Aunque en España se desconoce la prevalencia del uso de sujeciones en los centros españoles, las estimaciones que hay en torno a esta práctica podría oscilar entre el 20 y el 40 por ciento de los pacientes ingresados.
En este sentido, Ciudadanos presentará en el congreso de los diputados una Proposición No de Ley para instar al Gobierno a regular el uso de sujeciones en centros concertados y privados. La iniciativa se debatirá la semana que viene en el seno de la Comisión de Sanidad.
Como ha explicado director técnico del Programa Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, Antonio Burgueño, en España hay una intensa actividad sobre esta práctica, sin embargo, a día de hoy se conocen los datos exactos de la prevalencia de las sujeciones. “Una práctica que vulnera la dignididad humana”, explica.
El problema es que se ha convertido en algo cotidiano, sin embargo, el experto asegura que cada día más centros son conscientes de ello, y deciden no implementar estas fórmulas. Entre los principales motivos que alegan los centros para recurrir a estas prácticas es por conveniencia organizativa o por proteger a los propios internos. El problema, según Burgueño, es que “se piensa que da tranquilidad a todo el mundo cuando en realidad destruye a la persona en apenas unos meses”.

El portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario de Ciudadanos, Francisco Igea, asegura que actualmente en España hay “decenas de miles de personas atados a camas” sin justificación. “Porque no están atados por su bien o porque así se vayan a caer menos”, según Igea, que considera “absolutamente intolerable” esta situación en un Estado de derecho como el español.

Los expertos coinciden en que se recurre a estas prácticas para “parchear” las deficiencias que tienen los centros, tanto de personal como de formación a la hora de manejar a estos pacientes.Rubén Muñiz, de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares con Alzheimer (CEAFA), explica que todas las sujeciones son prevenibles pero requieren tanto transformaciones arquitectónicas de las residencias como la formación del personal de las residencias para saber manejar a estos residentes