J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 01 de febrero de 2019 h |

La planificación de plantillas y el déficit de profesionales han sido los temas que la ministra de Sanidad destaca como prioritarios. Sobre todo en atención primaria, especialidad donde María Luisa Carcedo pone el foco para adaptarse al nuevo patrón de paciente: mayor, crónico y pluripatológico. “El sistema público de salud es sólido pero las enfermedades actuales han cambiado y se han cronificado. Y para dar respuesta estamos impulsando la Atención Primaria a través de un documento de consenso entre todas las partes implicadas”, dice. De hecho, desde el ministerio se apuran plazos para la convocatoria de un Consejo Interterritorial monográfico que ya vivió su ‘partido de ida’ en la Comisión de Recursos Humanos celebrado hace unos días.

Pero atención primaria solo es una de las especialidades donde el déficit de profesionales amenaza cada año. Hay más y Carcedo lamenta la falta de previsión de sus antecesores en el cargo de ministra de Sanidad. “La escasez de médicos residentes (MIR) se debe a una evidente falta de previsión durante todos estos años”, asegura. “Aquí no hay magia, no echamos unos polvitos y aparecen plazas de formación especialista”, prosigue.

Ante la situación actual, la titular de Sanidad se compromete a aumentar más de un 5 por ciento las plazas MIR para la próxima convocatoria 2019/2020, y, por ello, su departamento está realizando, junto con las comunidades autónomas, un estudio del futuro de las plantillas del Sistema Nacional de Salud (SNS). “Un profesional médico lleva 11 años de formación como poco para empezar a hablar. (…) Ha habido durante estos años una falta de previsión”, reitera, recordando que las competencias son de la Administración central y las CCAA, que son las que tienen que evaluar los servicios que están disponibles y acreditados para formar profesionales, teniendo en cuenta las propuestas de la autonomías.

Asimismo, explica que su departamento ha aprobado el pasado mes de septiembre un aumento de 284 plazas MIR para esta convocatoria, lo que supone un incremento del 4,4 por ciento respecto al periodo 2017-2018. “Este año hemos incrementado casi un 5 por ciento el numero de plazas, hemos hecho más esfuerzo en las de medicina comunitaria”, afirma. Ministerio y comunidades autónomas están manteniendo reuniones bilaterales para explorar al máximo las capacidad que tienen para formación de especialista. Actualmente falta reunirse con 3 o 4 territorios y, por el momento, se han identificado más de 666 plaza que se incorporarán el próximo año.

Carcedo señala que se trata de un trabajo “continuo”, y “todos los años se actualiza”, por tanto están a la espera de que las comunidades hagan las sugerencias que consideren necesarias, y, al tiempo, elaborar un documento para conocer por especialidad los tiempo de jubilación para los próximos años. Sin embargo, la ministra no se posiciona sobre un posible exceso de facultades, ni sobre la posibilidad de limitar su apertura. A su juicio, el problema no está en los licenciados si no en la formación de especialistas; un sistema que considera es un modelo “práctico y teórico exitoso”, al que no se piensa renunciar desde el Gobierno. “Vamos a mantener el sistema”, y, para ellos, ha señalado que “se requiere de una visión estratégica que ha faltado estos años”.

La aprobación de Orkambi

En materia de farmacia, la ministra también señala que las aprobaciones de fármacos dependen de que demuestren su eficacia. Esta reflexión se debe a la posible aprobación de un medicamento (Orkambi) para tratar la fibrosis quística tras la demanda de Ángeles Aguilar, madre de un niño de 13 años con fibrosis quística, quien este jueves entrega en el Ministerio de Sanidad más de 182.000 firmas recogidas a través de ‘Change.org’ para reclamar el fármaco. “Se trata de un medicamento muy costoso y, por tanto, debe tenerse en cuenta la evidencia científica y terapéutica de ese medicamento”, asegura la ministra. ‘Orkambi’ fue autorizado por la Agencia Europea del Medicamento en 2015. Sin embargo, desde entonces, los pacientes esperan a que el Gobierno y la farmacéutica que lo comercializa lleguen a un acuerdo sobre su precio.