al mismo tiempo que los centros de salud desempeñarán una labor de vigilancia e identificación de todos los contactos estrechos. Según Illa, también se tendrán que reforzar los sistemas de información para que “una adecuada transmisión de datos”.

Capacidad de anticipación

Los sistemas de vigilancia epidemiológica deberán suministrar información diaria sobre la evolución de la pandemia para la toma de decisiones. Para ello se usarán nuevos indicadores y un nivel de desagregación detallado que permita adoptar reacciones rápidas en caso de nuevos brotes.

En este sentido, la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta es el órgano de gestión dependiente de la Comisión de Salud Pública que trabaja en la estrategia. En ella participan, junto al Ministerio de Sanidad, representantes de todas las comunidades.


También te puede interesar…