E.M.C. Madrid | viernes, 07 de diciembre de 2018 h |

Pregunta. Comienza una nueva etapa al frente de la SEMI, ¿cuáles van a ser sus líneas de trabajo?

Respuesta. Por el propio sistema de elección de la SEMI, cuando uno llega a la presidencia ya lleva un tiempo como vicepresidente y eso estabiliza y da cohesión a las políticas de la sociedad científica. Las grandes coordenadas se van a mantener. Una de ellas es dar a la medicina interna la visibilidad que ha de tener tanto a nivel administrativo, de sociedad y de medios. Hay un gap entre lo que la medicina interna aporta al Sistema Nacional de Salud y su visibilidad. Una de cada cinco altas hospitalarias las firma un servicio de medicina interna, y, por ejemplo, el 40 por ciento de las altas por enfermedades infecciosas las firma un médico internista. El 60 por ciento de las altas por insuficiencia cardiaca, también, lo mismo en lupus, etc. Nos avalan niveles de actividad y eficiencia muy altos, pero tenemos la percepción de que en más ocasiones de las que nos gustaría se toman decisiones políticas sin contar con la participación de la sociedad científica.

P. ¿En qué áreas, por ejemplo?

R. En política sobre resistencias, por ejemplo, se contó con un número elevado de sociedades científicas, pero no contaron con los especialistas que más saben de infecciosas, los internistas. También queremos explicar mejor a los ciudadanos quiénes somos, qué hacemos y cómo lo hacemos.

P. Esperamos un nuevo decreto de troncalidad, ¿se verán reflejadas sus posturas en el documento?

R. En nuestro posicionamiento vamos de la mano de muchas sociedades científicas que representan a más de 60.000 facultativos de nuestro país, como las tres de atención primaria y otras asociaciones como cardiología o cuidados intensivos sin intereses directos, pero con preocupación sobre el rumbo que se pueda tomar. Lo que se está dirimiendo no es tanto el reconocimiento profesional, laboral o administrativo de nuestros compañeros que trabajan en infecciosas o urgencias, sino que definimos qué modelo de formación postgrado queremos para nuestro país.

P. ¿Por qué no se ha contado con SEMI?

R. Ha habido una política premeditada por parte de nuestros compañeros de Seimc por obviar el papel de SEMI en este campo. Es un tema que hasta ahora no hemos trabajado, el punto de vista político o mediático, pero no hay una sola voz. El mensaje en positivo de que cuantos más especialistas mejor se vende muy bien, pero exigimos a todos los niveles que sea un análisis global y objetivo. El patrón europeo no es aplicable al modelo que quieren vendernos de especialidad. En Europa son súperespecialistas. El infectólogo se dedica a patología infecciosa de especial complejidad, no para patología de complejidad media, para eso estamos intensivistas, neumólogos, etc. En toda Europa hay 2.000 especialistas en infecciosas. En España hay 800 médicos e internistas dedicados a hacer infectología en clínica, sin contar con los microbiólogos. No podemos tener más especialistas en infecciosas que en toda Europa. Entiendo que existe un problema de reconocimiento laboral, y ahí nos vamos a encontrar seguro. Fallamos, eso sí, en consumo de antibióticos, pero es un problema de salud pública y de educación en atención primaria. Para eso no hace falta una especialidad, pero sí expertos en enfermedades infecciosas, que ya los tenemos. Necesitamos que tengan carrera profesional y cartera de servicios claramente definidos.

P. ¿Habría puntos de consenso?

R. Creo que es perfectamente viable alcanzar puntos de consenso que reconozcan aquellos puntos en los que todo el mundo está de acuerdo. Uno de estos puntos es que los compañeros de infecciosas y urgencias tienen derecho a un reconocimiento en su carrera profesional, a que de forma ordenada se acuerden los ámbitos de cada área y las vías formativas para alcanzarlas.

Nos parece una mala solución apostar por especialidades finalistas. No nos parece buena idea que aquellos médicos que opten por dedicarse a infecciosas o a urgencias que se dediquen desde el primer año de formación a este destino final.

P. ¿En qué no están de acuerdo?

R. Uno de los argumentos más habituales que nuestros compañeros urgenciólogos o infectólogos reclaman es que somos una excepción en Europa. Es una verdad a medias, porque en ningún país europeo infecciosas es una enfermedad finalista. Para ser infecciólogo en muchos países lo primero es ser médico, habitualmente después internista y después se accede a la rama de infecciosas. Eso es de forma aproximada lo que ofrecen las áreas de capacitación específica. Si en lugar de llamarlas así lo hubiéramos llamado superespecialización no tendríamos tantos problemas. Nos parece un error que los futuros infectólogos se consideren aspirantes a infectólogos desde el primer año. Eso les resta habilidades clínicas. Si vemos el perfil epidemiológico predominante en los hospitales, que es el pluripatológico, debemos ver que contamos con infectólogos que son tan excelentes porque tienen una formación clínica previa.

Estamos en un contexto de relevo generacional en recursos humanos. Cuanto más se parcele la medicina más problemas vamos a tener para dar cobertura a todo. Necesitamos médicos con una formación integral, polivalente, y que además tenga el expertise en una determinada área y eso se puede conseguir con vías intermedias sin nos alejamos de posturas maximalistas.

Un tercer argumento es que tenemos que racionalizar el debate y evitar usar argumentos torticeros que creen alarma social. El problema de las resistencias no se arregla con la especialidad. No se puede decir que si no hay infectólogos se pone en riesgo la salud de los ciudadanos. Hay que ser rigurosos con los planteamientos y no siempre ha sido así.

Estamos abiertos a llegar a un acuerdo y no sé si estaremos en tiempos políticos, pero por nosotros no va a quedar.

P. En materia de recursos humanos, ¿salen las cuentas en los próximos años?

R. Estamos en una situación muy parecida a atención primaria. La edad media de los especialistas es superior a la de otras especialidades y el Sistema Nacional de Salud va a tener un problema de relevo en muchas especialidades. Pediría a los responsables que antes de tomar decisiones como la creación de nuevas especialidades que van a parcelar aún más la atención hospitalaria hagan una apuesta por la formación global e integral de los futuros expertos en determinadas áreas.

Es una dinámica imparable. No es que vamos a tener especialistas de órganos, sino de técnicas, dentro de las propias especialidades. Es bueno para el paciente dentro de una estrategia global, si el sistema planifica las necesidades, no fruto de una autogestión interna de los profesionales.

El gran reto que tiene nuestro país ahora mismo no es tanto atender de forma superespecializada a pacientes concretos, que ya lo estamos haciendo.

LAS FRASES

En nuestro posicionamiento vamos de la mano de muchas otras sociedades científicas”

Es perfectamente viable alcanzar puntos de consenso, como el reconocimiento a su carrera profesional”

Si en lugar de hablar de ACEs hubiéramos hablado de superespecialización no habría tanto problema”