C.M.L.

Madrid

| viernes, 01 de septiembre de 2017 h |

A finales de mayo, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias sacó a concurso la adquisición de 288 principios activos entre los cuáles había cuatro biológicos (filgastrin, eritropoyetina, infliximab y etanecept). En las bases de este concurso, el 60 por ciento de la puntuación se otorga a la mejor oferta económica, que será la que esté presente en cada uno de los hospitales de la comunidad.

Ante este escenario, los médicos canarios al igual que los pacientes dieron la voz de alarma de que “no se contó con los principales implicados”, recuerda Federico Díaz-González, director de la Unidad de Investigación de la Sociedad Española de Reumatología (SER).

Un decisión, la del Gobierno Canario, que no fue acogida de buen grado en la esfera asistencial, repleta “de criterios exclusivamente economicista”.

Díaz-González considera que la naturaleza de este concurso, lejos de estimular la competencia la elimina al seleccionar un solo producto, por lo que es una medida, a su juicio, antiahorro a medio plazo.

Sin embargo, tras varias intentonas durante las últimas semanas por parte de los especialistas y las asociaciones de pacientes para establecer una vía de diálogo con el Gobierno autonómico, finalmente, se ha conseguido acercar posturas.

El presidente de la Alianza General de Pacientes (AGP), Antonio Bernal, explica a GM que la Dirección General del Servicio Canario de Salud ha garantizado que primará la decisión clínica si se lleva a cabo el concurso. De este modo, no se interferirá en la decisión del médico, sino que lo que se pretende es ampliar el abanico terapéutico.

A juicio de Bernal es un gran paso ya que se disipan algunas dudas que inquietaban a las asociaciones de pacientes.

Un escenario desconocido

Los recelos se extendían también a los profesionales, ya que como explica Díaz González, los biosimilares se comparan con el innovador ofreciendo un margen de seguridad, sin embargo este margen puede llegar a ser demasiado grande si se comparan biosimilares entre sí, “algo que hasta ahora no se ha evidenciado”. Esto era lo que implica este concurso.

Las consecuencias clínicas, a su juicio, que podría tener “pueden ser importantes”, y aunque en la actualidad hay muchos pacientes que están siendo tratados con un biosimilar, “se les puede someter a un riesgo innecesario” al no haber comprobado nunca la sustitución del tratamiento de otro biosimilar.

En definitiva, los tres expertos coinciden en que solo desde el diálogo se podrá lograr el uso racional de los recursos sanitarios.

En la actualidad, más de 6.000 pacientes en las islas están en tratamiento con biológicos y biosimilares por enfermedades reumáticas.