CARMEN M. LÓPEZ Madrid | miércoles, 17 de abril de 2019 h |

En los últimos meses, el Ministerio de Sanidad y el grupo de expertos en la utilización de medicamentos CAR del “Plan de abordaje de las terapias avanzadas en el SNS: medicamentos CAR” han ido trazando las líneas principales para materializar la llegada de las terapias avanzadas en la práctica clínica.

Hace unos días, los integrantes de este comité se volvieron a reunir para validar los documentos en los que han estado trabajando en los últimos tiempos —protocolo farmacoclínico de estas terapias; los procedimientos técnicos para la obtención de la muestra para la fabricación de medicamentos; y los protocolos para el manejo de los efectos adversos graves—. Asimismo, validaron los centros designados en el Sistema Nacional de Salud para la administración de CAR-T de la leucemia linfocítica aguda (LLA) y el linfoma B difuso de células grandes (LBDCG). Aunque por el momento no han trascendido las comunidades autónomas que contarán con estos centros de referencia (con la excepción de Andalucía, que sí ha confirmado que el Virgen del Rocío será uno de ellos), el ministerio dará la información en los próximos días, empezando a completar así el mapa.

Una decisión, la selección de los CSUR, que no será la foto fija que tendrá España en cuanto a estas terapias. El compromiso es revisar cada seis meses la hoja de ruta de los expertos para hacer adaptaciones o mejoras ya sea, en la definición de acceso por indicación o terapia o bien para incorporar nuevos centros de referencia en función de la demanda de pacientes. Como indica una de las integrantes de este comité, Natacha Bolaños, secretaria general de la AGP, “se han hecho cálculos muy buenos, basados en los registros que tenemos y en los datos clínicos del ministerio, el INE, etcétera, lo que ha permitido hacer un cálculo en el número de centros necesarios para abordar las enfermedades hematológicas”.

Una vez seleccionados los CSUR, la pregunta es ¿cómo convivirán los CAR-T académicos y comerciales? Quizás todavía es pronto, opina Bolaños, ya que, aunque lo estarán en breve, los CAR-T académicos no están listos para implantación directa. Bolaños considera que esa convivencia contribuirá en el acceso a las terapias y las garantías para los pacientes.

Con estos últimos pasos, es inevitable pensar en el 28-A. Mantener vivo este grupo de trabajo —tras las elecciones— es fundamental para la próxima incorporación de estas terapias avanzadas. “Es cuestión de voluntad política”, considera la experta.

“Esta primera foto que tengamos no es una foto estática esto es una foto viva que tiene que irse adaptando y mejorando. Nuestra responsabilidad es intervenir como un elemento dinamizador que exija que estos compromisos se cumplen”, adelanta Bolaños, al tiempo que indica a pesar de los vaivenes gubernamentales es una obligación seguir avanzando en esta estrategia.