El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha abordado la innovación e investigación en el contexto de la pandemia y más allá de ella, durante un coloquio online organizado por Executive Forum España, en colaboración con las farmacéuticas UCB y Lilly.
El tema más candente ahora es la vacunación contra la COVID-19. Y, precisamente, Duque se ha pronunciado sobre el ambicioso objetivo marcado por la Unión Europea de vacunar al menos al 70 por ciento de la población antes de verano. Según el ministro, es un reto “perfectamente asumible y alcanzable”.
“Es importante tener perspectiva a futuro. Poner en marcha una fábrica que produce un compuesto químico o biológico enormemente complejo con unos requisitos de exactitud y pureza suficientes como para utilizarlos como medicamento, se tarda bastantes meses”, ha señalado Pedro Duque. Por eso, ahora se está vacunando al ritmo del suministro que pueden dar las fábricas al principio. “Cada mes que pasa vamos a recibir muchas más vacunas que el mes anterior”, ha asegurado el ministro.
Así, se debe tener en cuenta esta curva ascendente de suministro. “Los cálculos están hechos por la UE, que es quien hace los contratos con la industria, y están hechos con bastante margen“, ha agregado Duque. De hecho, el titular de la cartera de Ciencia cree que, al contar con varios planes, es “bastante posible” llegar a inmunizar al 70 por ciento de la población antes.
Producción de vacunas
La producción de vacunas es otro tema relacionado que el ministro no ha querido pasar por alto. Por ello, Duque ha destacado que, al comenzar la pandemia, desde el Gobierno se tomaron medidas para “aprovechar nuestras capacidades como potencia mundial en la producción de vacunas veterinarias y adaptarlas a la producción de vacunas humanas“.
Desde marzo de 2020 se han financiado 11 proyectos empresariales relacionados con la producción de vacunas. Y, en total, se han movilizado unos 10 millones de euros, de los que el CDTI ha aportado 4,7 millones en forma de subvenciones. Una acción rápida que se inició en el periodo agudo de la pandemia.
Además, muchas empresas están colaborando en la lucha contra la COVID-19. Y es que con la llegada de la pandemia, se han producido avances importantes dentro del tejido industrial, y específicamente del tejido farmacéutico español.
Ejemplos de colaboración contra la COVID-19:
- La empresa Biofabri trabaja en colaboración con el CSIC en la que puede ser la primera vacuna española contra la COVID-19 en alcanzar los ensayos clínicos en humanos. Por otro lado, realizó una transformación en su equipamiento y afrontó los desarrollos científicos necesarios. Así, ya está produciendo a nivel industrial la vacuna de Novavax, que el ministro espera que se apruebe en el mes de abril o mayo.
- Otra empresa, Ipra, también ha adaptado sus capacidades para poder fabricar los lotes técnicos de otro proyecto de vacuna española, la liderada por Felipe García, del Hospital Clínic. “Esta misma empresa ha desarrollado una vacuna propia que seguramente pronto veremos salir a la luz”, ha dicho Duque..
- La empresa Reig Jofre tuvo apoyo para poder colaborar en la lucha contra la COVID-19 con el llenado y envasado de Janssen, que también llegará próximamente. Lo mismo hacen las empresas Rovi con la vacuna de Moderna e Insud Pharma con la de AstraZeneca.
Inversión en el sector privado español
Más allá de la pandemia, el ministro tiene claro que España no puede seguir “con más de lo mismo” si no quiere desaprovechar su potencial de crecimiento. “El papel que quiere desempeñar el Gobierno en materia de I+D será esencial para liberar el potencial innovador de nuestro país en un momento crítico”, ha declarado.
Para este proceso de cambio, mejorar la interacción entre lo público y lo privado será determinante, a juicio de Duque. “Desde el Gobierno mejoraremos esa relación, que debe ser fructífera para los negocios, para el país y, sobre todo, para la ciudadanía”, ha indicado.
Nuestro sistema de ciencia y tecnología ha alcanzado unos niveles de excelencia en la investigación acordes a la posición política y geopolítica que tenemos en el mundo. Sin embargo, ha destacado el ministro, en el traslado de esos resultados al tejido productivo “aún tenemos margen de mejora”.
De hecho, los niveles de inversión del sector privado no alcanzan los de los países avanzados. En Alemania, un 67 por ciento de la inversión en I+D lo realiza la empresa privada; en EE.UU, un 71 por ciento; y en Corea del Sur alcanza el 78 por ciento. “En España esta cifra se queda en el 57 por ciento, que no es baja, pero puede mejorar”, ha apuntado Duque. Aún así, el ministro ha recalcado que la inversión en el sector privado ha crecido un 8 por ciento desde 2008, que fue el máximo anterior y ahora se encuentra en “máximos históricos”.
Ayuda europea
“Nuestro objetivo es acometer reformas que nos permitan afrontar los retos del futuro en mejores condiciones”, ha asegurado Duque. Para hacerlo, España cuenta con un primer impulso del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE.
Para el Ministerio de Ciencia se han asignado casi 3.400 millones de euros que el Gobierno español adelantará en los PGE de 2021, 2022 y 2023 y se ejecutará con medidas durante esos años y hasta 2026. Porque, aunque el ministro ha hecho hincapié en que los fondos ayudarán a mejorar el modelo productivo, se necesita un plan a largo plazo, a partir de 2023, para cuando éstos se acaben. Por ello, mañana presentarán el Pacto por la Ciencia en el Congreso, donde propondrán un acuerdo para que la financiación en 2024 alcance el 2 por ciento del PIB y llegue al 3 por ciento en 2030, “una cifra acordada con Europa”.
Este componente del Plan de recuperación está alineado con la Estrategia de Ciencia, Tecnología e Innovación para el período 2021-2027. “Será una inversión extraordinaria que vendrá acompañada por programas y cambios normativos que mejoren nuestra capacidad para transferir el conocimiento”. Algo que requiere ofrecer a las personas los incentivos correctos, ha insistido Duque.
“La ciencia no es una apuesta sencilla porque requiere una visión amplia y de largo plazo. Sus resultados están, a veces, en un futuro lejano y no podemos prever con exactitud los laboratorios o proyectos que nos cambiarán la vida”, ha añadido. Por ello, el ministro considera necesario diversificar la inversión en ciencia de calidad y dar libertad a los investigadores para que busquen guiados por su curiosidad.
Incentivar la transferencia
En 1989 se introdujo en España una evaluación moderna de la actividad científica, los conocidos como sexenios de investigación, lo que supuso “un éxito en el fomento de la ciencia de calidad“. Y, ahora, el Ministerio de Ciencia ha puesto en marcha el sexenio de transferencia, que además de “mejorar un poco la retribución de quienes demuestren su capacidad para transferir sus resultados de investigación, incorporará sus méritos también a los criterios para la promoción dentro de los organismos públicos de investigación y las universidades”, ha afirmado Duque.
Con el objetivo de incentivar la transferencia, se aumentará la ponderación de los resultados de esta actividad en la valoración de los directores de los organismos de investigación y entre los objetivos que se toman en consideración en el complemento de productividad. También se reorientará la financiación de los propios organismos para fomentar la transferencia, fijando en sus planes estratégicos la consecución de estos objetivos de transferencia.
Asimismo, el ministro quiere potenciar y profesionalizar los equipos de universidades y centros de investigación que se dediquen a la transferencia. “Además, vamos a fomentar la regionalización de las oficinas de transferencia de conocimiento”, ha añadido.
Nuevos programas
Partiendo de la premisa de no seguir “con más de lo mismo” y con el foco puesto en aprovechar el potencial de creación de valor y riqueza, Ciencia ha apostado por utilizar los nuevos fondos disponibles en nuevos programas en lugar de incrementar la financiación de los programas ya existentes.
Uno de estos nuevos programas es el de “prueba de concepto”, lanzado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) con un presupuesto de 40 millones de euros y dirigido a investigadores públicos, en colaboración con empresas. Tienen como objetivo acelerar la transferencia de conocimientos y resultados en los proyectos de I+D ya finalizados o a punto de finalizar.
En particular, el Gobierno se centrará en dos áreas básicas estratégicas:
- Inversiones dedicadas a impulsar trabajos que ofrezcan soluciones para afrontar el reto de un desarrollo económico sostenible. Se llevará a cabo una inversión de más de 300 millones de euros para la producción y gestión de energía verde, mejora de la eficiencia de los aviones o el impulso de una automoción sostenible.
- Inversiones para incrementar las capacidades de investigación del sistema nacional de la salud. Se destinarán más de 480 millones de euros del Plan de recuperación. Con esta inversión, se fortalecerán las capacidades del Instituto de Salud Carlos III, se desarrollará la estrategia medicina personalizada y se impulsarán iniciativas público-privadas para el abordaje de terapias avanzadas.