J. R-T. Madrid | martes, 17 de septiembre de 2019 h |

La ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, ha hecho hincapié en la necesidad de “potenciar iniciativas en todos los ámbitos asistenciales para mejorar la seguridad del paciente ya que esta afecta tanto a la Atención Hospitalaria como a la Atención Primaria y ambulatoria y la Atención Domiciliaria”. En la inauguración de la jornada “Compartiendo prácticas seguras en el Sistema Nacional de Salud”, celebradas en el Ministerio con motivo de la conmemoración del “Día Mundial de la Seguridad del Paciente”, Carcedo ha añadido que “la seguridad del paciente es una dimensión de la calidad asistencial transversal a todas las políticas y programas de salud”.

En Atención Primaria la ministra ha explicado que, dentro del Marco Estratégico, se está trabajando para profundizar en “elementos esenciales para mejorar la seguridad del paciente como son identificar y retirar de la práctica clínica intervenciones sanitarias innecesarias, que no han demostrado eficacia, tienen efectividad escasa o dudosa, no son coste-efectivas o no son prioritarias así como en la conciliación de la mediación”.

En este nivel asistencial la OMS estima que 4 de cada 10 pacientes sufren algún daño relacionado con la asistencia sanitaria. En España, según el estudio Apeas, la frecuencia de los eventos adversos está en torno al 1,2 por ciento. “Además —ha explicado Carcedo— predominan los de carácter leve, lo que pone de relieve que la práctica sanitaria en AP es razonablemente segura en nuestro país aunque hay que seguir trabajando ya que 7 de cada 10 eventos adversos registrados en el Apeas se consideran evitables”.

Estrategia de Seguridad del Paciente, desde 2005

Carcedo ha insistido en que “debemos impulsar políticas de calidad que garanticen la seguridad de la atención sanitaria porque sin seguridad no hay calidad”. En esta línea, ha recordado que desde el año 2005 el Ministerio de Sanidad desarrolla la Estrategia de Seguridad del Paciente en colaboración con las administraciones autonómicas, las sociedades científicas y las asociaciones de pacientes. En dicho marco se han desarrollado programas y actividades para promover el uso seguro de los medicamentos en todos los niveles asistenciales, prevenir y controlar las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria y mejorar la seguridad en ámbitos específicos. Un ejemplo son los proyectos zero en las UCIs, que han conseguido reducir las tasas de neumonías asociadas a ventilación mecánica y de bacteriemias asociadas a catéter central en torno a un 50 por ciento.