A los dos días de que Donald Trump llegase a la Casa Blanca, el presidente de EEUU anunció que su país se marchaba de la Organización Mundial de la Salud. La noticia no pilló desprevenida a la comunidad científica, ya que al final de su primera legislatura anunció dicha salida por la forma en la que la organización había llevado la pandemia del coronavirus. Sin embargo, dicha salida no llegó a efectuarse puesto que Trump no revalidó mandato y llegó Joe Biden a la presidencia.
En este segundo mandato, sin embargo, el nuevo presidente ha retomado esa asignatura pendiente. Y un reciente estudio publicado en The New England Journal of Medicine, y titulado ‘La salida de EEUU de la OMS: cómo el presidente Trump está debilitando la salud pública’, analiza las consecuencias que podría tener la desconexión de EEUU de este organismo: “Trump quiere castigar a la OMS por lo que, según él, fue un fallo a la hora de hacer sonar rápidamente la alarma cuando surgió el nuevo coronavirus”.
Los investigadores, que proceden de diversas universidades norteamericanas, aseguran que sus argumentos “carecen de fundamento” porque la OMS dio la alerta por la llegada de la COVID-19 el 23 de enero de 2020 y siete días después el director general de la organización declaró una emergencia de salud pública de importancia internacional, el toque de atención más fuerte que la OMS puede dar para que se tomen medidas urgentes.
“Trump no hizo caso de las advertencias; su retraso costó innumerables vidas estadounidenses”
“Trump no hizo caso de las advertencias; su retraso costó innumerables vidas estadounidenses”, lamentan Gavin Yamey, investigador del Centro de Impacto de Políticas en Salud Global en la Universidad de Duke, y Boghuma K. Titanji, miembro del Departamento de Medicina, Facultad de Medicina de la Universidad Emory. El aumento de las crisis sanitarias trascienden las fronteras nacionales, las epidemias y las pandemias cada vez son más frecuentes, para los expertos que EEUU retire su financiación es algo “imprudente” en un momento en el que se necesita una OMS “reforzada”: “Ningún otro organismo tiene la misma legitimidad, representación mundial o alcance internacional”.
“Un vacío crítico”
Las funciones básicas de la OMS fomentan la cooperación sanitaria y el intercambio científico entre sus 194 países miembros, lleva a cabo la vigilancia mundial de las enfermedades infecciosas y no transmisibles, y coordina las respuestas a los brotes y los programas mundiales de control de enfermedades. Según Yamey y Titanji, la decisión que ha tomado Trump debilitará los esfuerzos sanitarios mundiales de dos maneras importantes: “En primer lugar, Estados Unidos es, con diferencia, el mayor donante de la OMS, habiendo aportado entre 163 y 816 millones de dólares cada año durante la última década. La pérdida de esta financiación obstaculiza gravemente las actividades y operaciones de la OMS”.
En 2022-2023, Estados Unidos contribuyó con 1.280 millones de dólares, lo que representa el 16% de los ingresos totales de la OMS, la mayor parte de esta aportación se destinó a responder a emergencias sanitarias agudas, seguida de los esfuerzos para ampliar los servicios de salud, erradicar la poliomielitis y prevenir epidemias y pandemias. “En términos más generales, el recorte de la financiación estadounidense dejará un vacío crítico en la capacidad de la OMS para responder eficazmente a las crisis, emergencias y brotes sanitarios mundiales, vacío que podría resultar contraproducente al aumentar el riesgo de las amenazas de enfermedades infecciosas para Estados Unidos”. Los científicos han explicado en su estudio que las consecuencias inmediatas de esta decisión ya se están produciendo: “Las contribuciones voluntarias de Estados Unidos a la OMS han sido suspendidas”.
“La pérdida de la financiación y los conocimientos técnicos de EEUU acabará mermando la capacidad de la organización para generar recursos cruciales para responder eficazmente a las crisis sanitarias”
Por otro lado, los expertos han asegurado que la administración Trump ha ordenado a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que cesen todas las comunicaciones con la OMS, sin ninguna indicación clara de si se reanudarán las comunicaciones o cuándo. “Esta abrupta ruptura amenaza el intercambio oportuno de datos y conocimientos críticos”, aseguran los autores del estudio. Esta pérdida inmediata de los conocimientos científicos de los CDC y de la colaboración con la OMS dificultará la respuesta a los brotes de enfermedades emergentes.
“Al haber trabajado con las oficinas de la OMS en los países, hemos comprobado de primera mano lo altamente valorada que es la orientación técnica de la agencia“, han declarado los expertos. Las directrices, manuales e informes que elabora son herramientas para configurar las políticas sanitarias nacionales y mejorar los resultados de la salud pública: “La pérdida de la financiación y los conocimientos técnicos de Estados Unidos acabará mermando la capacidad de la organización para generar esos recursos cruciales y la capacidad de los países que dependen de ellos para responder eficazmente a las crisis sanitarias”.
Sin orientación para las pandemias
Desde hace varias semanas, EEUU se está enfrentando a una epidemia de gripe aviar por todo el país con varios contagios en humanos. Según los expertos, la interrupción de las comunicaciones entre los CDC y la OMS amenaza directamente la preparación mundial y la salud y seguridad de los estadounidenses. “Si Estados Unidos deja de ser miembro de la OMS, perderá el acceso a datos críticos sobre brotes y a la orientación de la OMS sobre amenazas sanitarias emergentes, como sucede con la gripe aviar”, han explicado Yamey y Titanji. Asimismo, si se da un caso de un brote en el extranjero, los expertos de los CDC quedarían excluidos de las deliberaciones mundiales sobre estrategias de contención y respuesta. Sin esta asociación, los CDC verían “significativamente obstaculizada” su capacidad para proporcionar orientación a los profesionales sanitarios estadounidenses y a sus ciudadanos.
Sin esta colaboración internacional, otras epidemias como el brote de ébola de 2014-2016 en África occidental, habría sido más catastrófico: “Estos esfuerzos conjuntos fueron fundamentales para rastrear las cadenas de transmisión, establecer centros de tratamiento y ampliar la capacidad de diagnóstico, medidas cruciales que ayudaron a contener el brote y evitar una mayor propagación internacional”.
Cómo puede responder la comunidad sanitaria mundial
“En Estados Unidos, los profesionales sanitarios deben desempeñar un papel a la hora de transmitir por qué la retirada de la OMS supone una grave amenaza para la salud pública estadounidense“, aseguran con rotundidad ambos expertos. Yamey y Titanji han explicado en su publicación que deben comunicar activamente los riesgos a los responsables políticos, los medios de comunicación y el público, al tiempo que explican los beneficios de la colaboración entre Estados Unidos y la OMS. “Aunque las acciones de Trump son altamente impredecibles, al parecer está abierto a la posibilidad de revertir su decisión, siempre que la OMS se someta a reformas y elija a un estadounidense como su próximo director general”, han declarado los científicos.
“EEUU perderá el acceso a datos críticos sobre brotes y a la orientación de la OMS sobre amenazas sanitarias emergentes”
Además, inciden en que esta propuesta del presidente no puede llevarse a cabo, ya que Trump no puede tomar esta decisión porque el director general se elige a través de un proceso de elección establecido en el que participan los Estados miembros, el Consejo Ejecutivo de la OMS y la Asamblea Mundial de la Salud. Mientras tanto, los centros colaboradores de la organización con sede en Estados Unidos deberían reforzar sus lazos con la OMS para mantener abiertos canales vitales de comunicación científica.
Retos para la OMS
En la escena mundial, la OMS se enfrenta ahora a un reto de “enormes proporciones”: tiene que llenar el enorme vacío de financiación que ha dejado la salida de EEUU. La organización, que ya tiene dificultades para financiar su programa de trabajo mundial para 2025-2028 con las contribuciones señaladas de los Estados miembros, lanzó el año pasado su primera «ronda de inversiones» para atraer promesas de donantes. “La retirada de EEUU supone un importante revés para estos esfuerzos. Lo ideal sería que organizaciones filantrópicas, como la Fundación Bill y Melinda Gates, y otros países donantes intervinieran para reforzar la estabilidad financiera de la OMS. Pero sigue sin saberse quién podría llenar ese vacío”, lamentan los expertos.
Además, el reciente anuncio de Argentina de que también se retirará de la OMS hace temer un “efecto dominó” que podría animar a otros gobiernos a seguir su ejemplo. “La comunidad internacional debe aprovechar este momento para reforzar la cooperación sanitaria mundial, contrarrestar la retirada de Estados Unidos y garantizar que el mundo no sea más vulnerable a futuras pandemias. La necesidad de unidad y solidaridad nunca ha sido tan urgente”, concluyen los autores.
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